Adiós a los San Fermines

DV. Todo comenzó con una escalada de altura, la protagonizada por el joven antxotarra Oier Ibarguren que trepó con la única ayuda de sus pies y sus manos hasta lo más alto de la Parroquia de San Fermín llevando el cohete que habría que encender Juanjo Bujanda. La mecha se prendió en el campanario del templo y el estallido, que se produjo segundos después de las ocho de la tarde en el cielo, dio inicio oficial a las fiestas.

Comenzaban cinco días de festejos en los que la programación de actividades no dio ni un solo minuto de tregua a los vecinos del municipio. Entre los actos llevados a cabo destaca el desfile de carrozas celebrado el pasado domingo. Un convoy formado por un total de seis escenarios móviles, decenas de comparseros, la Banda de Música de Antxo, la Txaranga Pasai y Los Gigantes y Cabezudos se abría paso por las abarrotadas calles de Antxo.

Una figura de la Pitufina de tamaño desmesurado parecía saludar a cuantos aguardaban a ambos lado de la carretera el momento en que disfrutar con el derroche de color e imaginación de los decorados sobre ruedas.

Tras todo un poblado de diminutos seres azules, hacían su entrada los protagonistas de la película de animación . El simpático pez y sus compañeros de aventuras se veían recreados en poliespán, junto a sirenas y reyes de los fondos marinos. Los componentes de Basari se inspiraban en el baile de la Katxarranka, mientras que los cocineros y gastadores de la Tamborrada de Veteranos se decantaban por el mundo de los cuentos, concretamente el de .

La China Imperial era otro de los temas elegidos para la ocasión, sin olvidar al que cerraba el cortejo, el espectáculo circense servido por Majestik. Payasos, caballos de verdad, acróbatas y un presentador que supo acaparar la atención del público se ganaban el aplauso de los asistentes.

Con otro aplauso eran recibidos el alcalde y la alcaldesa txikis de San Fermín 2008, Aaron Esnal y Patricia Couto, así como las cantineras, tanto las infantiles -Elene Sanz y Janire Hernando- como las adultas -Iraitz Oiartzabal y Rita Papin-.

También brillaron con luz propia otros de los cargos honoríficos de este año. Ése era el caso del Cocinero Mayor de la Tamborrada de Veteranos, José María Rey , quien se confesó más emocionado que nunca con su mando. Otro tanto sucedía con Xabier Portugal, elegido por la comparsa que se define como la más salsera de la población. Para Portugal, su designación significaba un reconocimiento popular a sus treinta años de vinculación a la organización de estas fiestas y a sus numerosas facetas públicas. Desde la de alcalde y concejal de cultura de este municipio a la de escritor, pasando por la de profesor y director del Pasaia-Lezo Lizeoa. No hay que olvidarse de otras autoridades festivas como los representantes de los jubilados, la pareja formada por Félix Gómez y Maite Bayot. A ellos se suma el autor del cartel que ha servido de anuncio a los San Fermines, Gerar Martín González.

Pero estos días de fiestas nos dejan otras muchas imágenes y vivencias. El Club de Jubilados volvió a celebrar su comida anual en un popular restaurante de Errenteria, mientras la Comparsa de Gigantes y Cabezudos recibía a otras dos comparsas hermanas, las llegadas desde las localidades catalanas de Cerdanyola del Vallés y Mollet del Vallés. Juntos animaron a niños y adultos, incluyendo a los mayores de la Residencia de Berra. No han faltado, asimismo, infinidad de juegos de los que han disfrutado los más pequeños de la casa. Muchos compitieron en la olimpiada de tareas domésticas y otros en los hinchables instalados en la plaza Axular.

No menos expectación despertó en la población las sueltas de vaquillas diarias programadas a las siete de la mañana, para los más madrugadores, y ocho de la tarde. Decenas de mozos se atrevieron a ponerse ante los astados. No eran toros bravíos, pero algunos de los ejemplares demostraron la misma fiereza que los que corrían los encierros esos mismos días en la capital navarra.