«El chicle está dentro del 'cojón de mamut' pero tardas todo High School y más en llegar»

N o hay nada igual. Ninguna chuche, ningún chicle, caramelo, regaliz, lacasitos o similar tiene el tirón de este producto irlandés distribuido a través de Australia y Nueva Zelanda que hasta hace poco sólo lo conocían los niños transfronterizos dado que se comercializaba en Hendaya (paraíso igualmente del petardo). Se llama Mammouth Jawbreaker, es decir, Elrompemandíbulas. En francés parece inofensivo. Tan sólo se trata de un Bonbon dur avec centre de chewing gum. Pero son 92 gramos de hidratos de carbono por cada 100. Y 332 calorías. Además, llevan cera carnauba para abrillantar. A los chavales no les importa. Es rico. Es duro. Y te permite hablar mal. Decir palabrotas.

- O sea Almudena, tú entras en una tienda de chuches y preguntas...

- ¿Tienes cojones?

- Bonito. Y tu madre, Marisa, ¿qué dice?

- Nada. Ya sabes aquellos caramelos de Salamanca que comía de pequeña

- Ya entiendo... Aquellos blancos. Puro azúcar. Se llamaban...

- Cho....

- No, no lo digas tú que podemos tener problemas. Déjame a mí: chochos. O chuminos.

- Miryam tampoco me dice nada.

- ¿La dueña de la tienda de chuches? Ninguna podemos decirte nada. ¿Sabes lo que hacíamos cuando éramos niñas?

- Nooo. ¿Comprabais desodorantes de manzana para chuparlos?

- Ya me explicarás eso del desodorante de manzana. No, nosotras íbamos a la fábrica de caramelos de la plaza Easo. Comprábamos las 'apurras' de los fresones. En el cole nos sentábamos encima.

- ¡Qué asco!

- Mira quién habla.

- ¿Para qué os sentabais encima de las apurras?

- Para calentarlas.

- ¡Qué asco!

- Por favor, ¡tú te pasaste todo el show de High School Musical chupando el huevo de mamut!

- ¡ Había empezado mucho antes! Con una amiga. Y me duró hasta el día siguiente. Lo que pasa es que no sabía que lo de dentro era chicle y...

- ¡Te lo tragaste!

- No, empecé a masticarlo, se me cayó y ya no lo busqué más. Pero tú no me has dicho qué pasaba cuando las apurras se calentaban.

- Se ponían duras.

- ¿ Y qué?

- Pues que parecían caramelos de verdad. Comprabas sobras y te fabricabas un caramelo duro.

- ¡Puaffff!

- ¿Y tú qué? ¿Sabes que estás comiendo dextrosa, goma, colorantes y producto para abrillantar? Se te va a poner la lengua como la mesa del comedor.

- Pues no se me ha puesto, lista.

- Porque no te lo acabaste. Prueba con éste.

- No creo que mi madre me deje tomarme otro más. Lo que sí me deja, porque a ella le gusta, es lo del desodorante. De manzana.

- ¿Me quieres explicar lo del desodorante? ¿Tiene algo que ver con que unas amigas y tú os dediquéis a hacer colonias mezclando las que hay en casa?

- Las hacemos para venderlas.

- Genial. ¿Vas a estudiar Económicas?

- Ni hablar.

- Pero un día le vendiste champú a una compañera que no tenía. En las duchas del gimnasio.

- Con rebaja. Valía 50 céntimos y le cobré 20.

- Perdona, 'nada' vale hoy 50 céntimos. ¿A cuánto sale cada cojón?

- A 1.20. Si lo encuentras, claro. ¿Estás en la lista de espera?

- Chincha, compré uno antes de Semana Santa. Acaso lo saco a subasta.

- ¿No me lo ibas a dar?

- Chantaje: si no me cuentas lo del desodorante, ni de coña. Y digo 'coña' porque tú dices 'cojón'.

- Lo del desodorante es eso, un desodorante.

- Perdona, normalmente, los desodorantes de barra no se chupan.

- Estos sí. A mí madre le gusta el de...

- Manzana, lo sé. ¿Crees que el 'magic sweet rolly' podrá con los cojones del mamut?

- No.

- ¿Por qué estás tan segura?

- Porque no es lo mismo decir que tienes un desodorante en barra que diez cojones. Y algunos dicen que tienen diez

- Suena distinto, sí. Oye, ¿es verdad que hay incluso trapicheo de cojones de mamuts?

- Hubo. Un chaval hacía listas con los amigos que querían huevos y luego iba a comprarlos.

- Los cobraría más caros, supongo. Por el servicio.

- Eso no puedo decírtelo. Los padres se enteraron y...

- ¿Sabes lo que pasa si tecleas 'cojón de mamut' en google?

- No...

- Aparecen foros y más foros. Blogs y más blogs. Oye, los mayores ni se enteran. Preguntan cada tontería....

- Me imagino.

- Preguntan si no os pringáis.

- ¿Te pringabas tú con los fresones?

- Sí.

- Pues ya está.

- Oye, ¿Tú sabes algo sobre la guerra del cojón?

- Noooo.

- Parece que hay quien se ha abastecido directamente en la distribuidora de Bilbao, provocando las iras de los demás tenderos.

-¿Eso quiere decir que puede que haya cojones en cualquier tienda?

- Mejor te quedas con el mío. Perdona, lo he chupado un poquito...

- ¡Qué asco! Bueno, dámelo...