

Secciones
Servicios
Destacamos
PPLL
Domingo, 25 de enero 2009, 19:21
El Instituto Vasco de Meteorología, Euskalmet, mantiene su previsión de fenómenos adversos en alerta naranja por oleaje, al registrarse alturas de ola de cinco metros y mar de fondo, pero bajó a amarilla la alerta por viento, al reducirse las velocidades máximas hasta los 100 km/h.
Además, el Departamento de Interior del Gobierno vasco decidió hoy pasar el Plan de Protección Civil a la fase de seguimiento, por los cambios que se están produciendo en la situación meteorológica.
El balance definitivo de actividad en el periodo crítico del temporal, entre las cero horas y las diez de la mañana de ayer, sábado, arroja un total de 1.800 emergencias coordinadas por SOS-Deiak/112 y la atención de un total de 3.000 llamadas telefónicas.
Mientras tanto, el suministro de electricidad aún presenta anomalías en diversas localidades, y los servicios implicados siguen trabajando para normalizar definitivamente la situación.
Por todo ello, el Departamento de Interior mantiene la recomendación de evitar las actividades recreativas en el mar, así como los paseos u otro tipo de actividades en las cercanías de la costa.
Finalmente, la situación en la red viaria vasca es en este momento de normalidad, registrando únicamente dos puntos con limitaciones. En primer lugar, se recuerda que la N-634, entre las localidades guipuzcoanas de Zumaia y Zarautz, continúa cortada como medida preventiva por la situación de la mar, desviándose la circulación por el Alto de Meagas.
Por otro lado, en la autopista A-8, a la altura del punto kilométrico 65,5, en Eibar (Guipúzcoa), los trabajos de recuperación de un cable que cruza sobre la calzada, y que se vio afectado por el viento, pueden llevar a cortar puntualmente la vía, en ambos sentidos.
Sin destrozos de magnitud
El ciclón que barrió la cornisa cantábrica en la madrugada de ayer zarandeó violentamente el País Vasco con enormes olas y vientos de más de 150 kilómetros por hora aunque no llegó a causar destrozos de magnitud. El temporal provocó daños puntuales en edificios y mobiliario urbano y dejó sin luz a millares de hogares por la caída de árboles en el tendido eléctrico. En Cataluña, Galicia, Alicante y el País Vasco francés la tempestad fue menos benévola y dejó un rastro de quince muertos.
«Nada que ver con lo de marzo». El concejal Ernesto Gasco respiraba ayer por la tarde aliviado tras haber despachado con los responsables de los servicios de emergencia de San Sebastián. Lo peor ya había pasado y los daños en la ciudad no se aproximaban ni por asomo a los que padeció tras la tempestad de hace diez meses. «Ha habido destrozos en edificios y en mobiliario urbano pero desde luego mucho menores que los de entonces».
Gasco abandonaba relajado el Ayuntamiento después de una noche intensa. Guardia Municipal, Bomberos y retenes de los servicios de mantenimiento habían realizado más de 250 intervenciones para intentar resolver los problemas causados por el temporal. Las más significativas, el desprendimiento de un tejado en la calle Euskal Herria, cerca de la línea de costa, que había sido sustituido hace un año o la rotura de cristaleras de la discoteca La Kabu-tzia, en el Club Náutico. También hubo que atender desprendimientos de tierras, cortes de luz e incluso a un ciudadano que fue golpeado por una tejavana en Gros.
Como el resto del litoral vasco, San Sebastián se despedía a las cuatro de la tarde de la primera alarma roja decretada en veinte años por las instituciones. La ciudad dejaba atrás un temporal -ciclogénesis explosiva en terminología científica- que se había desarrollado siguiendo punto por punto el guión avanzado por los especialistas. Tal y como se había previsto, los vientos alcanzaron los 150 por hora -151 se midieron en Hondarribia- y las olas superaron los 12 metros anunciados por los meteorólogos. Las medidas preventivas adoptadas por las autoridades impidieron, con la inestimable ayuda de la fortuna, que el fenómeno se cobrase en Euskadi víctimas humanas o destrozos de gran magnitud.
Lo que no se pudo evitar fue la caída de decenas de árboles y su consiguiente incidencia en el tendido eléctrico. 50.000 clientes de Iberdrola en Gipuzkoa amanecieron sin suministro. Los más perjudicados fueron vecinos de las localidades de Deba, Getaria, Lazkao, Elgoibar y puntos dispersos de la cuenca del Deba.
2.000 abonados sin luz
Fuentes de la compañía eléctrica indicaron que a lo largo de la jornada se había podido restablecer el servicio a buena parte de los afectados. A las 21:00 horas, indicaron, quedaban en Gipuzkoa 2.000 abonados sin luz, sobre todo en Antzuola y cuenca del Deba. La situación era bastante peor en Vizcaya, donde a esa hora 30.000 afectados seguían sin suministro. Iberdrola movilizó a más de medio millar de operarios, muchos de ellos de otras comunidades, para acometer las reparaciones.
También hubo problemas en los transportes. El tren entre Zarautz y Zumaia no funcionó durante toda la mañana debido a los daños que la caída de un árbol ocasionó en la catenaria y los aeropuertos vascos tuvieron que suspender la práctica totalidad de sus vuelos durante el tiempo que el viento sopló con más intensidad. La carretera de la costa -la N-634- fue cortada debido al fuerte oleaje. El incidente de mayor entidad en Euskadi fue el desalojo de 60 personas en Basauri después de que el viento se llevase el tejado de un edificio.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La sede del Reina Sofía estará lista a finales del próximo año
El Diario Montañés
Detenido un hombre al que se le cayó un revólver al suelo en la plaza de Coca
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.