

Secciones
Servicios
Destacamos
KEPA OLIDEN
Jueves, 4 de octubre 2007, 09:51
ARRASATE. DV. La fiesta de Maritxu Kajoi y el bar Biona comparten algo más que una historia paralela. Ambas nacieron en octubre de 1977 fruto de la iniciativa popular, y durante los últimos treinta años se han convertido en referente de la vida social y nocturna en Arrasate.
Pero mientras la fiesta de Maritxu Kajoi cumple mañana los treinta en todo su esplendor, al Biona le ha llegado la hora de echar la persiana.
Sagrario López, que ha estado al frente del establecimiento desde su apertura en otoño de 1977, fijaba para marzo la fecha de clausura.
Es entonces cuando concluye el contrato de arrendamiento que mantienen con los propietarios del establecimiento. Estos les han manifestado su deseo de vender el bar, pero los arrendatarios no han tomado aún ninguna decisión al respecto.
Como recalcaba Sagrario López, «realmente todavía no sabemos qué será del Biona después de marzo», aunque a renglón seguido reconocía que se trata de un negocio «próspero y agradable».
El bar Biona fue rebautizado hace 45 años tras una completa remodelación acometida por las hermanas María Luisa y Marilu Bengoa. Las dos -de ahí su nombre Biona- arrendaron la vieja bodega Antxola a la familia Leturia, propietaria aún hoy del establecimiento. La antigua tasca de Zurginkantoi, con sus pellejos de vino, renacía el 29 de abril de 1962 como el bar más moderno de todo Mondragón y el valle de Leintz.
El bar que durante 15 años regentaron las hermanas Bengoa se convirtió en el centro de la vida social arrasatearra de la época, y por el establecimiento desfilaron personajes famosos como el campeón italiano de ciclo cross Renato Longo, el cantante Juan Manuel Serrat o la belleza local de la época conocida como La Bermejo, que protagonizó un sonado episodio al entrar a caballo en el bar. Lo hizo, recuerda Marilu Bengoa, «porque en aquella época una enorme pintura con la imagen de una diligencia presidía el establecimiento».
Las hermanas Bengoa dejaron el bar en 1977 y en octubre de aquel año, coincidiendo con la celebración de la primera fiesta de Maritxu Kajoi, un grupo de jóvenes se hacían cargo del establecimiento. Entre ellos estaban las hermanas Edurne y Asun Iturbe, sobrinas de las hermanas Bengoa. Completaban el grupo Sagrario y Félix López, Ramón Igartua e Iñaki Etxebarria. A partir de este núcleo inicial, una veintena de camareros han pasado por el Biona a lo largo de los últimos 30 años.
A todos ellos se les dedicó el homenaje que cada año tiene lugar en el marco del 'novenario'de Maritxu Kajoi, celebrado el pasado viernes con la tradicional degustación de vino de Rioja y queso alavés a los pies de la imagen de la 'patrona' de los txikiteros.
No todos los destinatarios del homenaje tuvieron ocasión de estar presentes en el momento de la entrega del simbólico embudo, pero sí se acercaron catorce camareros y ex camareros que, tras el acto de entrega, celebraron una cena de hermandad.
La contribución de estos trabajadores ha hecho del Biona, en palabras de Sagrario López, un bar que durante 30 años se ha caracterizado por su «estrecha vinculación a los movimientos sociales y populares, su apoyo a los presos políticos vascos y su respaldo a la música y a la cultura de este país». López resumía la filosofía del Biona en «trabajo colectivo, compañerismo e igualitarismo».
La despedida del histórico y emblemático bar Biona marcará la edición número treinta de la fiesta de Maritxu Kajoi, que como es costumbre se celebrará mañana día 5 por ser el primer viernes de octubre. En realidad, Maritxu Kajoi debería cumplir no treinta sino 32 años, pero dos celebraciones fallidas retrasaron su nacimiento hasta en 1977.
La primera festividad, programada en 1975, se suspendió a raíz del asesinato de Iñaki Etxabe en Kanpanzar. Y la del año siguiente volvió a suspender a causa del repentino fallecimiento del llorado párroco Don José Luis Iñarra.
Así, con dos años de retraso arrancaba una festividad cuyos ingredientes -traje elegante, txikiteo, cena y juerga- conforman una receta de éxito seguro. Cada vez más lejos queda el recuerdo del legendario txikitero Pepe Mercader, cuyo brindis ¿por Maritxu! en honor a la Virgen del Rosario que presidía la tímpano de la puerta de la parroquia en Erdikokale dio origen a esta fiesta.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.