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IGNACIO TYLKO
Domingo, 14 de octubre 2007, 02:24
AARHUS. La selección respira de nuevo y atisba un futuro esperanzador tras superar con un claro triunfo el difícil examen que tenía en el encuentro ante Dinamarca. España, que seguramente hubiese firmado un empate también válido para sus aspiraciones de clasificación, se topó con un rival endeble, sumamente débil, y se hizo rápidamente con la posesión del esférico.
La presencia de los 'jugones' facilitó la labor de toque de los de Luis Aragonés en la parcela ancha del terreno de juego. España fue tejiendo de esta manera su tela de araña, en la que daneses fueron cayendo con el paso de los minutos como fruta madura. Toque y más toque. La selección tenía el balón y ello le insuflaba tranquilidad y seguridad en sí misma.
Pero fue un espejismo. Los entrenados por Morten Olsen se fueron diluyendo como un azucarillo. Y fue Raúl Tamudo el encargado de traducir la superioridad española en gol al anotar el primero. Lo hizo de cabeza tras recibir un pase de Iniesta desde la izquierda después de un bonito recorte. Caprichos del destino, tuvo que ser otro Raúl en el que enfilase el camino del triunfo español. El tanto, cuando sólo habían transcurrido diez minutos, ejerció un efecto demoledor en los daneses y relajante en los españoles, aunque poco después se produjeron unas manos de Cesc Fabregas en el área de Casillas en un más que posible penalti que el colegiado no concedió.
El partido dibujó desde el principio el escenario más favorable para los de Luis Aragonés. Un rival atemorizado y un gol tempranero le pusieron enseguida en la senda del éxito. Sin un juego exquisito, España se hizo dueña de la situación.
Gusto por el balón
Así se llegó al segundo tanto en la mejor jugada del encuentro. Una auténtica apología de la querencia por el balón de los españoles. Los hombres de Luis se cedieron el cuero en todas las direcciones en toques cortos con la complacencia de los daneses, que miraban de un lado a otro como corría la pelota. La secuencia de pases concluyó con una bonita pared entre Tamudo y Sergio Ramos que el madridista convirtió en gol ante la salida de Sorensen.
Era el 0-2 y prácticamente la puntilla al encuentro. Antes de concluir la primera mitad Cesc envió el balón al larguero y España se fue al descanso sabiendo que sólo un milagro podía voltear una situación muy favorable.
A base de balones bombeados, consiguió Dinamarca atisbar un tanto que le metiese en el partido. Lo pudo hacer Martin Laursen de cabeza en un balón que despejó Casillas, Thomas Helveg en un error del cancerbero español en un mal despeje y Nicklas Bendther en un balón que estrelló en el poste. Pero España sabía que eran retazos y que tenía al rival contra las cuerdas, por eso siguió dejando pasar los minutos sin alterarse más de la cuenta. Aún así, el jugador del Villarreal Jon Dahl Tomasson anotó el 1-2 en el minuto 87, pero no le tembló el pulso a España que sólo un minuto después sentenció con un golazo de Albert Riera. Y consiguió llegar al término sin sufrimientos. Superó el examen a base de toque, sin juego brillante, pero sabiendo aprovechar a la perfección los puntos flacos del rival. EFE
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