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TEATRO SECANDO CHARCOS / ALGO DE RUIDO HACE

Estilos enfrentados

ROBERTO HERRERO

Jueves, 10 de julio 2008, 04:04

Poético. Ramón y Ramona llevan dieciocho años como pareja. No se han casado ni se han separado un sólo minuto. Desde el inicio de su relación hay deseos insatisfechos sepultados primero por el amor joven y después por la rutina del miedo y el silencio.

La obra da lugar a la pareja joven y reserva un mayor protagonismo para la madura. Ésta celebra su aniversario y ahí surgen concentradas todas las cuentas pendientes y sus posibles resultados futuros. no es, sin embargo, uno de esos enfrentamientos a cara de perro entre dos amantes en los que se pasa la cuenta de resultados más personales. Es más una visión de tono poético sobre las huellas del paso del tiempo en una pareja. Se ha prescindido de ir hasta el fondo en el ring conyugal para buscar un lado más dulce del triángulo amor-miedo-pasión que nos proponen.

Eso puede ser un punto a favor o lo contrario, dependerá de gustos. Lo que no favorece demasiado es el tono discursivo de un texto que parece más oportuno para su lectura que para ser escuchado sobre un escenario. Ahí suena artificial en algunos momentos, falto de garra por más que pueda tenerla lo que nos cuentan. La excesiva utilización de la música en directo resta valor al buen trabajo de la actriz que la interpreta. es una función agradable mientras se ve, pero luego se diluye pronto.

Sin oxígeno. Tras ver entendí perfectamente cómo se siente un claustrofóbico dentro de un ascensor averiado. La historia de dos hermanos y la prima que les visita crea una atmósfera teatral en la que uno se siente encerrado desde el primer minuto. No sabemos muy bien qué ocurre ni qué les ocurre a los personajes, pero el ambiente se solidifica y el oxígeno parece desaparecer poco a poco.

Recuerdos de infancia y silencios de presente se cruzan en un punto que desconocemos. Los diálogos huelen a insecticida del que mata tanto al bicho como casi al que lo utiliza. La trama, perfectamente dosificada, desemboca en un final surrealista que descoloca. No importa, tres buenos actores y un texto sobresaliente ya han conseguido para entonces crear una potente obra con la que estamos sumergidos a muchos metros. Economía de palabra y máximos resultados escénicos.

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