Badiola anuncia su despido a los médicos y estropea la fiesta

Iñaki Badiola estropeó ayer la presentación de la Real al anunciar por escrito su inminente despido a los dos médicos del primer equipo, Eduardo Escobar y Antton Gorrotxategi. En la nota les comunicaba que «no vais a seguir en la nómina de empleados de la Real, en lo que a Departamento Médico se refiere, sección que pasa a ser dirigida por otra persona a quien ya se lo hemos comunicado». Por esta razón, les anunciaba que su presencia en la presentación y en el viaje a Holanda no iba a ser necesaria.

El lugar que ocupaba cada uno en la foto de familia estaba decidido desde días atrás, por lo que este cambio de planes no gustó a jugadores y cuerpo técnico, quienes pidieron a Badiola que reconsiderara su postura y permitiera a los doctores saltar al césped. El ejemplo de los transferibles Rivas y Mikel Alonso, que participaron con normalidad en la presentación aunque no cuentan, les sirvió de argumento.

Badiola se enrocó en su negativa y se vivieron minutos de tensión en el vestuario. La plantilla y los técnicos se negaron a saltar al campo si los médicos no iban con ellos, ya que esgrimían que ésas no eran formas de comunicar las noticias y, mucho menos, un despido. El presidente respondió con juramentos y amenazó con marcharse. De paso argumentó el veto a los doctores por su voto contrario en la última Junta, manifestación particularmente grave porque el voto es secreto y ni siquiera él debería conocer el sentido del voto de ningún accionista.

En esos momentos, con el Sanse y las chicas de Superliga en formación sobre el césped y cerca de dos mil personas en las gradas, el anunció a Lillo, Caneda, ayudantes, masajistas, utillero y demás auxiliares, pero no a Escobar y Gorrotxategi. Allí no apareció nadie. Tras unos segundos de paciente desconcierto entre los aficionados -parecía un fallo de organización-, el locutor retomó el micrófono y entonces leyó la lista completa, médicos incluidos.

Badiola había cedido a regañadientes, pero el daño ya estaba hecho. El presidente leyó su discurso y no se unió a la foto de grupo. Tampoco quiso hablar al final del acto, a pesar de la petición expresa de los periodistas. Estuvo solo, sin cruzar palabra con nadie. En cuanto no fue necesaria su presencia, se montó en el coche y abandonó Zubieta. No saludó a los administradores concursales, a quienes había invitado al acto, ni compartió lunch con los patrocinadores.

Con los administradores

Los doctores Escobar y Gorrotxategi aprovecharon la presencia de los administradores para explicarles lo que había ocurrido y hacerles entrega del documento que habían recibido y del que ellos habían enviado al club reclamando aclaraciones. En concreto, querían saber qué funciones van a desarrollar en el futuro, si el cese en sus actuales funciones es definitivo y si el cambio afecta a su percepción económica.