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BILBAO |
Jueves, 10 de abril 2008, 17:20
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu , ha admitido hoy que el máximo dirigente de su formación en Gipuzkoa, Joseba Egibar, pudo dejarse llevar por un "calentón" cuando anunció que el PNV no iba a apoyar la moción de censura en Arrasate contra ANV, pero ha dicho que no tiene nada que reprochar a nadie porque no fue una decisión tomada por la Ejecutiva.
En un desayuno con los medios Urkullu ha reconocido que la gestión de esta cuestión "no lo hemos hecho bien", por lo que se ha podido poner en cuestión el "compromiso ético del PNV", aunque ha "desdramatizado" la influencia que este hecho haya podido tener en el seno del partido.
Ha explicado que el pasado 17 de abril la ejecutiva del PNV analizó el caso de Arrasate y los dirigentes nacionalistas concluyeron que, a pesar de que se "necesitaba" una moción en la localidad, después de que su alcaldesa no condenara el atentado de ETA contra el ex edil socialista de la localidad Isaías Carrasco, era también necesario aclarar cuestiones como la necesidad de presentar un plan de gobierno alternativo.
Por ello, según ha dicho, el EBB no acordó ninguna decisión al respecto dejando la decisión en el aire "en función" de la reunión prevista para el día siguiente en San Sebastián entre el PNV, PSE-EE, PP, EA, EB y Aralar.
Según ha dicho, en esa reunión se pidió por parte del PSE-EE un pronunciamiento basado en el sí o en el no, sin posibilidad de que se presentaran los planteamientos, y ahí "pudo haber un calentón".
Urkullu ha insistido en que no ha habido ningún problema para reconocer que no se habían calculado debidamente las consecuencias de esa decisión y "no pasa nada".
El dirigente nacionalista ha denunciado, sin embargo, las críticas recibidas cuando su partido no tiene ningún acuerdo de gobierno con ANV y se ha preguntado por los "compromisos" de gobierno municipal que tienen el PSE o EA con ANV.
Ha explicado que se ha tratado de reconducir algo que no se ha gestionado bien y que para ello, en una ejecutiva extraordinaria del PNV, se acordó la presentación de mociones instando a la dimisión de los cargos de ANV que no condenen la violencia etarra.
Urkullu ha indicado que ahora es el momento de que todos los partidos se "retraten" y se pongan sobre la mesa los "principios éticos", y ha indicado que mañana habrá una reunión en el Parlamento vasco para gestionar ese texto de moción, que ha sido consensuado con el PSE-EE de cara a su presentación en los posteriores días en los ayuntamientos gobernados por ANV, después de que hoy ya se haya registrado la moción en Arrasate.
Acuerdos con el PSOE
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu , ha opinado hoy que la "estrategia" del PSOE y el PSE-EE está siendo la de la "dilación", de "dejar pasar el tiempo" hasta llegar a las elecciones autonómicas, pero se ha mostrado esperanzado en conseguir un acuerdo con los socialistas antes de junio sobre la "hoja de ruta" del lehendakari.
Urkullu ha insistido en que con esa estrategia de la "dilación", los socialistas buscan la "dilución" del Gobierno vasco, del tripartito y del PNV, algo que, según ha dicho, no se corresponde con la búsqueda de un acuerdo con la sociedad vasca.
El dirigente nacionalista ha criticado la falta de compromiso mostrada por Zapatero y ha manifestado su "desconfianza y preocupación" tras su discurso de investidura, en el que el candidato a la reelección como presidente del Gobierno ha apelado a las "no aventuras" en la cuestión vasca.
Urkullu se ha preguntado por qué no se puede hablar ahora lo que se dialogó en Loyola en 2006, durante la tregua de ETA, cuando, según ha dicho, lo que se trató -entre PNV, PSE-EE y Batasuna- estaba dentro de los límites de la Constitución, y ha afirmado que Zapatero no puede esconderse en las "no aventuras" si no hay voluntad de sentarse a hablar.
Además ha asegurado que parece que los socialistas no se pueden sentar a hablar con el PNV si Batasuna no está de por medio.
Sin embargo, y pesar de esa postura, Urkullu ha dicho que no pierde la esperanza de lograr un acuerdo con los socialistas en los dos meses que faltan hasta junio, cuando está previsto, según la hoja de ruta del lehendakari, que se convoque una sesión del Parlamento vasco para ratificar un posible acuerdo y, si no, convocar una consulta "habilitadora".
"No cejo en el empeño de alcanzar un acuerdo con el PSOE aunque no se está ofreciendo nada", ha reiterado Urkullu , quien ha opinado que la consecución de un "acuerdo singular" supondría la desactivación del mundo radical.
Urkullu ha destacado que la voluntad de su partido es acabar la legislatura, aunque existen diversos elementos, como el juicio pendiente al lehendakari por reunirse con Batasuna, que podrían incidir en ello.
El dirigente nacionalista ha negado que su partido haya puesto en marcha la maquinaria interna electoral y, preguntado por la salud del tripartito que sustenta al Gobierno Vasco (PNV, EA y EB), ha opinado que no se trata de una fórmula agotada porque existe un programa político a cumplir, aunque ha reconocido que no todos los partidos que lo forman están actuando en el mismo "plano de lealtad".
De cara a las próximas elecciones vascas, ha asegurado que el PNV tiene la obligación de presentarse con su propio proyecto en solitario.
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