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Marina, fotografiado ayer en Donostia, da 'clases' a los padres en internet: 'www.universidaddepadres.es'. /MICHELENA
«Una sociedad con miedo se vuelve muy sumisa al poder»
JOSÉ ANTONIO MARINA, FILÓSOFO Y ESCRITOR

«Una sociedad con miedo se vuelve muy sumisa al poder»

«El triunfo de Obama demuestra que las promesas de cambio siguen teniendo un efecto fantástico»

BORJA OLAIZOLA

Viernes, 6 de febrero 2009, 08:42

A José Antonio Marina (Toledo, 1939) no le gusta el clima de pesimismo y resignación que detecta en la sociedad española a consecuencia de la crisis económica. «Los momentos de crisis favorecen los golpes de mano políticos», advierte el escritor y filósofo, que ayer dio una conferencia en Donostia dentro de la Semana de la Paz promovida por la Diócesis de San Sebastián.

- Cierre de empresas, paro galopante, pérdidas financieras... La crisis económica ha desencadenado un catastrofismo que nos sitúa al borde de la depresión colectiva.

- Uno de los caminos que llevan a la depresión es el sentimiento de impotencia. Cuando un persona se da cuenta de que no puede hacer nada para cambiar su situación tiende a replegarse, a tener miedo al contacto con la realidad y a entrar en una especie de situación de abandono y resignación perversa, de decir 'ya no puedo hacer nada'.

- Y es difícil salir de ahí.

- Sobre todo porque no se está sabiendo trasladar confianza. Hay una sensación de resignación o pasividad que se ha instalado incluso en el Gobierno. No se puede decir como ha dicho Solbes que ya hemos gastado todos los cartuchos, que ya hemos hecho todo lo que podíamos hacer. ¿Qué queda entonces, esperar que nos arreglen las cosas desde Estados Unidos?

- ¿El miedo, al que ha dedicado uno de sus libros, retroalimenta el pesimismo o por el contrario nos salva de más peligros?

- El miedo es un sentimiento de protección ante un peligro, nos permite tomar medidas para librarnos de él. Pero hay otro miedo que debilita las fuerzas y puede producir una actitud muy peligrosa desde el punto de vista social. Cuando una sociedad tiene miedo se vuelve muy sumisa al poder. El miedo social no conduce a rebelarse, sino a someterse. El individuo dice: 'Sácame de esto'. Y esa sensación está ahora en gran parte de la sociedad española. Los momentos de crisis son graves porque favorecen los golpes de mano políticos. Cuando una sociedad tiene miedo acepta cosas que no aceptaría en un situación normal.

- Un caldo de cultivo peligroso.

- Sólo hay que ver lo que pasó en Estados Unidos con Guantánamo. Para mí era impensable que una sociedad como la estadounidense aceptase una situación que cercena las libertades cívicas más elementales. Pero se les metió el miedo en el cuerpo y cuando una sociedad tiene miedo entonces empieza a olvidarse de muchas cosas.

- Hay precedentes históricos preocupantes.

- En el siglo XX hubo 35 regímenes dictatoriales en distintos grados y todos ellos surgieron después de crisis económicas muy fuertes. Espero que ahora que no suceda algo parecido.

- Da la impresión de que Obama se ha convertido en la única esperanza. ¿En situaciones así se tiende a sobrevalorar la capacidad de un individuo?

- Hay políticos que llegan al poder movidos por un impulso carismático, que son capaces de ganarse la confianza de la sociedad. Sin embargo, la experiencia demuestra que luego no han sido buenos gobernantes. Y eso que a mí me gustaría de todo corazón que Obama triunfase. Ojalá rompa esa especie de precedente histórico.

- ¿A qué atribuye su éxito?

- El entusiasmo que ha despertado demuestra que las promesas de cambio siguen teniendo un efecto fantástico. Cuando la gente está mal lo que necesita es que alguien le diga: 'Mira vamos a cambiar, vamos a mejorar esto'. En España lo hizo Felipe González, en Francia lo hizo Mitterrand, en Estados Unidos lo había hecho Kennedy...

- Y sin embargo muchas veces el cambio no es tal.

- Es el procedimiento de los libros de autoayuda aplicado a la política. Nadie sigue las indicaciones de esos libros pero sin embargo la gente los compra y se siente mejor. El libro les dice: 'mira tú puedes arreglarlo, tú puedes cambiar si haces esto'. El que lo compra sabe que nunca lo va a hacer porque no tiene paciencia pero es consciente a la vez de que podría haberlo hecho. Eso tiene un efecto anfetamínico, es un juego ingenuo pero que siempre funciona.

- ETA se autofelicitaba hace unas semanas de haber cumplido 50 años.

- Vengo con asiduidad al País Vasco y detecto los vaivenes que se dan. Durante la tregua hubo un movimiento de euforia y ahora vuelve el desencanto. Es una situación muy compleja y que tiene además el agravante de que lleva muchos años. En tanto tiempo se acumulan agravios y se crean problemas añadidos. Es algo parecido a lo que pasaba entre aquellos viejos clanes familiares que estaban enemistados durante muchas generaciones a pesar de haberse olvidado ya de las causas de su rivalidad. Estoy seguro de que no dentro de muchos años la situación se habrá resuelto y todos nos preguntaremos '¿pero por qué tardó tanto en solucionarse?'.

- ¿Y la receta?

- Fomentar la inteligencia social y aplicar la ética, que hace que las soluciones perduren porque salvaguarda los valores fundamentales de la convivencia.

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