Un hombre del balonmano

«Era un hombre muy reservado, discreto. No tenía mucha relación con el vecindario, pero era tremendamente correcto y educado». Así definió una vecina a Benito Mujika Illarramendi. La víctima era una persona muy conocida en el mundo del deporte guipuzcoano, principalmente en el balonmano. Era toda una institución en esta disciplina, sobre todo en las categorías inferiores, donde había sido seleccionador de Euskadi y donde obtuvo infinidad de títulos. Su esfuerzo e interés por este deporte le hizo merecedor en 2003 del premio Euskadi del Deporte a la Promoción, Formación y Dedicación. Mujika recibió su galardón de manos del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y lo dedicó «a todos los que han estado a mi lado durante todos estos años». En aquella edición acompañaron a Mujika, entre otros, el ciclista Abraham Olano, Josune Bereziartu, la empresa STT Ingenierías y también EL DIARIO VASCO.

No fue sin embargo, el único galardón que recogió en su dilatada trayectoria. La Federación Española de Balonmano le concedió en 1997 la medalla e insignia de bronce al mérito deportivo. También recibió la insignia de plata de la Federación de Gipuzkoa.

Benito Mujika había nacido en Usurbil hace 61 años y estuvo asimismo vinculado al histórico club del Salleko.

La víctima residía en la plaza Urdaburu en compañía de una hija suya, de unos veinte años y que, según indicaron algunos vecinos, se encontraba pasando unos días en Navarra.