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FELIX IBARGUTXI
Martes, 9 de octubre 2007, 03:27
SAN SEBASTIÁN. DV. El filólogo y prehistoriador cántabro Jorge Mª Ribero-Meneses acudió ayer a San Sebastián, invitado por la asociación Agiñalde, para presentar sus libros La primera diáspora basko-kántabra de la Humanidad y El origen cantábric del Homo sapiens. Pero lo que parecía que iba a ser la presenación de esos libros acabó en presentación de la denuncia que ha interpuesto la semana pasada contra el Estado Español ante la Unesco y la Unión Europea, porque no cumple con su deber de proteger distintos patrimonios, desde el euskera hasta ciertos yacimientos arqueológicos de Cantabria.
Los interesados podrán escuchar y valorar sus teorías en la charla que dará hoy a las 19.00 horas en el centro Koldo Mitxelena de San Sebastián.
Ribero-Meneses, que fue profesor de la Universidad de Bruselas, es un hombre que se considera perseguido por los poderes públicos y por el mundo académico, «que es su servil aliado».
«El Estado cultiva además el terrorismo institucional -dijo ayer- contra los tres únicos filólogos españoles que hemos investigado en profundidad los orígenes del euskera y que hemos defendido su condición de madre de todas las lenguas (el jesuita Julio Cejador, Imanol Agirre y yo). Condenados al ostracismo más absoluto y despiadado, los tres hemos sido conducidos a la ruina. Cejador se murió absolutamente amargado, Agirre tuvo que malvivir y acabó retirado en un caserío; y conmigo les ha salido mal: he tenido tres infartos y una operación a corazón abierto, pero no me moriré cuando lo digan ellos».
La denuncia que ha presentado ante la Unesco y la Unión Europea empieza acusando al Estado Español de «boicotear y obstruir la divulgación de de los descubrimientos que confirman la primogenitura histórica del pueblo basko» y además censura al Estado por «mantener centenares de yacimientos arqueólogicos en el más absoluto abandono» y por «desruir sistemáticamente la civilización Cantábrica, la más antigua del Planeta».
Ribero-Meneses está particularmente preocupado porque se ha autorizado la explotación de canteras y minas a cielo abierto en el Macizo del Dobra, en Cantabria, «en el que se concentran algunas de las principales reliquias de la Humanidad, tales como Altamira, Puente Viesgo y Hornos de la Peña».
Este filólogo y arqueólogo sostiene que en ese macizo de Cantabria están «las más antiguas y perfectas creaciones pictóricas creadas por el ser humano, la gruta con mayor número de niveles paleolíticos del planeta, las minas más antiguas del mundo y la primera manifestación de escritura conocida». En este último caso se refiere a un triángulo aparecido en la Cueva del Castillo.
Además, en la denuncia incluye «el atentado que está a punto de consumarse en la Quinta del Campo Giro, de Santander». Allí hay unos manantiales termales «de carácter oracular» y ahora hay un proyecto para construir casas.
Ribero-Meneses cree que «Asturias, Cantabria, el País Basko, Nabarra, La Rioja y la Vieja Castilla burgalesa han constituído, desde la Prehistoria, un mismo país, configurado por la geografía a caballo de las aguas del Cantábrico y del Ebro». Ese pueblo hablaría en la Prehistoria una lengua de la que el euskera sería «su principal y más directa y fiel heredera».
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