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AMAIA CHICO
Sábado, 15 de noviembre 2008, 09:34
DV. La izquierda abertzale mostró ayer de nuevo su interés por crear un «polo soberanista» para «desplazar» al PNV. El ex secretario general de LAB, Rafa Díez, valoró positivamente la iniciativa planteada por EA de cara a unir fuerzas entre las formaciones independentistas, pero advirtió de que «ese movimiento tiene que ir más allá del tacticismo y de la aritmética electoral».
El representante de la izquierda abertzale hizo un llamamiento para formar una «iniciativa independentista abierta y plural» que se convierta en «eje central del país» y desbanque al «modelo» jeltzale que, en su opinión, «acaba siempre siendo un mero instrumento del Estado y de intereses económicos y clasistas».
Díez, en declaraciones a , apostó por «ir madurando y articulando un espacio soberanista-independentista» que permita «una acumulación y activación de fuerzas en lo táctico y en lo estratégico». Según afirmó, «desde la legitimidad histórica y aportación al agotamiento del marco autonómico vigente» realizado por la izquierda abertzale, ésta «tiene voluntad de ser parte determinante de una iniciativa independentista, pero con una definición clara de las propuestas tácticas en modelo institucional y social en el marco de una estrategia nacional».
«Necesitamos -añadió- dimensionar un gran espacio social, sindical y político que abra las puertas a una nueva Euskal Herria» y, para ello, aseguró, es preciso «la superación urgente de un marco constitucional que nos ahoga en todas las dimensiones».
Para el ex dirigente de LAB, «hay condiciones y masa crítica» para que el independentismo sea la base sobre la que pivote el país y aseguró que esa entente soberanista provocaría «una incentivación y expectativas a un sector social que contempla con escepticismo el bloqueo global, las hipotecas y condicionamientos con los que el PNV lastra al conjunto del movimiento abertzale».
Díez se mostró convencido de que «estamos en la antesala de un nuevo ciclo político», pero reconoció que «en ese pulso, las fichas se mueven con lentitud, dando la sensación de estar en una dialéctica sin variables novedosas mientras perdura la confrontación y el sufrimiento en todas sus dimensiones».
Condiciones
Esa lentitud podría convertirse en una total paralización si, como ha anunciado el presidente de EA, la izquierda abertzale no realiza «una reflexión de fondo sobre la violencia». El «avance» hacia el «respeto a los derechos humanos y el final de la violencia» es la condición sine qua non, según Unai Ziarreta, para construir ese polo soberanista, un asunto sobre el que la izquierda abertzale no se ha pronunciado.
Para Díez, la decisión de EA de «rechazar la coalición con el PNV y apostar por una referencia soberanista, independentista y socialdemócrata» es «importante», aunque recordó que durante los años que ha gobernado con el PNV haya caído «en contradicciones y una evidente falta de praxis en torno a esas referencias».
Respecto a la formación que lidera Iñigo Urkullu, el representante de la izquierda abertzale aseguró que «se mueve en un columpio político» porque «tan pronto abandera el derecho a decidir, poniendo a Ibarretxe como protagonista» como «defiende dosis de transversalismo y pactismo al mejor estilo de Josu Jon Imaz». En este sentido, criticó «el último acuerdo presupuestario, negociado de forma vergonzosa sobre una competencia parcial (I+D), que debía haber sido transferida hace más de 20 años, o el pacto con el sindicato CC OO en la fusión de las cajas, marginando a ELA y LAB».
Para Díez, el PNV «se decanta con mucha claridad, sin complejos», por un «transversalismo con los partidos y sindicatos estatales y no con las organizaciones aber-tzales». «Éste es el PNV que se nos presenta a las elecciones -añadió-, aunque su cartel electoral sea un Ibarretxe desgastado en su propia casa y debilitado en credibilidad con espectáculos tan pobres como los del 25 de octubre», en referencia al acto que el tripartito y Aralar llevaron a cabo en favor de la consulta popular.
«Test electoral»
Respecto a los comicios autonómicos, Díez aseguró que «nos acercamos a otro test electoral con la sensación del que vuelve a repetir un examen, sin alicientes ni valores añadidos que sacudan una realidad vasca anclada en la negativa del Estado a poner bases sólidas y democráticas a un nuevo ciclo político».
En este ámbito, criticó el «circo electoral del PSE», al que acusó de presentarse «con recetas de reforma estatutarias adornadas con un supuesto derecho a consulta como sucedáneo del derecho a decidir» para «ofertar al PNV un pacto de gestión conjunta en aras, dicen, a la estabilidad social».
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