La asignatura de saber jugar bajo presión sigue pendiente

El Arrate ha dado un salto cualitativo respecto a la pasada campaña, en la que su presidente llegó a tildar a su plantilla como la mejor de su historia.

La gran dependencia que tenía de su máximo artillero Davor Cutura, ahora en las filas vallesanas, ha sido el primer reto que ha superado con garantías. La primera línea ha sabido sobreponerse a esta adversidad. La explosión de Jurkiewicz ha sido la mejor noticia. Aunque en líneas generales el equipo todavía no está lo suficientemente maduro para dar el salto del grupo de los modestos al de los notables.

Jugar bajo presión es una asignatura que todavía no la tiene superada. Su rendimiento baja muchos enteros y eso le ha conducido a la pérdida de más de un punto. Uno a los que afecta de manera más visible esta situación es al propio internacional polaco. Si bien es todo un espectáculo los lanzamientos y visión de juego que tiene durante la contienda, sufre un cortacircuito bajo presión. Ante el Octavio perdió el balón a falta de veinte segundos, permitiendo empatar así a los gallegos, y en Torrevieja, además de no ver a penas portería (2/10) lanzó en los minutos finales sin criterio (bloqueó la defensa) y provocó una pérdida de balón.