«Pocos saben que hay combates que se ganan sin dar ni recibir golpes»

S ucedió la noche de Todos los Muertos, puro Halloween. El Polideportivo Pío Baroja se abarrotó para asistir a una serie de impresionantes combates de artes marciales combinadas que se dirimían dentro de una jaula que a todos nos recordó la de la muy gloriosa película , aquella en la que Tina Turner cantaba Pero nosotros sí necesitábamos unos cuantos héroes. Y los tuvimos. Luchadores como Pepo o Aleksa; artistas de la lucha como la gente del Kuraia Fight Club. Y los maestros de esgrima medieval del Fortuna que hicieron una briosa exhibición.

-¿M? ¿M? ¿A?

- Exacto:

- ¿Artes Marciales Combinadas?

- Justo.

-¿Algo que ver con el 'valetudo'?

- La expresión engloba de alguna manera la idea de esta combinación de artes marciales como la noción de indica, con cierto aire retro, la globalidad del fútbol. En , todas las reglas de todas las artes marciales se aceptan, se ponen en juego y sirven para que el espectáculo ofrecido sea de una vistosidad absoluta. Cada luchador sabe en lo que es fuerte, conoce el terreno que domina e intentará establecer desde él su estrategia. Hay quien se sabe poderoso en el suelo o quien prefiere las llaves a los golpes. Quién es bueno con los pies y quién en las proyecciones. Cada cual lucha con sus armas y sus esquemas. Habiendo pactado antes, eso siempre, dónde están los límites y qué golpes, qué llaves o qué situaciones no son admisibles.

- A pesar de ese pacto entre caballeros, la lluvia de golpes en la jaula será espectacular...

- Eso es lo que les gustaría a quienes nos acusan de violentos, de brutales. El objetivo primero y último de todo arte marcial es la defensa no el ataque. Esquivar el golpe. No recibirlo. Y ni siquiera, darlo. Hay combates, muchos combates, que se ganan sin dar ni recibir un solo golpe.

- ¡¡¡!!! Explícame eso.

- Al contrario que en el boxeo, en otras artes de combate, el , el agarrarte al rival para descansar tras un tiempo de lucha, está permitido mientras que en el boxeo el árbitro lo impide y la pelea no para jamás. Las artes marciales combinadas tienen, por otro lado, mucho de estrategia, de ganchos, de proyecciones. El objetivo último de toda buena lucha no es el K.O absoluto. Ni el gran golpe sino la sumisión, el sometimiento, del contrario. Y te juro que para someter a un rival, puede que no te haga falta golpearle.

- ¿Ni aunque mida y pese más que yo y tenga un aire de mala bestia?

- Tranquila. A todos nos pasan las mismas venas por el cuello.

- Jode, menuda frase. Termínala.

- Si estás bien preparado, sabes situarte enfrente del otro y conoces tu terreno y tu juego, ¿qué más te da que un matón vaya a por tí? (ya no estamos en la jaula sino en una situación delicada, en la calle o en una disco). Podrás inmovilizarle sabiendo, precisamente, qué vena hay que tocarle. Y si le haces una llave de brazo, peor para él si se las da de .

- ¿En serio? Imponen tanto...

- Lo entiendo. Pero a más musculito y testosterona, menos flexibilidad. No podrá zafarse de tu llave.

- Dejemos las calles malas, volvamos a la jaula. Allá, la elegancia entre los combatientes es total.

- Es la regla de oro. Te contaré. Aleksa, serbio, venció en el suelo a un bravo bilbaino, Pepo. Al terminar, se ofreció enseñarle a ser bueno en la pelea desde y sobre la lona...

- ¿Es verdad que los nuestros pueden estar combatiendo mañana en Suecia o Estados Unidos?

- Y tanto. Las conexiones a través de internet son increíbles. Se conciertan combates. El viaje, pagado. Y la bolsa, pactada. Ganes o pierdas. Es un mundo muy legal el nuestro.