Vender un piso usado en Gipuzkoa cuesta el doble de tiempo que hace un par de años

SAN SEBASTIÁN. DV. La fiebre de la compraventa de pisos ha echado el freno. Ya no se ve la «alegría» de movimientos de hace tan solo un par de años y algunos carteles de se vende que antes tenían una vida fugaz en las fachadas, ahora se eternizan y se cubren de polvo. En Gipuzkoa, el frenazo en la venta de pisos está teniendo su mayor incidencia en las viviendas de segunda mano. Según señalan los intermediarios inmobiliarios que operan en el territorio, ahora «se tarda el doble de tiempo» que hace dos años en poder colocar un piso de este tipo y los precios «se están ajustando a los niveles de 2004». En muchos casos, los propietarios de estas fincas de segunda mano se ven obligados a «negociar a la baja un 10%» para poder vender el piso en un plazo razonable. Mientras, los compradores se mantienen expectantes a la espera de «ver si baja un poquito más». Los expertos consideran que es un ciclo y prevén un nuevo repunte en 2008.

«La situación ha cambiado de tal modo que, si antes nos daba una alegría cuando nos entraba un piso para vender en la oficina porque se colocaban enseguida, ahora lo que nos hace falta son compradores. Pisos para vender nos sobran», afirma Mercedes, de inmobiliaria Amaher de Irun. La coyuntura actual hace que la oferta de fincas a la venta en las inmobiliarias sea más amplia que nunca.

La subida en los tipos de interés, el aumento imparable de los precios de la vivienda en los últimos diez años, el estancamiento de los salarios, la posición de las entidades financieras «que antes daban préstamos con mucha facilidad y ahora ponen pegas para todo», la construcción de VPO... Estas y otras razones han desembocado en la paulatina «ralentización» de un mercado inmobiliario que «tocó techo en 2005».

La situación es «generalizada» en todo Gipuzkoa. «Hay datos oficiales del registro de la propiedad que reflejan que en 2006 y 2007 el número de transacciones ha bajado con respecto a 2005», afirma Jenaro Kortajarena, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Gipuzkoa. En su opinión, en la actualidad existen dos realidades: por un lado, la de las casas de nueva construcción, «que tienen sus precios fijados y nunca va a ir a la baja porque el suelo es escaso y el coste de materiales es cada vez mayor; y por otro, el de la segunda mano, donde se está produciendo un movimiento de ajuste de precios, porque no podía ser que los propietarios de una vivienda usada vendieran más caro que la nueva construcción».

«En su precio»

El mercado está poniendo a cada uno en su sitio. «Si hace dos años se vendían muchos pisos de segunda mano en la primera visita y la media era de tres a seis meses, ahora se tarda el doble», aseguran desde una inmobiliaria de San Sebastián. Esta tardanza en la venta de la finca de segunda mano ocurre sobre todo en aquellos pisos que «no han ajustado su precio» a las circunstancias actuales del mercado. «Antes se vendía hasta lo que no estaba en su precio. Hasta 2005, se podía vender un piso por 80 millones de pesetas, que en 2003 se había comprado por 50. Ahora sólo se vende lo que está en su precio», añaden desde la oficina donostiarra.

Los intermediarios inmobiliarios se esmeran en informar de la actual coyuntura a los clientes que les confían pisos para su venta. En esos casos, aunque se tarde un poco más que antes, «se encuentra comprador en un plazo razonable», afirma Helena Quintana, propietaria de una inmobiliaria con el mismo nombre en Zarautz.

Los precios cotizan a la baja o, como los intermediarios inmobiliarios prefieren decir, «se ajustan» o «se negocian» a la baja. «Si el mercado de segunda vivienda estuviera a precios normales -afirma Kortajarena- no daría la sensación de que haya que rebajar el precio, pero es que en los últimos años ha estado muy por encima y ahora se está ajustando». La rebaja se sitúa en torno al 10%. En los casos más extremos, «hay quien ha bajado el precio en 10 millones para poder venderlo», afirman desde una agencia.

Precio y urgencia a la hora de desprenderse del piso influyen en la mayor o menor bajada de precios o en que la venta de determinada vivienda se eternice. «A los propietarios les contamos la realidad y les decimos que al precio al que lo quieren poner no lo van a vender. La realidad es la que es y el mercado está como está. Se le valora la casa y se le aconseja el precio al que va a poder venderlo. Si piden más les decimos que a ese precio no va a haber llamadas...», afirman desde una oficina de Donostia.

¿Y cómo actúan los posibles compradores? «En estos momentos, la gente mira precio y está a la espera de ver si baja un poco más. Sólo compra el que tiene necesidad», señala una agente inmobiliaria

Euribor a la baja

Para explicar la actual ralentización, Kortajarena alude también al factor «psicológico» que antes hacía que «se vendiera más rápido y ahora, por la noticias negativas, hace que la gente espere. Pero la demanda existe». En su opinión, el mercado «volverá a repuntar» porque la «perspectiva del Euribor -tipo de interés de de referencia para la mayoría de hipotecas- es a la baja».

Javier Ganuza, de Agencia Inmobiliaria Ondarreta de Servicios, también es de los que piensa que los tipos de interés van a bajar. «Algo que ya está sucediendo desde hace algunas semanas. Los bancos en breve plazo van a volver a querer invertir en el mercado hipotecario en cuanto se digieran los malos efectos que han producido las hipotecas basura y los pisos van a seguir subiendo, aunque sin duda, de forma menos exagerada. En San Sebastián comprar un piso va a ser, como ha sido siempre, una magnífica inversión», afirma.

Otras voces ven en la actual crisis una oportunidad de negocio. Eduardo Molet, presidente de la Red de Expertos Inmobiliarios de España, considera que ahora es posible adquirir mejores pisos por menos dinero. «Es un buen momento para comprar, ya que ahora se puede escoger entre una gran oferta».

jmvelasco@diariovasco.com