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MIKEL SORO
Miércoles, 16 de enero 2008, 09:05
SAN SEBASTIÁN. DV. «Hasta hemos aprendido euskera: eskarrikasko, agur, ondo», dice orgulloso Carlos, uno de los diez colombianos que viven en Zarautz y son alumnos privilegiados del Instituto de Formación Profesional de Usurbil, donde realizan un curso post grado. Un convenio del Gobierno Vasco y del Servicio Nacional de Aprendizaje de Colombia (SENA) ha permitido que tras las navidades sean sesenta jóvenes estudiantes de FP del país suramericano los que mejoren su aprendizaje en su diplomatura.
Bien abrigados con una zamarra uniforme -«lo que más hemos notado es el frío, porque el nuestro es un país tropical», recalca José Luis-, se sientan en una de las mesas del comedor de la coqueta pensión zarauztarra donde se alojan para comentar su corta experiencia como alumnos del instituto usurbildarra y como vecinos de la villa veraniega. Son Nathalia, Luis Fernando, Jeferson, Blas, Pablo, Yeison, Marco y Julio, más los dos citados al principio. Blas y Marco, con 25 años, son los mayores. El resto anda entre los 20 y 22 años. Todos ellos estudian Energías Renovables. Empezaron el 7 de enero «y tenemos una torre así de apuntes», señala Pablo.
Están aquí por un convenio entre instituciones «por lo que damos las gracias al Gobierno Vasco y a los centros de FP. Bueno, y a la gente del País Vasco, «que es muy acogedora» tercian Luis Fernando y Nathalia. Pero antes de llegar aquí ellos diez, más otros cincuenta alumnos colombianos que estudian otras diplomaturas diferentes en Hondarribia, Elgoibar y Eibar, «tuvimos que pasar una selección a nivel nacional», cuenta Blas y luego se turnan en explicaciones. «Primero hicimos un examen virtual a través de internet. Los que aprobamos pasamos a un examen teórico en los centros SENA de las capitales principales como Cali, Medellín, Pereira y Bogotá y finalmente una serie de pruebas teórico-prácticas en La Calera, cerca de la capital, donde existen montajes de generadores, de eólicos, de paneles fotovoltaicos y de motores». Tenían que sacarles rendimiento, ponerlos en marcha y demostrar que sabían manejarlos.
La teórica abarcaba conocimientos de energías renovables como las que genera el viento, el mar, las radiaciones... «Pasamos los diez primeros de cada especialidad de las listas de aprobados», explica Luis Fernando.
Con el billete en la mano, les explicaron las circunstancias del País Vasco: política, social y geográfica. Así que todos se trajeron ropa de abrigo. Volaron a Madrid veinte alumnos, donde les recogió un responsable de Alecop -los centros de FP en Colombia- y los trajo en autobús. Diez se quedaron en Hondarribia y el resto en Zarautz. La anécdota del día. «Se nos olvidó poner el reloj en hora de aquí y el lunes no nos despertamos para ir al instituto», en el autobús que les recoge y reparte por las poblaciones cercanas a Usurbil. Llamaron para decir lo que les había pasado y les fueron a buscar en coches los profesores: Patxi, Jaime, Juan Andrés y Xabi.
Les ha gustado el sistema de enseñanza «y la flexibilidad de horarios. Allí estudiamos desde las 8 de la mañana a las 6 de la tarde. Aquí, de 8 a 2.30. En Colombia estamos 25 alumnos y aquí nosotros diez. Allá el profesor nos da a leer unos apuntes y luego pregunta. Aquí te explica la clase, si tienes dudas te las aclara y siempre está pendiente si uno necesita explicaciones», dicen por turno tres colombianos.
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