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Sábado, 8 de septiembre 2007, 10:18
LISBOA / LONDRES. DV. Kate McCann, madre de la niña Madeleine, de cuatro años, que desapareció en la noche del 3 de mayo cuando se encontraba con su familia de vacaciones en Praia da Luz, fue clasificada ayer como sospechosa en la investigación de la policía portuguesa tras un largo interrogatorio a lo largo de dos días. Su marido, Gerry, que manifestó ayer que su mujer es absolutamente inocente, entró en la comisaría de Portimao poco después y, a la hora de cerrar esta edición, no era conocido su estatus en las pesquisas, aunque es previsible por la informaciones filtradas a la prensa sobre las líneas de investigación que también será calificado como sospechoso en las próximas horas.
Según informó ayer la CNN, que citaba a un familiar, la policía lusa habría ofrecido un acuerdo a Kate McCann a cambio de su confesión. David Hughes, portavoz de la familia, señaló ayer tarde a ala agencia de noticias AFP que la Policía lusa declaró a Kate «sospechosa de la muerte accidental de su hija».
La ley impide a la policía portuguesa identificar a los sospechosos de sus investigaciones pero un portavoz oficial informó a la agencia de noticias Lusa en la tarde de ayer que la investigación sobre Madeleine tiene dos. Hasta ahora había uno, Robert Murat, un británico que vive cerca del lugar de la desaparición y que dijo ayer a la BBC que no ha tenido ningún contacto con la policía desde hace varias semanas.
La calificación de sospechoso en el procedimiento portugués otorga el derecho de contar con la asistencia de un abogado y permite a la policía plantear en los interrogatorios cuestiones específicas -en el caso de Kate McCann fueron ayer veintidós las preguntas- que no podrían plantear a alguien que es un simple testigo.
Según fuentes policiales, los detectives repasan ahora en los interrogatorios toda la secuencia de la desaparición de la niña y la prensa local cree que están analizando escuchas telefónicas y correos electrónicos del matrimonio y de su entorno.
Abucheos y absurdos
Kate McCann, de 39 años, fue interrogada durante casi once horas a lo largo del jueves en una manera directa, según portavoces de la familia, y compareció de nuevo a las once de la mañana de ayer y volvió a declarar por espacio de cinco horas. En el exterior de la comisaría de Portimao había mucha gente y periodistas. Algunas personas del público abuchearon a la madre de Madeleine, que salió de las dependencias policiales con rostro de abatida.
El giro en las investigaciones se produce pocas horas después de que llegasen a manos de la policía judicial los resultados parciales del análisis forense, realizado en Reino Unido, de muestras biológicas que se encontraron en el apartamento en el que desapareció la niña y en otros lugares.
Los portavoces de la familia en Portugal, que han actuado en los últimos meses como animadores de una campaña internacional para encontrar a Madeleine, explicaron ayer que la policía sospecha que Kate- y quizás Gerry- mataron accidentalmente a su hija antes de levantar la alarma sobre su desaparición.
La confirmación oficial de sospecha sobre los McCann, que había sido sugerida hasta ahora en medios de comunicación, provocó consternación en el entorno de la familia. Su portavoz en Praia de Luz, Justine McGuinness, y la madre de Kate, en Leicester, coincidieron en calificarla de absurda. «Todo se ha convertido en una pesadilla en las últimas semanas y especialmente hoy», dijo Susan, la madre de la sospechosa. John McCann manifestó a la BBC, tras hablar con su hermano Gerry, que su espíritu es que, si ha de ocurrir esto, lo afrontarán para que se despejen cuanto antes las dudas y prosigan la pesquisa.
Extraño giro
La investigación del caso ha tomado un curso distinto desde el descubrimiento, a principio de agosto, por perros adiestrados de la policía británica, de restos de sangre que podría ser de Madeleine en el apartamento en el que desapareció. La búsqueda de la niña parece haber derivado hacia la resolución de un homicidio, que habría ocurrido en el apartamento.
La Policía Judicial portuguesa preguntó a Kate McCann en el interrogatorio, durante cerca de once horas, a lo largo del jueves, sobre el hallazgo de restos que habrían sido asociados a Madeleine por los forenses en un coche que la pareja alquiló veinticinco días después de la supuesta desaparición. Además, el rastro de cadáver detectado por los perros ha llevado además a la policía a analizar fibras de un sofá del apartamento de los McCann y del peluche favorito de Madeleine, que su madre lleva siempre en la mano incluso al comparecer a los últimos interrogatorios.
La hipótesis, por tanto, sería que los McCann mataron accidentalmente a la niña, limpiaron casi todos los rastros en el apartamento, levantaron la alarma en una llamada a la policía, promovieron una campaña pública de gran repercusión para su hallazgo y luego enterraron el cadáver.
Los McCann habrían hecho todo eso sin perder nunca la compostura. En los dos días en los que ha durado el interrogatorio, Kate McCann, que es una mujer muy religiosa, ha acudido a la comisaría de Portimao con un bolso en el que asomaba el amuleto de sus comparecencias públicas, el peluche rosa de su hija.
En Rothley, el pueblo de los McCann, allegados y amigos no dudan en mantener inquebrantable su apoyo a la familia y consideran «absurdo» que se acuse al matrimonio de la muerte de la pequeña Madeleine. «No creemos ni por un momento que sean culpables», decía un tío suyo.
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