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Miércoles, 2 de enero 2008, 01:35
SAN SEBASTIÁN. DV. Encapuchados protagonizaron tres nuevos actos de violencia callejera en las dos últimas jornadas festivas. Los violentos atacaron en la madrugada del martes el batzoki de Zumarraga y la sede de la Subdelegación del Gobierno en Vitoria, mientras que en la noche del pasado domingo la estación de Euskotren sufrió un nuevo sabotaje.
El primer acto de kale borroka del año se produjo a las 0.30 horas cuando varias personas arrojaron cócteles incendiarios contra el batzoki de Zumarraga situado en la avenida de Euskadi. Los artefactos originaron un pequeño fuego que fue apagado por los vecinos con extintores y apenas causó daños en el local, según la Policía vasca.
Tres horas después, en Vitoria desconocidos lanzaron nueve cócteles molotov contra la Subdelegación del Gobierno situada en la calle Olagibel que apenas causaron desperfectos en la fachada del edificio. El delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, hizo público un comunicado en el que expresó su «más enérgica repulsa» al ataque y manifestó su «rechazo absoluto de este y de todos los actos terroristas que se vienen cometiendo en el País Vasco». Luesma, que aseguró que los autores del ataque «pagarán por ello», criticó además que «mientras unos amenazan y otros colocan bombas, otros callan cobardemente, expresando con su silencio su cobardía ante los terroristas».
En Errenteria, encapuchados prendieron fuego a la zona de expedición de billetes de la estación de Euskotren, el pasado domingo a las 22.00 horas. Las llamas afectaron a dos máquinas expendedoras, a un ordenador y a la taquilla de la estación, según informó la Ertzaintza. El Ayuntamiento errenteriarra condenó el ataque en un comunicado suscrito por todas las fuerzas municipales salvo ANV.
Falso artefacto e incendio
Por otra parte, desconocidos colocaron un artefacto explosivo simulado en la puerta del domicilio del concejal de UPN de Villava Alfonso Úcar, quien lo consideró un «nuevo intento de amedrentamiento e intimidación», pese a que son «objetivos que no van a conseguir». Así lo señaló a Efe el propio Úcar, quien relató que al salir de su vivienda, sobre las 9.30 horas, advirtió la presencia del paquete, del que salían «un montón de cables por todos los lados y con uno de ellos de unos dos metros de largo cuyo extremo no se veía si estaba enganchado a algo o no».
Ante las sospechas de que pudiera tratarse de un artefacto explosivo, Úcar y un vecino con quien coincidió en el lugar dieron aviso a la Policía Foral, cuyos efectivos acordonaron la zona, examinaron el paquete y comprobaron que contenía cuatro tubos de cartón unidos entre sí con cinta aislante negra, con un cable a modo de mecha, aunque su interior estaba vacío. Pese a no contener explosivo, el concejal y ex parlamentario foral de UPN reconoció que «el susto se queda metido» y recordó que se trata del segundo ataque que sufre en menos de un mes.
Además, cinco camiones-hormigoneras de la empresa Hormigones Cetya ardieron la madrugada de ayer en el aparcamiento que esta sociedad tiene en Tiebas-Muruarte de Reta (Navarra) en un incendio que, según las primeras investigaciones de la Policía Foral, fue provocado. El Gobierno foral y el grupo Cetya condenaron el ataque.
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