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Politica

Imaz llama a la unidad del PNV y solicita lealtad hacia Urkullu para «no dividir» su proyecto

Participó en su último acto como presidente del EBB en el homenaje a Arana y cedió el testigo simbólico al actual líder del partido en Vizcaya. Defiende hasta el final sus tesis en favor del «pactismo político»

PPLL

Lunes, 26 de noviembre 2007, 10:13

SUKARRIETA. DV. En su último acto público como presidente del PNV, Josu Jon Imaz hizo ayer un llamamiento a la «unidad» del partido y emplazó a los militantes a ser «leales» a Iñigo Urkullu, que le relevará el próximo fin de semana y liderará el partido durante los siguientes cuatro años. Imaz concluye un mandato marcado por la división interna y pretende con su último mensaje que las bases respalden a la nueva Ejecutiva elegida en el proceso electoral interno para que «no se divida» el proyecto de la formación nacionalista. «Todos detrás del próximo presidente y del próximo EBB», defendió.

El fuerte abrazo de Imaz a Urkullu al final del homenaje a Sabino Arana simbolizó la entrega del testigo de la presidencia del PNV. Ambos coincidieron en la localidad vizcaína de Sukarrieta con motivo del 104 aniversario del fallecimiento del fundador del partido. Urkullu será elegido por consenso de las distintas sensibilidades del partido tras la renuncia del propio Imaz y de Joseba Egibar. El actual líder del EBB aseguró estar «orgulloso y feliz» de que Urkullu sea la persona que liderará el partido en los próximos años.

Durante su intervención, Imaz hizo una defensa de las tesis pactistas que ha sostenido en los últimos cuatro años frente a los sectores más soberanistas del partido. En un mensaje de clara clave interna, destacó que en el PNV «no hay nunca guardianes de las esencias fuera de los órganos competentes del partido». «Lo que hay en el PNV son dirigentes democráticamente elegidos, a los que corresponde definir los caminos», apuntó.

En este sentido, precisó que «sólo a ellos les corresponde decidir qué estrategia tiene que llevar este partido adelante, por supuesto, con el aval de todos los órganos correspondientes al partido». «A todos los demás lo que les corresponde es ser leales con ellos: ayudarles, empujarles y estar detrás. Todos alineados detrás de ellos porque les va a corresponder dirigir este partido en los próximos tiempos, que no serán fáciles», añadió.

A su juicio, «la fuerza y la unidad en este partido es el elemento necesario para poder construir país». «Sin fuerza y sin unidad, no somos nada. Nuestro proyecto se divide y no podemos avanzar en construir este país. Por tanto, primero, fuerza, segundo, eficacia y, tercero, honradez», apuntó, para emplazar a «no dilapidar el tesoro» del PNV.

«Mayorías sociales»

Por ello, señaló que hay que respaldar a la miembros de la nueva dirección jeltzale, «incluso cuando tengan que tomar, a veces, decisiones difíciles y, en algunas ocasiones, incluso decisiones que nos cueste entender. «Éste es el legado de nuestra organización, de nuestro pasado y de nuestro presente», aseguró.

Imaz hizo un alegato en favor de la transversalidad y el acuerdo entre diferentes. En este sentido, defendió su «ser nacionalista» pero precisó que el PNV no es sólo nacionalista, sino también «humanista, solidario y europeísta». «Hay otros valores, otros elementos en nuestra cultura que también forman parte del legado que este partido tiene entre manos, por ejemplo, el Estado plurinacional», añadió.

En este contexto, defendió «el pactismo como forma de hacer política desde el realismo, buscando las mayorías sociales para llevar nuestro proyecto político adelante», y emplazó a seguir «el camino hacia sus metas», pero «nunca por los atajos, desconfiando siempre del que sube por ellos».

Por ello, llamó a «desconfiar siempre de fórmulas, que bajo la apariencia de sumar votos, sólo sirven» para que la formación jeltzale y su proyecto político «se difumine y que la sociedad vasca» no le pueda ver «como realmente es», en aparente alusión a la propuesta de Egibar de formar una coalición nacionalista para las próximas elecciones generales de marzo, medida vista con buenos ojos por algunos sectores de Eusko Alkartasuna.

Durante el homenaje de Sukarrieta, Imaz depositó una corona de flores en la tumba de Sabino Arana acompañado de dirigentes y cargos públicos de la formación nacionalista. El año que viene, será Urkullu el encargado de cumplir con esta tradición.

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