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ARANTXA ALDAZ aldaz@diariovasco.com
Domingo, 28 de octubre 2007, 02:48
SAN SEBASTIÁN. DV. Más allá del impacto medioambiental, la construcción de la 'Y' vasca supondrá un perjuicio para las explotaciones agroganaderas que discurren por el trazado ferroviario de alta velocidad. En concreto, serán 331 propiedades las afectadas en el País Vasco, de las cuales 223 están en Gipuzkoa, 76 en Álava y 32 en Vizcaya. Es la cara menos amable de la moderna infraestructura: caseríos partidos en dos por el trazado de las vías, terrenos absorbidos por las excavaciones y negocios agroganaderos soterrados por los túneles.
Consciente de los problemas que pueden ocasionarse, el Gobierno Vasco puso en marcha el año pasado una oficina de atención a los afectados, Lurranek, creada bajo el amparo de las consejerías de Transportes y Agricultura. La oficina funciona como «intermediario» entre los propietarios de los suelos rurales y las instituciones responsables del proyecto. «Cuando nos plantean un problema, lo comunicamos al departamento correspondiente y le intentan dar una solución», explica Luis Javier Tellería, director de IKT (Nekazal Ikerketa eta Teknologia), empresa que realizó un estudio sobre la fincas que iban a ser afectadas por el paso del tren.
En el último año se han gestionado 220 compensaciones. Las alternativas propuestas son diversas y dependen de cada caso particular. Los baserritarras que tengan tierras afectadas por el paso del tren de alta velocidad podrán cambiarlas por otras cercanas a su explotación original. Quienes se nieguen a la fórmula de la permuta, cabe la posibilidad del justiprecio (un precio tasado) y también las de la expropiación forzosa, aunque estos casos, precisa Tellería, son los menos. Se trata, en definitiva, de agilizar las obras y garantizar la supervivencia de las explotaciones agrarias en el mismo entorno. El objetivo final es «limitar lo más posible el impacto sobre el suelo agrario» de las obras, con 109 kilómetros en territorio guipuzcoano que discurrirán en un 66% a través de túneles.
El impacto en la mayoría de las explotaciones guipuzcoanas será «leve», pero en una docena de casos el trazado impedirá continuar con la actividad agroganadera. «Son los casos más graves. El resto serán solventables». sostienen desde IKT. De momento, no se han adelantado los puntos más conflictivos, aunque todo indica que las afecciones más notables se darán en el Goierri y en Ezkio-Itsaso, donde la 'Y' vasca enlazará con el tramo navarro.
«Banco de suelo»
Tellería reconoce que las grandes infraestructuras, como la del Tren de Alta Velocidad, «van a ser también grandes quitadores de suelo agrario», más si cabe en un territorio como Gipuzkoa, con pequeñas explotaciones diseminadas en la geografía. Lurranek se concibe en este sentido como un «embrión de un futuro banco de suelo», una especie de colchón con terrenos que ya están en manos públicas que permitiría afrontar futuras permutas en caso de que prosperen nuevos proyectos de envergadura. Según Tellería, se trata de una experiencia «innovadora» en el Estado, pues «nunca se había creado para gestionar en exclusiva el suelo agrario». Los primeros pasos están siendo positivos y otras comunidades ya han pedido asesoramiento para extrapolar la idea. Se repartirán además folletos informativos en las zonas afectadas.
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