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MIKEL SORO
Miércoles, 20 de febrero 2008, 13:50
Alarma general para todos los radioaficionados, de Euskadi a Tarifa, y entidades de defensa de la naturaleza: se ha perdido un buitre leonado (gyps fulvus), animal que hiciera famoso hace cuatro décadas el televisivo Félix Rodríguez de la Fuente. La búsqueda la ha iniciado el Centro de Rescates de Aves Carroñeras (CRAC) El boticario, de Málaga, que ha perdido contacto con la emisora que lleva en la pata derecha el precioso y joven ¡ay!, carroñero.
La historia de su búsqueda no tiene desperdicio. El pasado verano este buitre fue recogido por un centro de recuperación de aves de Zaragoza. Dedujeron que procedía del Norte, es decir, Pirineos o Cordillera Cantábrica. Le curaron, le dieron de comer, lo recuperaron y lo anillaron. Además le colocaron un emisor dentro del plan de radioseguimiento de aves. Y al final de verano, lo soltaron. El buitre voló, y de qué forma. En menos de tres semanas se encontraba en Málaga, a más de 600 kilómetros de distancia. Los expertos dicen que iba hacia África, a un medio natural para pasar el invierno, pero probablemente la falta de alimento -el gran problema para la supervivencia de las carroñeras, porque ya no hay animales de granja muertos en los montes- y probablemente el cansancio hicieron mella en su itinerario entre las nubes. El caso es que deja de emitir. No se cree que fuera porque se gastaron las pilas, sino por algo peor. Quizá la falta de sustento melló sus fuerzas porque si está bien alimentado, dicen, extiende sus portentosas alas y navega por el aire planeando con los vientos durante horas, días. Y como si lo hace seguiría emitiendo con su emisor biotrack, los radio seguidores lo habrían detectado.
Pero como no es así, temen lo peor, que se haya matado en la Serranía de Grazalema, donde fue visto por última vez por unos excursionistas a finales de diciembre. Lo mejor que le pudiera haber ocurrido al carroñero viajero es que haya perdido su emisor y que esté revoloteando por donde su juventud le empuja o que lo mantenga aún y no esté en condiciones de volar.
SEO BirdLife de Donostia, la agrupación de avistamiento de aves y de radio seguimiento de Euskadi, ha recogido el SOS lanzado desde Málaga y ha puesto a vigilar a todos sus socios, simpatizantes y amigos de las aves. Podría ser factible que el buitre leonado no se atreviera a cruzar el Estrecho con tanta mar y regresase por donde vino, camino de los comederos acogedores del Pirineo occidental o de los montes de la cornisa cantábrica.
La identificación es fácil: es un ave oscura de notable envergadura con su característico collar de plumas blancas y una cabeza picuda, con un pico afilado, curvo y fuerte para romper los huesos que esconden los restos comestibles, para ellos, de los cadáveres de los animales abandonados en los montes.
Si alguien lo ve, lo detecta con su radio en la frecuencia 152.634 Mhz, con una cadencia de bip-bip de 54 por minuto. Esa señal se puede recibir a una distancia de 20 kilómetros, si no hay obstáculos, si se está provisto de una antena yagi de mano. Este aparato es como una antigua antena de televisión: un palo largo con tres tiras metálicas atravesadas.
Los hay que salen a las cumbres de los montes con este sistema y mucha paciencia, orientando la antena en varias direcciones a ver si se capta el bip-bip que puede salvar al buitre leonado, por segunda vez.
Si hay indicios, escribid a ec2dar@gmail.com.
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