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Imaz abandona por sorpresa la política activa
Politica

Imaz abandona por sorpresa la política activa

Asegura que quiere contribuir a la unidad interna en el PNV. Afirma que el partido ni puede modernizarse si está dividido. La inesperada decisión empuja la posibilidad de una única lista.

ALBERTO SURIO asurio@diariovasco.com

Jueves, 13 de septiembre 2007, 10:19

SAN SEBASTIÁN. DV. El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, anunció ayer por sorpresa que no volverá a presentarse como candidato a la reelección al frente del EBB. Imaz justifica su decisión en favorecer la cohesión interna y no contribuir a la división en el PNV, ya que «por encima de actitudes cortoplacistas, añadiría dosis de inestabilidad y radicalidad a la política vasca», según se recoge en un artículo de opinión que se publica en esta misma página.

La inesperada noticia supone un vuelco considerable en plena renovación interna del PNV, a las pocas horas de que la dirección de esta formación hubiera consensuado por unanimidad una propuesta de ponencia política que abre las puertas a una consulta popular si no se alcanza un acuerdo entre partidos e instituciones sobre el derecho de decisión.

Imaz, que había lanzado en las últimas semanas mensajes a favor de la unidad interna, renuncia a seguir al frente del PNV con el objetivo de propiciar una lista única al EBB de cara a la asamblea general de este partido prevista los próximos 1 y 2 de diciembre. «El esfuerzo por la unidad nos obliga a todos, también a mí», asegura en el escrito.

La retirada de Imaz no obedece tanto a un cambio en la relación de fuerzas interna en el seno del PNV -que hace cuatro años enfrentó a dos tendencias, lideradas respectivamente por Imaz y Egibar- sino a algunos realineamientos en el seno de ambos bloques y en el surgimiento de una corriente a favor del pacto interno en los dos sectores, con un papel determinante a favor del acuerdo por parte de Iñigo Urkullu y de Joseba Egibar, presidentes de las ejecutivas jeltzales en Vizcaya y Gipuzkoa. La retirada de Imaz también revela los problemas de maniobra con los que ha tropezado su estrategia pactista en una formación en la que el sector soberanista se ha atrincherado en torno al mensaje del lehendakari Juan José Ibarretxe a favor de una consulta popular. Imaz no ha ocultado sus divergencias respecto a la posibilidad de un referéndum convocado sin consenso previo y en una coyuntura en la que ETA ha regresado a la actividad terrorista.

El artículo de despedida de Imaz deja claras sus pretensiones. «La reproducción de la división de hace cuatro años se produjo en una transición de liderazgos compleja y puede debilitar de forma importante al PNV», señala, convencido que «mi decisión de no ser candidato responde a una contribución que facilite un proceso interno que cohesione y una a nuestra opción política».

El anuncio de Imaz, que era desconocido incluso por su entorno más cercano en las últimas horas, responde a una reflexión de carácter personal que no deja de constatar de forma implícita los problemas que ha tenido al frente de la formación jeltzale a la hora de ejercer su liderazgo. «Un partido no puede llevar adelante una modernización necesaria en un contexto de competición por el discurso. La reflexión serena exige liderazgos no cuestionados y partidos unidos y sólidos», sostiene.

Los sectores más soberanistas del PNV habían puesto como condición para el consenso interno, además de la necesidad de una ponencia de síntesis, que el mismo Imaz no fuera el candidato a la reelección al frente del EBB.

La decisión, al parecer, venía madurándose en los últimos días aunque ya fue en cierta forma veladamente insinuada en la pasada fiesta de San Ignacio, cuando Imaz señaló que por encima de las personas estaban los proyectos y que él no iba a ser ningún obstáculo en ese sentido. Algunos interpretaron entonces que el presidente del EBB se cuestionaba su continuidad al frente de la formación jeltzale. Ese mismo mes el propio Imaz había marcado con claridad su territorio de partida en un artículo en el que advertía de los riesgos de una consulta sin consenso político previo que podría reforzar la estrategia de ETA después de su anuncio de ruptura del alto el fuego.

La visión de Imaz contrastaba claramente con las tesis de la línea más soberanista del partido, pero también mostraba ciertas diferencias respecto a los planes del mismo lehendakari Ibarretxe, partidario de llevar adelante la consulta popular con independencia de la vuelta de ETA a la violencia. El presidente del PNV volvió a la carga hace pocas semanas al incidir en la necesidad de pactos transversales entre nacionalistas y no nacionalistas para acordar un marco jurídico-político que tuviera un mayor respaldo que el Estatuto de Gernika.

El pasado martes, Imaz mantuvo una larga reunión con el presidente del PNV de Vizcaya, Iñigo Urkullu, y con el burukide Joseba Aurrekoetxea, que ha tenido un protagonismo clave en la negociación de la ponencia política, en la que les adelantó su intención de no competir por la presidencia del partido. Durante el día de ayer, Imaz mantuvo numerosos contactos después de anunciar su decisión, entre otros, con el presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, y con el lehendakari Ibarretxe, así como con dirigentes de todo el arco parlamentario.

Medios cercanos al presidente del EBB destacan las razones personales de la decisión aunque no ocultan la falta de condiciones para que se presentara a la reelección con más margen de maniobra para desarrollar su proyecto. No obstante, precisan que si hubiera presentado su candidatura, ésta hubiera ganado con el respaldo de la mayoría. Desde el sector más afín a Imaz, que no oculta su desconcierto, se interpreta que el anuncio de la retirada fuerza la hipótesis de una lista unitaria en el PNV y emplaza a la corriente liderada por Egibar a que realice movimientos tangibles que demuestren que también está por la unidad del partido.

Confianza

El sector próximo a Imaz no interpreta que esta decisión implique una derrota de la línea pactista en el seno del PNV y está confiado en que la mayoría de la organización respalda la estrategia emprendida por el que hasta ahora ha dirigido la formación jeltzale.

Las próximas semanas resultan determinantes para saber si, finalmente, habrá una o varias candidaturas al EBB. En un principio la figura que suena con más fuerza en el PNV para competir por la sucesión de Imaz es la de Urkullu, portavoz del EBB, en su día fiel aliado para la elección de Imaz como presidente frente a la candidatura de Egibar. Otras fuentes no descartan tampoco a Josu Erkoreka, portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados.

Aunque en ciertos ámbitos jeltzales apuntan un cierto enfriamiento en la relación entre la organización de Vizcaya y el propio Imaz, el entorno de este último insiste en que la sintonía con Urkullu es total. Afirma, en ese sentido, que si en su día fue el mismo Urkullu el que tuvo que convencer a Imaz para que aceptase la candidatura al EBB, en esta ocasión ha sido el líder del PNV el que se ha esforzado para persuadir al presidente del BBB de la conveniencia de un relevo que proporcione estabilidad al partido. Urkullu se convierte pues en el candidato favorito de consenso para la futura sucesión.

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