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PAULA DE LAS HERAS
Martes, 8 de abril 2008, 10:51
madrid. El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, afirmó ayer que su partido buscará el acuerdo con el PP en materia de política antiterrorista, y subrayó que con el último comunicado de ETA comienza «un nuevo tiempo que merece una nueva respuesta», al tiempo que opinó que la resolución aprobada por el Congreso de los Diputados en 2005 para autorizar el diálogo quedó «derogada de facto con la disolución de las Cortes».
«Esa resolución quedó derogada de facto una vez que se disuelven las Cortes, pero más allá de eso estamos en un nuevo tiempo que merece una nueva respuesta», afirmó Blanco en rueda de prensa después de la reunión de la comisión ejecutiva federal. Ese «nuevo tiempo», afirmó, «lo ha marcado ETA con su decisión de volver a matar y volver a amenazar» y requiere una nueva «unidad democrática».
El dirigente socialista hizo hincapié en que el PSOE «siempre» ha buscado el acuerdo «en política antiterrorista» y seguirá haciéndolo «sin exclusiones», partiendo de que «no hay ninguna posibilidad de volver a dialogar con la banda terrorista ETA».
No obstante, dejó claro que el PSOE no está «planteando nada concreto» ni está hablando «de reeditar nada», sino que «inicialmente» lo que busca es «un compromiso inequívoco de acuerdo de luchar juntos contra el terrorismo». Por parte del PSOE, aseguró, «hay una voluntad de acuerdo y para que se pueda concretar esa voluntad de acuerdo hay que observar también la disponibilidad del PP».
Con ese «espíritu» acuden los socialistas hoy al debate de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó Blanco, que añadió que para ver si hay posibilidad de acuerdo será clave el discurso del presidente del PP, Mariano Rajoy. «Lo que queremos saber es si tiene voluntad de acordar o no, más allá de su coyuntura interna», señaló. El número dos del PSOE señaló que no cree que el partido vaya a tener «problemas de interlocución» con los populares, sino que hablarán con los interlocutores que ellos designen, con voluntad de dialogar y de alcanzar consenso, sobre todo en los asuntos de Estado y en la lucha antiterrorista.
Eso sí, insistió en que él tiene «pocas esperanzas de que las cosas cambien» en el PP, a juzgar por el discurso que pronunció Rajoy la semana pasada. Al contrario de lo que sucede en el PSOE, afirmó, «en el PP no saben lo que quieren hacer y tampoco saben quién lo va hacer».
Blanco explicó que él mismo y el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, que por primera vez asistió a la Ejecutiva Federal del PSOE -así lo establece su nuevo puesto- informaron a la dirección de la ronda de contactos parlamentarios realizada la semana pasada con todas las fuerzas políticas. En este punto, insistió en que independientemente de la posición que adopten los grupos en la votación de investidura el PSOE deja abierta la puerta al diálogo con todos ellos, y «no sólo al diálogo sino a posibles formas estables de colaboración que permitan ampliar la base de apoyo parlamentario del Gobierno» en un futuro.
El PSOE, por otra parte, celebrará previsiblemente su XXXVII Congreso Federal los días 4, 5 y 6 de julio en Madrid, según adelantó Blanco. No obstante, el Congreso tiene que ser convocado oficialmente por el comité federal del partido, máximo órgano de gobierno del PSOE entre congresos, que se reunirá el día 26 de abril con tal objetivo. Esta última fecha ha sido fijada ayer por la comisión ejecutiva federal del PSOE.
Blanco aprovechó el anuncio de la próxima celebración del congreso federal para apuntar que su continuidad como secretario de Organización depende de que los compromisarios le renueven su confianza. Tras precisar que él no ha expresado ningún deseo de abandonar ese puesto, recordó que no se trata de un cargo «perenne» y añadió que ocho años de secretario de Organización del PSOE «son muchos años». «Ni siquiera sé cuál va a ser mi destino. No sé nada», concluyó.
Polémica de Urretxu
Mientras, el secretario general del PSE-EE de Gipuzkoa, Miguel Buen, negó ayer que su partido tenga acuerdos con ANV en Urretxu, como el domingo criticó el presidente del PNV en Vizcaya, Andoni Ortuzar, quien aseguró que los socialistas mantienen un pacto «de tapadillo» en esa localidad. «Tal afirmación no es cierta», destacó Buen, que opinó que lo que pretende el PNV es «desviar la atención» de lo ocurrido en el Ayuntamiento de Arrasate con la fallida moción de censura.
El dirigente socialista señaló que en Urretxu ANV gobierna en minoría y que ambos partidos «coinciden» unas veces y otras no «en asuntos puntuales que favorecen a los vecinos». Buen aseguró que el PNV «utiliza infundios para atacar y desprestigiar a los socialistas» y recalcó que «no existe ningún tipo de colaboración» con ANV.
«Con esas falsedades y tergiversaciones quiere desviar la atención sobre la gravedad de la actitud de un PNV que inicialmente no ha sabido estar a la altura de las circunstancias y evitar enfrentarse a quienes desde una alcaldía, la de Arrasate, se han negado a condenar el asesinato de un vecino del pueblo», insistió el líder del PSE guipuzcoano.
En Urretxu ANV ganó las elecciones con cuatro concejales y gobierna en minoría, mientras que el PSE-EE cuenta con tres ediles, encabezados por la también parlamentaria vasca Gemma Zabaleta. EA también cuenta con tres munícipes, mientras que el PNV tiene dos y la coalición formada por EB-Aralar, uno. COLPISA
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