

Secciones
Servicios
Destacamos
CRISTINA S. MARCHÁN
Domingo, 19 de agosto 2007, 03:07
MADRID. Veinticinco años después de la muerte de Ramón José Sender, uno de los autores españoles más prolíficos y emblemáticos del exilio español, se recupera Las criaturas saturnianas, «un monumento novelesco al dolor de las víctimas», según el crítico y experto en su obra Miguel García-Posada. Editada por Visor en colaboración con la Comunidad de Madrid, esta novela, a caballo entre la historia y la ficción, se acerca a la figura de la princesa rusa Lizaveta Tarakanova, a quien Catalina la Grande encarceló para evitar que amenazara su poder.
En realidad, Tarakanova murió ahogada en su celda en una de las frecuentes crecidas del río Neva. Pero Sender, sin embargo, la hace renacer al mundo tras un sufrimiento e indignidad «sólo comparable al que sufrieron las víctimas del Holocausto», argumento en el que el crítico coincide con la poeta Julia Uceda, autora del prólogo y quien fue amiga personal de Sender.
Las criaturas saturnianas no es una obra ligera, ya que supone «uno de los descensos al mal y al sufrimiento más brutales que se han escrito en español», cuyo punto álgido se produce con el nacimiento y muerte del hijo de la princesa dentro de la celda, ante la total indiferencia del mundo. «Es un personaje bondadoso en un mundo devastado», afirma García-Posada. Sender la convierte en «un paradigma de superación del rencor», que se sobrepone al sufrimiento con «una dignidad absolutamente ejemplar», añade.
Ramón J. Sender, que nació en 1901 en Chalamera (Huesca), fue una las figuras más señeras del panorama literario y periodístico con más de 70 títulos publicados, algunos de los cuales los escribió en su largo exilio en México y Norteamérica tras la Guerra Civil española.
El vacío en torno a la obra senderiana -exceptuando algunos títulos como Crónica del alba, Réquiem por un campesino español o La tesis de Nancy, primera entrega de la popular serie de libros protagonizados por una estudiante norteamericana que prepara su tesis doctoral en Andalucía, resulta extraño en un autor tan prolífico y con una biografía durísima y con hechos como el asesinato de su mujer a manos de la policía franquista. «Es asombroso que ésta y otras novelas de Sender sean prácticamente desconocidas -reflexiona García-Posada-, pero esto es consecuencia de la situación de este escritor dentro de la literatura española».
Republicano convencido, el aragonés viajó a Rusia y regresó siendo antiestalinista, lo que le granjeó enemistades y desconfianzas en el seno del Partido Comunista. Tuvo, además, un fuerte desencuentro con Cela durante su primer viaje de vuelta a España (1974), tras el cual se fue del país «sin que la sociedad literaria se dignara a enterarse». La segunda y última vez que pisó suelo español, en 1976, fue recibido «con frialdad, como algo de otro tiempo» y, sin embargo, «fue un hombre libre, noble, que dijo a cada momento lo que debía, sin temor a la censura ni a nada», recuerda García-Posada, quien concluye que recuperar a Sender es «un caso de justicia». EFE
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.