La tarea de un secretario municipal

BUZÓN

Cuando don Emilio Navas se hace cargo en 1924 de su puesto como secretario del Ayuntamiento de Irun, va a ser el funcionario que durante 36 años desempeñará esa labor hasta su jubilación, en 1960, y lo va a hacer con una entrega y una competencia muy difíciles de superar.

Son 36 años en el curso de los cuales nuestro pueblo conoce los días más trágicos de su historia, con la terrible guerra del 36 en la que la ciudad queda prácticamente aniquilada. De esa labor tenaz, eficaz e independiente, independencia que significa distancia permanente de cualquier tendencia política y las hubo coactivas y opresoras al máximo, destaca un hecho, aparentemente no muy trascendente, pero que demuestra la entrega total de un funcionario hacia su profesión y en este caso de cariño respecto a su pueblo.

Son los cinco tomos que recogen la actividad municipal irunesa entre 1925 y 1958. Él las llama memorias. Definición perfecta. Porque si alguien quiere saber por lo menudo lo que ha sido la vida municipal, reflejo de la vida del pueblo, durante ese largo y en muchos momentos dramático periodo, el trabajo del secretario municipal se lo ofrece de manera redonda.

Detalle importante: en estas memorias sólo se reflejan hechos. No se examinan criterios y menos conductas que sólo al pueblo corresponde enjuiciar. ¿Por qué no preguntarnos si en la época actual, en el de la técnica compiladora y difusora más desarrollada se hace algo parecido en el terreno de la administración municipal irunesa?

Don Emilio Navas amaba su oficio -José Ortega y Gasset distingue entre oficio y profesión - y además amaba a su pueblo. El resultado, fecundo, está a la vista. En él quedan sin incluirse los veinticinco años, en dos etapas, como director de

Ni tampoco se incluyen los tres magistrales tomos de Los terminó de escribir cuando rebasaba ampliamente los 90 años.

Nicolás Aguirre