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IÑAKI ESTEBAN
Martes, 16 de diciembre 2008, 02:47
DV. El Archivo Histórico Nacional de Euskadi será una realidad abierta al público a finales de 2010 o principios de 2011. Antes de que eso ocurra, se demolerá el edificio Vesga de Bilbao y se ejecutará un proyecto diseñado por IDOM con una fachada de cristal que simboliza un papel desdoblado o . El nuevo inmueble contará con 11 plantas, cuatro de ellas subterráneas, y la vocación de guardar la memoria histórica del País Vasco y de hacer transparente a la ciudadanía sus tesoros documentales.
El edificio custodiará los papeles de los jesuitas de Loiola, oficios de la Inquisición o las fichas microfilmadas de la polémica caja , actualmente en el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, documentos relativos a los aspectos militares de la contienda, la asistencia a refugiados y el exilio y la emigración en la posguerra.
La consejera de Cultura, Miren Azkarate, presentó ayer en la capital vizcaína este proyecto, en el que su departamento va invertir 24 millones de euros. Azkarate estuvo acompañada del diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, y del alcalde, Iñaki Azkuna, a quien dio las gracias por la celeridad con que el ayuntamiento ha tramitado las licencias de demolición del edificio Vesga y de construcción del nuevo archivo.
Azkarate explicó que los informes de ingeniería de IDOM y Labein desaconsejaron remodelar el inmueble industrial, construido en los años 30 del pasado siglo, a causa del mal estado de los pilares, sobre todo en el sótano y en la planta baja o noble, que no habrían resistido el peso de los documentos y de las infraestructuras previstas.
Lugar simbólico
La sociedad de arquitectos ACXT, del grupo IDOM, ha diseñado el proyecto básico sin concurso previo, y en las próximas semanas se adjudicará la ejecución de las obras, que empezarán a comienzos del siguiente año y acabarán a finales del 2010.
El Archivo Histórico Nacional es uno de los puntales del Plan Vasco de la Cultura elaborado por el departamento de Azkarate. En él se le define como «lugar simbólico por antonomasia de la Memoria Colectiva el Pueblo Vasco, y el ámbito físico necesario para disponer de la documentación que permita la interpretación de la realidad pasada y presente».
Situado en el número 3 de la calle María Díaz de Haro, dispondrá de amplios espacios para la consulta y el trabajo de los usuarios. Éste fue uno de los requerimientos de los técnicos en archivística del Gobierno vasco, en especial de Borja Aguinagalde, que desde 1986 dirige Irargi, el centro patrimonial ubicado en Bergara en el que actualmente se conservan los documentos que reposarán en Bilbao, y desde donde se gestiona el sitio de Internet Badator, con importantes materiales del siglo XIII al XX colgados de la Red.
En el plano urbanístico, el archivo se sitúa dentro del nuevo Bilbao cultural, a juicio del arquitecto Gonzalo Carro, encargado del proyecto en el estudio ACXT, quien equipara el edificio con las nuevas bibliotecas foral y de la Universidad de Deusto, con la Alhóndiga y con el paraninfo de la Universidad del País Vasco que se levantará en Abandoibarra.
Flexible y tecnológico
La fachada de cristal con forma de papel desplegado simboliza la transparencia hacia el ciudadano de la que quiere hacer gala la institución, así como su voluntad de crear espacio público. En la trasera del inmueble habrá un jardín y la misma fachada de esa parte posterior, de color verde, tendrá también un aspecto ajardinado.
Según Carro, el edificio contará con grandes áreas de luz natural y espacios diáfanos, y será «flexible, con unas distribuciones que se puedan transformar con un impacto muy pequeño, porque las necesidades cambian con el tiempo».
Además de las salas de depósito, el Archivo dispondrá de zonas de lectura y descanso, salas de reuniones y exposiciones, talleres y un office, aparte de las dependencias administrativas. La superficie ocupará 8.542 metros cuadrados, 6.603 de ellos útiles y el edificio estará dotado «con los últimos avances tecnológicos», tanto en sus materiales constructivos como en sus instalaciones.
Según explicó Miren Azkarate, la nueva institución pretende «recoger nuestra memoria histórica, pero no sólo mirando al pasado, sino también como un proyecto de innovación que se constituya en referencia dentro de la red de archivos en Europa y en el mundo moderno».
Por su parte, Iñaki Azkuna agradeció que el Gobierno Vasco haya ubicado esta infraestructura cultural en Bilbao y señaló que, «arreglado el urbanismo y el tema de la licencia, lo único que queremos es que empiece la obra cuanto antes», de manera que «toda Euskadi pueda utilizarla».
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