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FERNANDO ITURRIBARRÍA CORRESPONSAL
Sábado, 12 de abril 2008, 10:41
PARÍS. DV. Unidades de élite del ejército francés, con autorización de la presidencia de Somalia, detuvieron ayer a seis de los doce piratas de ese país africano que la semana pasada habían abordado al velero de lujo Le Ponant y recuperaron parte del rescate pagado por el armador. La operación militar, con la que Nicolas Sarkozy muestra su voluntad de acabar con la impunidad de las mafias marítimas internacionales -ha anunciado que llevara una propuesta al Consejo de Seguridad de la ONU-, se produjo poco después de que los treinta rehenes, en su mayoría franceses, fuesen liberados sanos y salvos. Los secuestradores arrestados serán puestos a disposición de la justicia gala.
El desenlace del secuestro de Le Ponant, un yate de tres mástiles reservado a los cruceros para multimillonarios, duró poco más de una hora. El barco, de 88 metros de eslora, se encontraba fondeado desde el pasado domingo en un puerto de la región autoproclamada autónoma de Puntland, feudo de corsarios. La primera fase de la operación, desencadenada a las once de la mañana, consistió en la recuperación indemne de la tripulación, con pasaportes de cuatro países: 22 franceses, seis filipinos, una ucraniana y un camerunés. En total, figuraban siete mujeres.
Con los rehenes a buen recaudo a bordo de la fragata Jean Bart arrancó la segunda etapa del operativo para lanzar la busca y captura de los piratas sin temor a daños colaterales. El general Jean Louis Georgelin, jefe de estado mayor de los ejércitos, reveló que Sarkozy les había impartido la instrucción de efectuar «una intercepción y no una pulverización». Es decir, apresarlos vivos.
Recuperadas sacas
Los militares se centraron en el seguimiento aéreo de uno de los vehículos en los que los doce secuestradores se habían dispersado una vez en tierra. Desde un helicóptero de combate Gazelle, un francotirador del GIGN (fuerzas de asalto de la Gendarmería) destruyó el motor del todoterreno en el que viajaban seis fugitivos que, «se rindieron sin demasiadas dificultades», declaró Geogelin en rueda de prensa celebrada en un anexo del palacio del Elíseo.
«Al recuperar a los piratas también hemos recuperado algunas sacas interesantes», apuntó sibilino el general quien, antes las risas de los periodistas, admitió que contenían «una parte del rescate que probablemente ha sido pagado». «En todo caso, no se ha entregada nada de dinero público en este asunto», puntualizó tras explicar que la dimensión económica fue negociada previamente por radio con los piratas por el armador, filial de CMA-CGM, tercer grupo mundial en el sector de las líneas marítimas regulares.
Según la versión oficial, los filibusteros nunca abrieron fuego con sus fusiles de asalto durante los siete días que duró el secuestro, período muy breve frente al mes y medio o dos meses habituales en los cautiverios de este tipo. Por su parte, la armada francesa se limitó a realizar «disparos de advertencia e intercepción, no a tiros directos sobre los piratas».
El Elíseo desmintió que se hubieran producido tres muertos y ocho heridos, como afirmó un gobernador somalí. También descartó toda vinculación con organizaciones terroristas. Sarkozy dirigió a diario las operaciones al frente de una célula de crisis.
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