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IÑAKI IZQUIERDO
Jueves, 3 de abril 2008, 11:38
SAN SEBASTIÁN. DV. Juanma Lillo es el nuevo entrenador de la Real en sustitución de Joserra Eizmendi, que vuelve al Sanse después de once jornadas al frente del primer equipo. El técnico tolosarra, teórico del juego en zona, asume la exigencia de Badiola de conseguir el ascenso como único objetivo posible y está convencido de que es alcanzable. «Si no creyera que la Real puede ascender, no habría venido»
Lillo ha firmado un contrato por objetivos para los once partidos de Liga que quedan. Si no sube al equipo sólo cobrará una mensualidad. Si hay ascenso será remunerado en función de ese éxito y continuará en el banquillo la próxima temporada. El tolosarra llega con un ayudante, Raún Caneda -que trabajó con él en México- y contará asimismo con el apoyo de Iñigo Domínguez, ex entrenador de la Real femenina.
El nuevo entrenador dirigirá al equipo por primera vez hoy por la tarde, pero antes mantendrá entrevistas individuales con todos los miembros de la plantilla. Lillo informó de que «lo primero es conocer a la gente. Saber lo que tenemos para saber lo que queremos». Reconoció que no ha visto ningún partido de la Real esta temporada, pese a que Badiola djo que el primer contacto entre ambos se produjo en diciembre y que desde entonces Lillo formaba parte de su equipo de trabajo.
El presidente de la Real aseguró que decidió relevar a Eizmendi el lunes, que cerró el acuerdo con Lillo el martes y que ayer le comunicó al técnico de Ikaztegieta que debía regresar al Sanse, lo que éste aceptó.
Iñaki Badiola explicó que con la destitución de Eizmendi busca «frescura y un revulsivo», y asumió que existe el riesgo de no acertar, pero defendió la necesidad de «decidir antes que conformarse con una muerte dulce», dejando clara su falta de confianza en la capacdad de Eizmendi de reconducir la situación.
Lillo, que más de una vez ha defendido la preeminencia del concepto de juego sobre los resultados.ecesita ahora ganar por encima de cualquier otra consideración, y lo acepta: «Es lo que hay. Once partidos y una propuesta, que el equipo ascienda».
Siete victorias
La Real cuenta con 48 puntos en la tabla, tres menos que el Sporting, y restan once jornadas hasta el final de temporada. El ascenso se situará en torno a los 70 puntos, por lo que Lillo necesita que su equipo gane siete y empate otro como mínimo.
Iñaki Badiola, que mantuvo un tono serio durante todo el acto de presentación, con Eizmendi a su derecha y Lillo a su izquierda, negó sentirse presionado por el hecho de tener que presentar a su tercer entrenador en tres meses, señal de que las cosas no están funcionando como tenía previsto. «No tengo ninguna sensación de agobio. Sigo corriendo por las mañanas fenomenal».
El próximo, e inmediato, reto es el partido del domingo en Anoeta contra el Hércules, para el que Lillo anunció que no hará demasiados cambios en la alineación. «en la inmediatez del tiempo lo lógico es que se parezca al equipo anterior». En referencia a sus gustos añadió que con el tiempo «es difícil que uno no se modifique, pero también cuesta perder la esencia de uno mismo». También puntualizó que el fútbol lo interpretan los jugadores. Lillo lleva casi dos temporadas sin entrenar, desde que abandonó el Dorados de Culiacán mexicano, y tres desde que dejó el Terrassa, su última experiencia en el fútbol español.
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