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El presidente del PSE, Jesús Eguiguren, cree que la izquierda abertzale atraviesa un gran dilema sobre su futuro. /IOSU ONANDIA
«El cambio político va a traer la paz a Euskadi en los próximos cuatro años»
JESÚS EGUIGUREN, PRESIDENTE DEL PSE

«El cambio político va a traer la paz a Euskadi en los próximos cuatro años»

Eguiguren cree que la mayoría de la izquierda abertzale «se arrepiente de la ruptura del último proceso de paz» y quiere el fin de la violencia

ALBERTO SURIO

Domingo, 14 de diciembre 2008, 14:32

El presidente del PSE, Jesús Eguiguren, vislumbra en el horizonte que el cambio político en Euskadi -«más posible que nunca», precisa- «va a traer la paz en los próximos cuatro años», pero se resiste a extraer una lectura triunfalista de los últimos éxitos policiales y afirma que la izquierda aber-tzale perdió su oportunidad con la ruptura del último proceso de paz.

-¿Los últimos éxitos policiales nos acercan hacia el final de ETA?

-Evidentemente nos acercan al final, pero hay que relativizar estas cosas. Estas acciones de la Policía entran dentro de su trabajo ordinario, hay que alegrarse de ellas pero sin caer en un triunfalismo excesivo porque luego vienen el desánimo y la depresión. Son golpes muy importantes, pero de ahí a pretender que esto se ha acabado hay un trecho. Todavía hace falta una gran tarea de deslegitimación social e ideológica de ETA.

-¿Considera que es viable la derrota policial de ETA?

-La derrota es viable, pero otra cuestión distinta es que hay que terminar con las consecuencias de lo que ha ocurrido en este país durante tantos años. Incluso con la derrota policial no queda excluido el trabajo político consistente en una reconciliación y en la deslegitimación de la violencia.

-¿'Txeroki' fue clave en la ruptura del proceso de paz?

-No lo sé, ni la Policía a veces suele saber estas cosas. Supongo que influiría lo suyo. Pero siempre he pensado que la decisión fue del conjunto de la dirección de ETA.

-¿López Peña fue, a su juicio, favorable a mantener el proceso frente a 'Txeroki'?

-No me gusta especular. No sé si existen esas diferencias, si se dice que existen es que algo habrá detrás. Pero no creo que haya un reparto de papeles entre duros y blandos o menos duros.

-¿Hay división en la izquierda aber tzale?

-Hay división entendida como dilema. Hay una gran parte de la izquierda abertzale mayoritaria políticamente que quiere el fin dialogado, su integración en el sistema político y buscar un final a todo esto sin renunciar a sus ideas independentistas, y en muchos casos sin renunciar a su pasado. Y hay una dinámica de endurecer o de pervivir que refleja una cierta tradición montaraz e integrista que siempre ha habido en este país. Esas dos dinámicas existen pero soy incapaz de decir si hay una división en ETA o en Batasuna. Parece claro que ese mundo se arrepiente de la ruptura del proceso de paz, creo que de forma mayoritaria en Batasuna, pero eso no quiere decir que vaya a haber una escisión.

-¿Qué recorrido tiene el discurso de Otegi a favor de que la izquierda abertzale recupere la iniciativa política?

-Leí la entrevista de Otegi y no entendí del todo lo que quería decir, pero intuí que está pensando más en una operación de medio y largo plazo consistente en establecer un polo soberanista en el País Vasco al margen del PNV. Como Otegi es un hombre inteligente ve que en el futuro quiere estar en ese polo. Y dirigirlo. Pero en un estado democrático en Europa es imposible compatibilizar terrorismo con política. Ésa es la premisa.

-¿Y la izquierda abertzale va en esa dirección?

-Los hechos son los que son y también es cierto que este mundo procede de una tradición muy endogámica, de una cultura en la que discrepar supone una especie de traición. En su día dije que eché de menos que Otegi diera un puñetazo encima de la mesa y se enfrentase con ETA. No lo hizo. La violencia adquiere vida propia y lo condiciona todo. Ahora bien, el tiempo de la política combinada con el terrorismo se ha acabado. La mayoría de la izquierda aber-tzale creo que ya ha llegado a esa conclusión.

-¿Qué lectura hace de la moción de censura acordada entre PNV y EA en Azpeitia contra ANV?

-Tengo un sentimiento ambivalente. Me parece muy bien lo que han hecho EA y el PNV, pero no puedo ocultar que no haberlo hecho antes en Mondragón tras el asesinato de Isaías me parece una injusticia casi insoportable, que refleja que hay ciudadanos de primera y de segunda y opciones políticas de primera y de segunda. Parece que cuando se asesina a un trabajador sindicalista pues no hay que hacer moción de censura, cuando se trata de un empresario sí; cuando el candidato a alcalde es del PNV se hace moción de censura, cuando es socialista no. Si tuvieran un poco de corazón, el PNV y EA deberían presentar también la moción en Mondragón. Isaías Carrasco se merecía la misma moción de censura.

-¿Será lehendakari, como dijo Patxi López, el candidato que en la sesión de investidura obtenga mayor número de apoyos parlamentarios?

-Lo que dijo Patxi es lo que dice el reglamento, que es lehendakari el que más escaños tenga en la sesión de investidura.

-¿Se encontrarán en una eventual investidura con el apoyo del PP?

-¿Y por qué no con el de EA, de Aralar o de EB? Los tiempos están cambiando, todas las posibilidades están abiertas. Necesitamos ser el partido con más escaños, con más votos y con una mayoría suficiente.

-¿Descarta un gobierno de coalición con el PP?

-Está totalmente descartado. No vamos a hacer política frentista. Cualquier opción transversal es viable.

-¿Intuye un conflicto de intereses entre el PSE y el PSOE si se trata de mandar al PNV a la oposición?

-¿Conflicto de intereses? Hay que ser muy ciego para creer que tener un lehendakari socialista crea un conflicto de intereses. Estoy convencido de que el cambio político en el País Vasco va a traer la paz en los próximos cuatro años.

-¿Por qué?

-Porque a toda la tarea que está realizando el Estado de Derecho, y que ha hecho el propio Gobierno Vasco y la Ertzaintza, sumaríamos el liderazgo político a favor de la paz, que utiliza tanto el diálogo como la defensa del Estado de Derecho y la deslegitimación de la ideología nacionalista radical. Nunca he visto incompatible la vía del diálogo con la firmeza democrática de la ley.

-Le pueden criticar por utilizar la paz como bandera electoral...

-Todos los partidos tienen sus fórmulas para lograr que la paz se asiente de una vez. Es legítimo.

La catarsis y la crisis

-¿Y esa fórmula incluiría activar un nuevo proceso de paz?

-Las situaciones históricas no se repiten. En el futuro todo va a ser muy distinto. En una democracia consolidada los políticos tienen un margen más reducido porque hay una sociedad cada vez más exigente. También será necesario un mayor consenso. Pero insisto, la clave es el cambio político. Ahora es más posible que nunca. Sería una catarsis. Más en tiempos de crisis.

-¿Por qué?

-Los vascos históricamente han recurrido al PSE en estas circunstancias. Ha llegado la hora del cambio sin revancha. Un gobierno que se entienda con los demás, que no nos lleve a aventuras, que nos dé estabilidad, que gaste el dinero en economía.

-¿Es factible una nueva oportunidad de final dialogado?

-En los términos de la anterior, no. Ha cambiado la opinión pública, las circunstancias, el clima político en España. Hasta ahora se entendía que la llegada de un proceso era el adiós a las armas. En el futuro el punto de partida será siempre el adiós a las armas.

-¿Se está moviendo ese mundo en las cárceles?

-Si el Ministerio del Interior ha tomado determinadas decisiones sus razones de peso tendrá.

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