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FERNANDO BECERRIL |
Lunes, 18 de febrero 2008, 08:47
SAN SEBASTIÁN. DV. Genaro Celayeta y su malogrado hijo Unai estuvieron en el recuerdo de los futbolistas de la Real y de la afición txuri urdin que dedicó una interminable ovación a la viuda de Genaro, María Luisa Martínez, y a sus hijas Iratxe y Amaia. Genaro Celayeta, doble campeón de Liga con la Real, nos había dejado ocho días atrás y Anoeta le dedicó un emocionado homenaje y guardó un minuto de silencio en memoria de un campeón.
Los futbolistas de la Real saltaron al campo con una camiseta en la que se recordaba a Genaro y a su hijo, fallecido en accidente hace algunos años cuando se dirigía a entrenarse con el equipo juvenil de la Real.
Momentos después, el capitán realista Mikel Aranburu ofreció un enorme ramo de flores a la viuda de Celayeta. María Luisa y su hija mayor Iratxe llevaban de la mano a la pequeña Amaia, nacida después de la desaparición de su hermano. Anoeta, puesto en pie, insistía en una ovación que no se quería terminar nunca.
Durante el minuto de silencio la emoción se podía cortar. Los dos equipos rodearon el círculo central para acompañar a las familiares de Genaro Celayeta. La megafonía dejaba sonar los versos de Urepeleko artzaia y a su término Iratxe se encargó de hacer el saque de honor.
La hija mayor de Celayeta recorrió el campo hacia la banda devolviendo saludos y besos a una afición que no olvida a sus campeones. El presidente, Iñaki Badiola, alivió a María Luisa del peso de su ramo mientras 22.000 aficionados seguían aplaudiendo al borde de las lágrimas.
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