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FERMÍN APEZTEGUIA
Domingo, 28 de diciembre 2008, 02:42
La jubilación es sólo el final de la vida laboral. El día en que uno sale por última vez de su empresa se abren un montón de posibilidades para disfrutar de los años que quedan por delante, según explica el médico geriatra Iñaki Artaza, director de la residencia Igurco Orue, en la localidad vizcaína de Amorebieta. El tiempo en que los jubilados se dedicaban a controlar las obras es historia. «Si nos cuidamos, a los 65 nos quedan muchos años buenos», sostiene el especialista.
-¿Qué vida hay después de la jubilación?
-Hay mucha vida. El problema es que a las personas que se jubilan en este momento nadie les ha enseñado qué pueden hacer después de la jubilación. Tienen algo tan preciado en esta sociedad como el tiempo, que bien utilizado es un tesoro.
-¿Es enfermizo acordarse del trabajo y volver a la empresa después de jubilarse?
-¡Hombre! Evidentemente, la pérdida de un trabajo requiere un duelo que hay que elaborar, como cuando uno pierde a su compañera de toda la vida o a un amigo.
-¿Es para tanto?
-Estamos acostumbrados a trabajar durante un montón de años y cuando a uno le separan de algo que ha hecho durante tanto tiempo necesita un periodo de adaptación a la nueva situación. Ese es el asunto. No nos preparan para la jubilación y en el futuro habría que hacerlo.
-¿Por qué cuesta tanto pasar página si uno se pasa media vida laboral pensando en el retiro?
-Afortunadamente, la gente ha dejado de pensar que vivimos para trabajar y tenemos más interiorizada la cultura del ocio. La vida son muchas más cosas que trabajo, pero a nuestros mayores les cuesta verlo así. Cultivar nuestro ocio y las aficiones forma parte de la prevención en salud.
-¿Quiere decir que vive más y mejor quien menos trabaja?
-Lo que digo es que, desde el punto de vista médico, está demostrado que cuando uno cultiva su cerebro, cuando practica aficiones que exigen cierto rendimiento cognitivo, está retrasando la aparición de enfermedades como el alzhéimer.
-¿Se evitan?
-No, pero sí pueden aparecer más tarde. Que una enfermedad como el alzhéimer llegue uno o dos años más tarde significa que estamos disfrutando más de la vida y retrasando la dependencia. El envejecimiento activo es fundamental.
-Si uno se jubila a los 65, ¿cuántos años buenos le quedan por delante?
-Mire, sociedades avanzadas como la americana están retrasando la dependencia mediante la prevención. La esperanza de vida en España es de las más largas de Europa, 87 años para las mujeres y 83 para los varones...
-...¿Qué quiere decir?
-...Eso significa que desde los 65 nos quedarían casi 20 a los hombres y 27 a las mujeres. Si sabemos cuidar nuestra salud, nos quedaría mucho por vivir. Aunque sólo fueran doce años, ése sería un tiempo muy rico para disfrutar.
-¿Doce años antes de que empiecen a aparecer enfermedades degenerativas...?
-Por ejemplo. Tendemos a creer que la persona mayor es dependiente por definición y afortunadamente la mayoría son independientes. Si desde los 65 cultivamos una cultura de ocio y ejercicio podemos llegar a los 80 en perfecto estado de salud, capaces de disfrutar de nuestro cerebro y nuestro cuerpo.
Dar sentido a la vida
-A partir de los 65, ¿dejar pasar un plan de vacaciones o un viaje es echar a perder el tiempo?
-Lo triste es llegar a esa edad y no hacer nada porque te aburres soberanamente. Cada vez hay más asociaciones de mayores que intentan enseñar a cubrir esas horas libres que de repente aparecen en tu existencia. El asunto es dar sentido a tu vida, porque si te aburres, te deprimes.
-¿De qué manera afecta la depresión a los mayores?
-Es muy frecuente y está favorecida por las pérdidas que se sienten a esa edad. Perdemos la función física, tenemos más enfermedades que cuando éramos jóvenes, perdemos seres queridos, amigos, el trabajo. Si no somos capaces de compensar todas esas pérdidas, podemos irnos hacia el barranco.
-¿Es el momento de hacer todas esas cosas que siempre se quiso y nunca se pudo?
-¿Por qué no? Hay mucha gente que tiene cantidad de posibilidades dormidas que son perfectamente factibles. Con la edad se tiene menos capacidad de aprendizaje, pero que esté disminuida no quiere decir que no se tenga. En cuanto la estimulas, florece.
-Tocar un instrumento, pintar...
-Picasso seguía pintando a los 90; y ahí tenemos a Francisco Ayala, que tiene 100 años y sigue escribiendo. Tenemos que convencer a la gente de que la jubilación es una oportunidad para disfrutar. Si lo logramos, estaremos haciendo algo muy bueno por la salud física, psicológica y social de la población.
-¿Algún ejercicio para ejercitar el cerebro?
-Algo muy sencillo, tan simple como leer todos los días el periódico. Ustedes ofrecen algo muy bueno en EL DIARIO VASCO, la búsqueda de 'Los siete errores'. Es un ejercicio que sirve para estimular el cerebro. Y le diré más.
-Diga, por favor.
-El simple hecho de salir a la calle todos los días es fenomenal. Te permite hacer ejercicio físico y mental. Vivimos en un país tan pequeño que sales a la calle y siempre te encuentra con conocidos. Y eso te permite estimular el cerebro: 'éste es fulanito, el hijo de tal; y recuerdo que cuando éramos jóvenes...'.
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