Borrar
OPINIÓN

¿Hace diana Cupido en internet?

RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN PROFESOR UNIVERSITARIO DE ÉTICA EN ISS

Miércoles, 2 de abril 2008, 03:14

Ser, aparecer, comunicar: Entretenimiento y felicidad en la sociedad multimedia», ha sido el título para el Foro Internacional UNIV 2008 convocando a tres mil quinientos estudiantes en Roma a lo largo de la Semana Santa, entre los que participaban universitarios de Guipúzcoa.

Entre las comunicaciones se lee con frecuencia la palabra «elección recta» y «responsabilidad». En este punto la educación para una libertad responsable y la enseñanza práctica del autodominio que evite ludopatías y otros abusos sigue constituyendo un reto para las familias y educadores.

Eric Clapton describe, sin ingenuidades ni eufemismos, una constante «hoja de ruta» antes de asentar finalmente su cabeza y la vida sobre pilares sólidos: «En mi comportamiento observo una pauta que se ha mantenido durante años, décadas incluso: las opciones equivocadas eran mi especialidad, y cuando algo digno o decente se cruzaba en mi camino, siempre lo esquivaba o corría en la dirección contraria» (Eric Clapton: La autobiografía). En el mundo del ciberespacio las fronteras exteriores no existen, y sólo los usuarios pueden ponerse límites en el ámbito de las elecciones. Este es el reto de adolescentes y jóvenes: acertar en sus opciones.

«Ser, aparecer, comunicar», son verbos que encabezan el título de la última edición para el Congreso romano. Si se pretende «ser», cobra toda su actualidad el viejo lema personalista: «no se trata de tener más sino de ser más». Me refiero a las oportunidades de crecer en humanidad incorporando a la propia vida valores y virtudes que revierten en el ámbito familiar y social generando relaciones solidarias. Si internet constituye una de las más eficaces vías de comunicación, se abren puertas insospechadas a las relaciones interpersonales, de manera muy especial entre los jóvenes que necesitan abrirse a otros para ampliar su círculo de amistades. En muchos de ellos surge también la urgencia de encontrar novia; las chicas, quizá antes por su precoz madurez, su novio. «Mi chica»/ «mi chico», comentan ellos y ellas con expresión directamente vertida del mundo anglosajón: «my girl friend». Uno de los estudios más completos sobre las redes de amistad y amor en red se encuentra en: Christine Rosen, Virtual Friendship and the New Narcissism, (The New Atlantis, Number 17, Summer 2007, pp. 15-31).

Sin duda el ciberespacio abre un nuevo mundo a adolescentes y jóvenes buscadores de pareja. Los universitarios del Congreso Internacional han estudiado la posibilidad de enamorarse y establecer compromisos serios, contactando desde espacios multimedia.

Las universitarias de ISSA han expuesto con su póster ganador: «Enamorarse en la red», la presentación de tres generaciones y sus diversas perspectivas acerca de cómo se valora esta posibilidad de enamoramiento inicialmente virtual. El póster proyecta tres imágenes: Una mujer madura (madre) rechaza la idea de una relación por internet por miedo y desconocimiento (según las investigadoras). En medio de la composición aparece una joven con gesto indeciso ante un mundo que está empezando a descubrir. Finalmente se muestra a una adolescente, de apariencia segura y relajada que ofrece una visión cotidiana y positiva de las ciberrelaciones. Sin duda, tras esta visión positiva sobre las relaciones personales que propicia la cibercultura las jóvenes presuponen un tejido ético capaz de filtrar e incluso establecer «cordones sanitarios» ante las patologías de «ciberacosos» y redes de corrupción. Una universitaria declaraba recientemente en Sevilla que en un mes se ha visto obligada a cambiar tres veces su número del móvil. Al preguntarle si los cambios se debían a su defensa ante los acosos de ansiosos «escualos», respondía: -«Tiburones no... ¡auténticas 'orcas'...!». Pedro Salinas formuló poéticamente uno de los problemas más acuciantes de la comunicación amorosa: «Lo que eres me distrae de lo que dices». Hay algo de fascinante y definitivo en la imagen humana que expresa una verdad personal más allá de las palabras. Pero también se suscita el problema de las palabras desmentidas por los hechos, cuando la imagen distorsiona falazmente lo dicho e incluso camufla intenciones inconfesables. El amor, tantas veces, muere ahogado bajo las capas del maquillaje de la ambigüedad.

Algunos investigadores concluyen que chateando no resulta difícil simular un diálogo amoroso ficticio. La víctima queda envuelta por un hálito fascinante desde el minuto cero, y el conquistador suele apostar fuerte desde muy pronto concertando incluso la cita. Existen auténticos «donjuanes» dispuestos a todo, cuanto antes y a cualquier precio. Por tanto, la prevención de la «madre» representada en el póster universitario es razonable, lo mismo que la joven cautelosa. La adolescente, por su parte, necesitará formación y dosis de realismo, además de un autodominio que le permita elegir acertadamente con quién merece la pena contactar, y a quién conviene dirigir hacia la «papelera de reciclaje» como spam desde el segundo cero de la conexión.

Sin duda, es posible que Cupido haga diana en el ciberespacio. Se habla, al menos, de un arquitecto vasco que conoció a su actual esposa, otra universitaria latinoamericana, a través de la red. Algunos lectores se preguntarán: ¿Cuáles fueron las claves del éxito? Según reconocen tanto la mujer como el marido felizmente desposados, dos actitudes condujeron todo a buen término: La honradez de propósitos desde el principio, y en segundo lugar una declaración inicial totalmente sincera y transparente de sus personales principios éticos. También conviene añadir que el arquitecto se encontraba en América por motivos laborales. Incluso una disponibilidad geográfica bien llevada, a pesar de sus riesgos, puede favorecer la solidez familiar.

Volviendo a los universitarios del Congreso romano, observo que portan ya un sólido equipamiento de valores. Conectaron bien con las palabras que les dirigió Benedicto XVI durante la audiencia especial: «Con un serio compromiso personal, inspirado en los valores evangélicos, es posible responder adecuadamente a los grandes interrogantes del tiempo presente. El cristiano sabe que hay un nexo inseparable entre verdad, ética y responsabilidad» (Audiencia, 19.03.08). Como profesor compruebo que los años de universidad siguen siendo decisivos para acompañar a la gente joven sugiriéndoles respetuosa y claramente pistas éticas que les permitan acertar en sus decisiones. La venda se desprende de los ojos, y Cupido disfruta una «óptica de última generación»: esa ética exigente que, desde el humanismo, facilita avizorar nuevos horizontes honestos y solidarios.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco ¿Hace diana Cupido en internet?