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XABIER GALARTZA
Lunes, 14 de abril 2008, 12:34
ESTELLA. DV. Esta vez no se pudo reeditar el triunfo de la pasada edición. El Akaba se topó con un rival más fuerte y entero, que no le dio opción, ya que el Parc Sagunto fue capaz de abrir tempranamente un margen de media docena de goles, que supo administrar correctamente hasta el final.
El equipo que más veces había llegado a levantar esta Copa de la Reina (dieciocho) acabó ayer con una sequía de ocho años sin repetir este gesto.
Ambos conjuntos partieron con las mismas opciones, a pesar de la holgada victoria que pocos días atrás había obtenido en Liga el conjunto valenciano a su paso por Bidebieta. Al final terminó con un resultado similar, aunque el desenlace fue bien distinto.
Ninguno de los dos renunció a su característico juego veloz con rápidas transiciones y continuos contragolpes. Una medida que conlleva mucho riesgo de cometer errores e imprecisiones en los pases. Por eso, entraba dentro de lo esperado el inicio poco vistoso en la que se acumularon continuas pérdidas de balón de uno y otro lado. La balanza comenzó a desequilibrarse de lado valenciano en el momento que fue capaz de reducir su particular estadística de fallos y gracias, sobre todo, a la inestimable colaboración de la meta Arenhart, que a la postre se llevó el título de mejor portera.
Tratar de reconducir
Para los doce minutos Reyes Karrere optó por solicitar un tiempo muerto a fin de reconducir la situación, tras abrirse un hueco de cuatro goles (3-7). La medida no surtió el efecto esperado, ya que a continuación las diferencias aumentaron hasta los siete goles (6-13), tras ser víctimas del acierto desde el exterior del binomio formado por la alemana Danilovic y la ágil y habilidosa Barbosa, que se hizo con todo merecimiento con el premio a la mejor jugadora.
El Akaba, independientemente de lo que reflejara el marcador, en ningún momento se vino abajo. Tiene mucha escuela y sabe que de situaciones más complicadas y difíciles ha sido capaz de salir. Su mejora en el plano defensivo forzó que pitaran un pasivo. Pero, esta vez no todas las piezas del engranaje funcionaron y la que más se resintió fue la de la portería. Karrere dio unos minutos la suplente Aisa, para posteriormente colocar a Bouveret, que hizo un buen final de partido. La fortuna no estuvo tampoco de su lado en los momentos providenciales. A sus tímidas reacciones le faltó acierto de cara a portería. Acabó por entregar el partido tras desaprovechar cuatro recuperaciones de balón consecutivas.
Además, en el tramo final vivió situaciones desgraciadas, inusuales, además de las lógicas pérdidas por arriesgar, como el penalti malogrado por Tati Garmendia que casi se marchó por la línea de banda al quedársele pegado el balón a la mano o la exclusión a falta de dos minutos de la pivote Zulai Agirre por tener ocho jugadoras en la cancha.
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