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FERNANDO SEGURA
Viernes, 11 de julio 2008, 09:06
DV. Los contenedores amarillos parece que forman parte desde siempre del paisaje urbano de Gipuzkoa, pero lo cierto es que llevan en nuestras calles apenas quince años. Aquellos primeros y dispersos iglús se han convertido en un ejército de 2.104 contenedores, uno por cada 337 guipuzcoanos.
La extensión de los iglús ha ido pareja al incremento en la recogida de envases. En 2000, se depositaron en ellos 3.212 toneladas de botellas de plástico, tetra brik, latas y elementos similares. En 2007, la cifra ascendió a 8.590 toneladas.
El interés de los guipuzcoanos por el reciclaje de estos envases no deja lugar a dudas. Si hace siete años cada ciudadano depositó en los contenedores amarillos 4,60 kilos de este tipo de residuos, el año pasado la cifra se elevó a 12,06 kilos. Valga como curiosidad que los guipuzcoanos más implicados son los que residen en San Sebastián y su comarca, seguidos de los habitantes de Txingudi (Irun y Hondarribia).
Gipuzkoa dispone de dos plantas en las que se separan los distintos elementos que se depositan en los iglús: Urnieta y Legazpi. Esta última, gestionada por la Mancomunidad de Sasieta, se ha ampliado mediante la compra de una nave anexa de 900 metros cuadrados, duplicando la superficie disponible. También ha sido objeto de mejores técnicas que permiten aumentar la productividad. La inversión ha sido de 851 millones de euros.
El diputado general, Markel Olano, visitó ayer las instalaciones, acompañado del diputado de Desarrollo Sostenible, Carlos Ormazabal. En el acto estuvieron presentes los alcaldes de Legazpi y Zumarraga, Sotero Plazaola y Mikel Serrano, respectivamente.
La ampliación y mejora de la planta de Legazpi es el resultado de la implicación de los ciudadanos en el reciclaje. Juan Ignacio Escala, gerente de la instalación (adjudicada a Cespa, del grupo Ferrovial) fue claro en el diagnóstico: «Si no crecemos, moriríamos de éxito. En la nave actual no cabe más material».
330.000 habitantes
La instalación atiende a seis mancomunidades (Sasieta, Debagoiena, Debabarrena, Urola Medio, Urola Kosta y Tolosaldea) con una población de 330.000 habitantes, es decir, el 45% de la población del territorio. La de Urnieta da servicio a San Marcos (San Sebastián y otros ocho municipios de su comarca) y Txingudi.
En Legazpi se está procesando 3.600 toneladas al año, equivalente a 12 kilos por habitante.
Además de la ampliación, se han introducido avances técnicos de relieve. Gracias a ellos se ha pasado de una producción de 800 kilos por hora a 2,5 toneladas. Las condiciones laborales han mejorado. El penoso proceso de separar los elementos a mano se ha sustituido por un sistema automatizado.
De cada 100 kilos de envases mezclados que entran en la planta, 80 se destinan a reciclaje y 20 van a vertedero. Hay que tener en cuenta que de estos 20 kilos, 10 no son envases (guantes de goma, juguetes, cintas de vídeo, cepillos de dientes...) y por tanto no se deberían haber depositado en el contenedor, ya que no son aprovechables. Por tanto, sólo 10 kilos de envases se pierden en el proceso.
El gerente de la instalación destacó el alto grado de efectividad en la separación (90%), hecho que atribuyó al buen uso que hacen loa ciudadanos de los igloos amarillos. «Lo normal es que el grado de materiales que no son envases. representen un 20% o un 30%. La planta de Legazpi es afortunada por procesar un material de muy alta calidad, gracias a la elevada concienciación de los ciudadanos».
Reducir la incineración
El diputado general, Markel Olano, calificó de «espectacular» el incremento en el tratamiento de residuos en Legazpi. Añadió que el esfuerzo que realizan los guipuzcoanos en este terreno «permitirá que en 2016 el 60% de los residuos se reciclen y conviertan en compost. En la actualidad estamos en el 40%».
Carlos Ormazabal señaló que en las últimas semanas se está dando un gran impulso al tratamiento sostenible de la basura: puesta en marcha de la planta de compostaje de Lapatx, inauguración del garbigune de Beasain y ampliación de las instalaciones de Legazpi.
El diputado de Desarrollo Sostenible afirmó que el desarrollo de estas infraestructuras «es una demostración del esfuerzo por intentar reducir la cantidad de residuos que se vayan a incinerar. No obstante, siempre quedará una fracción que tendrá que recibir esta tratamiento».
Ormazabal indicó que este mismo mes se adjudicará el concurso para la redacción del proyecto de la incineradora de Zubieta y del resto de infraestructuras que se ubicarán en el enclave donostiarra.
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