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XABIER GALARTZA
Domingo, 12 de octubre 2008, 03:59
DV. El Akaba cumplió ayer con solvencia con su objetivo al dejar sentenciado, a las primeras de cambio, su pase a la tercera ronda de la Copa EHF, gracias a la goleada que infligió en su debut en la competición frente a un Veliko Turnovo que estuvo en todo momento a su merced. No hará falta esperar mucho para que se materialice la clasificación, dado que el partido de vuelta se juega hoy (12.30) en el polideportivo Galtzaraborda de Errenteria.
Las donostiarras, que jugaban en Bidebieta pero como visitantes, se hicieron dueñas del partido sin emplearse a fondo. Al contrario que en anteriores ediciones en las que sus estrenos en Europa eran titubeantes frente a equipos modestos, ayer se cuidó mucho de enseñar muy bien los dientes a las campeonas de la liga búlgara.
Le bastaron poco más de diez minutos para establecer un determinante parcial de 8-1. Un resultado que incluso resultaba corto, teniendo en cuenta que se permitieron el lujo de errar hasta media docena de contragolpes en ese tramo de partido.
Karrere optó por dar de salida minutos de descanso a sus jugadoras más habituales como Tati Garmendia, la olímpica Tervel o la extremo, todavía convalenciente Ziarsolo, en favor de un amplio banquillo que supo estar a la altura. Este es el caso de Libe Altuna o la joven pivote Olasagasti, que cuajaron una buena actuación.
Las búlgaras tuvieron una tímida redacción al reducir las diferencias y colocarse a tan solo dos goles (9-7) explotando la opción del pivote y los contragolpes. Esta fue la única laguna que atravesó el Akaba en el partido, ya que de inmediato, ya con Tati Garmendia en la cancha, volvió a abrir diferencias para llegar al descanso con 16-11. En la reanudación, la efectividad del trabajo defensivo con un eficaz 5:1 resultó determinante para despegarse del rival definitivamente, al abrir una diferencia de diez goles (22-12).
Durante esta fase del partido el Akaba se prodigó en robar balones y aprovecharlos a base de contragolpes. Una vez más las transiciones rápidas volvieron a ser su arma más efectiva. No en vano, más de un tercio de los goles llegaron de esta guisa.
Las búlgaras dieron también muchas facilidades, al acumular hasta cerca de una treintena de pérdidas de balón, una cifra demasiado grande.
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