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Andoni Ortuzar, Iñigo Urkullu, Iñaki Gerenabarrena y Joseba Egibar, ayer en su comparecencia en la sede central del PNV en Bilbao. /TELEPRESS
El PNV acusa al PSE de pretender un «golpe institucional» y reclama el liderazgo del país
ELECCIONES VASCAS 2009

El PNV acusa al PSE de pretender un «golpe institucional» y reclama el liderazgo del país

Los nacionalistas reciben hoy en Sabin Etxea a la comisión negociadora de los socialistas, mañana a Aralar, EB y EA, y la próxima semana al PP. Propondrá un acuerdo estable con un gobierno fuerte dirigido por los jeltzales

A. GONZÁLEZ EGAÑA

Jueves, 5 de marzo 2009, 11:55

DV. Iñigo Urkullu acusó ayer a los socialistas vascos de pretender, como «único propósito», un «golpe institucional» que respondería a una estrategia de Estado entre el PSOE y el PP. El presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, que no deja de reiterar que es «el partido líder» y «el auténtico ganador» de las elecciones, lo calificó como experimento «irresponsable» que sólo traería inestabilidad institucional.

El PNV compareció ayer en una rueda de prensa en Sabin Etxea, donde todavía se exhibe la cartelería electoral presidida por el lema «Ibarretxe. Ahora más que nunca». Flanqueado por los presidentes territoriales Joseba Egibar, Andoni Ortuzar e Iñaki Gerenabarrena, volvió a recordar que el PNV ha logrado seis escaños más que el PSE y reclamó el liderazgo del país. Con cierta ironía, afirmó que siempre ha pensado, «salvo que las cosas ahora hayan cambiado, que 30 son más que 24 ó 25», en alusión a los escaños logrados por el PNV que sobrepasa al PSE-EE. «No sé cómo se puede estar trasladando a la opinión pública que no es el PNV el ganador de estas elecciones», se quejó.

De momento, el propósito inmediato de la formación jeltzale es abrir esta misma mañana, con los socialistas, la ronda de conversaciones con los partidos, ofreciendo un planteamiento de acuerdo de estabilidad «en base a un gobierno fuerte liderado por el PNV».

El encuentro con la comisión negociadora del PSE-EE se celebrará en la sede central del PNV en Bilbao, en Sabin Etxea. La cita llega en medio de un clima de tensión después del cruce de declaraciones de estos días entre sus máximos dirigentes. A la reunión acudirán el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, por parte de la formación jeltzale; y el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, el secretario de Organización, Rodolfo Ares, y los secretarios generales de Gipuzkoa, Álava y Vizcaya, por parte de los socialistas. El PNV mantendrá mañana reuniones con Aralar, EB y EA y el lunes o martes de la próxima semana lo hará con el PP del País Vasco. El PSE-EE comenzará, después del PNV, su propia ronda de encuentros con todas las formaciones para recabar los apoyos necesarios para Patxi López.

«Arrimar el hombro»

Veinticuatro horas antes de iniciar las conversaciones, Urkullu volvió a dejar claro su rechazo a un gobierno socialista con Patxi López de lehendakari porque «no es la situación que requiere el país». Hizo hincapié en que si, además, «a cambio hay otros planteamientos de precios a poner por parte del PP al PSE que afecten a otras instituciones», como podría ser el caso de la Diputación de Álava, «la desestabilización institucional es evidente». A su juicio, la desestabilización viene por sí misma en función de esos juegos, «en función de que el único propósito que haya por parte de algunos partidos es el de constituir un frente en un sistema de golpe institucional, de golpe en la medida en que dadas las circunstancias de las elecciones los resultados son los que son e indican que el PNV es el ganador».

Con el argumento de que el PNV ha demostrado que sabe «arrimar el hombro» cuando hace falta, por ejemplo apoyando los Presupuestos Generales del Estado, pidió «a los demás arrimar el hombro desde la legitimidad de ser el partido mas votado». Insistió en denunciar que otros, «que no son el partido más votado», pretenden dar «un golpe institucional» y que si finalmente aquí se da «ese golpe institucional es que obedece a un modelo pactado entre el PSOE y el PP».

Reiteró que tras las elecciones y sus resultados es el momento de cerrar una etapa y «no podemos caer en la tentación de abonar el terreno de la política de frentes». Conscientes de la «pluralidad de la sociedad vasca», el PNV ofrece compartir el liderazgo en base a un acuerdo sobre la salida de la crisis económica, la búsqueda de la paz y la estabilidad política, que permita, con ese diagnóstico común, «confirmar un nuevo gobierno coherente, fuerte y estable». «No concebimos este proceso como la mera designación de un lehendakari o de la Mesa del Parlamento Vasco por importante que sean», advirtió, insistiendo en que el verdadero reto es gobernar los cuatro años de la legislatura que está a punto de abrirse.

Consideró «irresponsable», en la delicada situación económica actual, «someter nuestra arquitectura institucional a la inestabilidad, a experimentos de gobernar Euskadi desde el frentismo o a la parálisis de nuestro sistema institucional».

«Tono de sacristán»

El senador del PNV, Iñaki Anasagasti, por su parte, reprocha a López, en su blog personal, el «tono de sacristán» que, a su juicio, utilizó el martes cuando advirtió a los nacionalistas vascos de que su partido no es la «religión ni el régimen» de Euskadi. «Ayer nos perdonó la vida», se queja, a la vez que le recuerda que fue la derecha con la que él quiere pactar ahora para ser lehendakari la que «apoyó el R égimen», en referencia al franquismo. Anasagasti replica a otra de las advertencias de López, quien se afanó en definir al PNV como «un partido más» cuya salida del Gobierno no va a suponer inestabilidad en el País Vasco. «Pues no. Es el partido que ha ganado las elecciones», respondió.

«Ya sabemos que ni es el régimen ni una religión, pero me gustaría recordarte que el Régimen lo apoyó y lo hizo la derecha sociológica de España, hoy representada por el PP, con el que quieres pactar después de pasarte toda la campaña desmintiéndolo y hablando de música. Es decir, mintiendo», afirmó.

En este contexto, se lamenta de que «al parecer, todo es posible en una Euskadi en la que el fin sigue justificando los medios». «Unos con la lucha armada, otros, en el otro extremo, aunque democráticamente, pero desconociendo unos limpios resultados y haciendo pactos antinatura que rompen los equilibrios de este país, después de desalojar a una fuerza del Parlamento Vasco», apunta el senador jeltzale.

En opinión de Anasagasti , el PNV también demuestra que no es «un partido más» porque, a diferencia de otros, en lugar de entrar en crisis ante la posibilidad de perder el poder, lo que ha hecho es unirse más.

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