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Una pareja junto a tres ejemplares susceptibles de figurar en la lista de la Ley de Perros Peligrosos.
San Sebastián e Irun tienen censados 173 perros potencialmente peligrosos
AL DÍA

San Sebastián e Irun tienen censados 173 perros potencialmente peligrosos

Sus propietarios deben estar en posesión de una licencia y sólo pueden sacarlos a la calle atados y con un bozal. Pertenecen a alguna de las ocho razas 'marcadas' por ley

BORJA OLAIZOLA

Martes, 3 de marzo 2009, 02:51

DV. Un total de 173 ejemplares figuran a día de hoy en el censo de perros potencialmente peligrosos de los ayuntamiento de San Sebastián (103) e Irun (70), las dos poblaciones guipuzcoanas más importantes. Se trata de animales pertenecientes a alguna de las ocho razas recogidas en la Ley de Perros Peligrosos o de ejemplares que en algún momento han dado muestras de agresividad. Sus propietarios deben estar en posesión de una licencia y sólo pueden sacarlos a la calle si los llevan con bozal y atados con correa. Conocer el total de perros peligrosos censados en Gipuzkoa resulta prácticamente imposible, ya que cada ayuntamiento realiza su propia lista y no existe un organismo que agrupe la información.

Hace una decena de años el Gobierno que presidía José María Aznar tuvo que hacer frente a una inesperada crisis. La sucesión de ataques protagonizados por perros se convirtió de la noche a la mañana en el principal motivo de alarma del país. Un día una niña recibía una dentellada que le dejaba sin mano y al día siguiente una jauría asediaba a un jubilado en su paseo por un camino rural. La alarma canina se extendió por el país y los políticos no tuvieron más remedio que improvisar para hacer frente a un problema que nunca había figurado en sus agendas.

Dueños peligrosos

«Hubo una considerable dosis de precipitación en la elaboración de la ley», reflexiona Iñaki Goya, responsable en el País Vasco de la Asociación Internacional de Defensa Canina y sus Dueños Responsable (Iadcro según su acrónimo en inglés). La agrupación a la que pertenece Goya lidera una corriente de opinión que postula la eliminación de la lista de razas de la Ley de Perros Peligrosos. Su premisa es que no hay perros peligrosos sino dueños peligrosos. «Decir que un perro es peligroso por pertenecer a una determinada raza -argumenta- es como decir que las personas de raza negra tienen mayor tendencia a robar o a agredir que las de raza blanca. Lo que condiciona el comportamiento de un perro no es su pertenencia a una raza sino la educación que ha recibido por parte de su dueño».

La norma sobre perros peligrosos se realizó tomando como ejemplo las leyes que se habían promulgado en otros países europeos. Casi todas ellas contemplan un listado de razas sometidas a un régimen especial. Lo curioso, explica Iñaki Goya, es que cada país tiene su propio y muchas veces ejemplares catalogados como peligrosos a un lado de la frontera se convierten con sólo cruzar la muga en dóciles perros sin limitación alguna a efectos legales.

«Prevalece una especie de nacionalismo canino que lleva a cada país a excluir de sus listas a sus propias razas», explica Goya. «En Alemania, por ejemplo, el doberman y el rottweiler no están entre las especies peligrosas porque son razas oriundas». España, añade el representante de Iadcro, tampoco se libra de esa peculiaridad y ha dejado fuera al dogo canario, un ejemplar de características muy parecidas al dogo argentino, que sí figura en el listado.

La inclusión de una determinada raza en el , advierte Goya, constituye un sanbenito que puede incluso comprometer su supervivencia. «Es la peor condena para un perro porque a partir de entonces será considerado un asesino en potencia. Es lo que le ha pasado al american pit bull terrier, que se ha convertido en el perro más perseguido a pesar de que en España no ha llegado a causar ni un solo muerto».

Quien aspire a tener un perro que figure en esa debe conseguir con anterioridad una licencia. Se trata de un trámite que se salva sometiéndose a un test psicofísico similar al que se requiere para obtener una licencia de armas. Se exige además que el solicitante sea mayor de edad y carezca de antecedentes penales. Según datos facilitados por el concejal donostiarra de Medio Ambiente, Denis Itxaso, el Ayuntamiento ha expedido 171 licencias para la tenencia de perros potencialmente peligrosos.

Prueba insuficiente

Iñaki Goya, representante de Iadcro, considera que los requisitos para obtener esa licencia son insuficientes. «El examen no tiene en cuenta ni las habilidades ni el conocimiento sobre el mundo canino de los aspirantes; se trata de un simple test médico para erradicar sospechas de enfermedad». Goya, que se sacó el permiso, dice que la única prueba que tiene algo que ver con el objeto de la licencia es demostrar que se tiene la fuerza suficiente en la mano para aguantar el empuje de un perro sujeto a una correa.

Los propietarios de perros potencialmente peligrosos deben contratar además una póliza de seguro que cubra los posibles daños causados por el perro, al que sólo pueden sacar a la calle con un bozal y sujeto a una correa. Los responsables de Iadcro son partidarios de que requisitos como el seguro obligatorio se extiendan a la totalidad de razas caninas, tal y como ocurre en otros países.

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