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Domingo, 10 de mayo 2009, 04:55
san sebastián. DV. Retrasar la edad de jubilación, ampliar el periodo mínimo de años que da derecho a pensión o aumentar el número de años para percibir el cien por cien son algunas de las recetas que se están prescribiendo estos días para atajar una posible quiebra del sistema público de pensiones. Sobre la necesidad o no de una reforma, sobre las medidas que se han propuesto y sobre la situación actual de las pensiones y las demandas de los actuales jubilados prejubilados, viudedad, SOVI, etcétera trata el debate de DV de este mes, en el que participan un representante del colectivo de pensionistas, José María Uruñuela; un abogado, experto en Derecho del Trabajo, Francisco Javier Hernáez, y un portavoz sindical, en este caso de CC OO, Eduardo García. También fue requerida la presencia de un representante del Instituto Nacional de la Seguridad Social, pero finalmente declinó la invitación.
voces de alarma
¿Fragilidad o solidez del sistema?
¿Peligra el sistema de pensiones? ¿Es necesaria una reforma?
Eduardo García. No peligra. Desde 1978, en que la Constitución reconoce un papel fundamental al sistema público de pensiones, ha habido siempre voces diciendo que el sistema iba a la quiebra y que no se iban a poder pagar las pensiones. En 1979 ya se decía que en la década de los 80 no se podrían cobrar. Como estos discursos catastrofistas no se cumplían, iban ampliando de diez en diez años esa previsión: primero, que 1990, luego que 2000, posteriormente que 2010 y ahora que en 2020. Nosotros entendemos que el sistema está consolidado, que con reformas prudentes, no urgentes, preventivas, etc., se puede mantener perfectamente. Y en relación a si es necesaria una reforma, en este momento hay 8.495.000 pensionistas, pero en 2020 habrá 10 millones y además todos vamos a vivir más; todo esto nos indica que en un tiempo bastante próximo vamos a tener que responder al reto de pagar más pensiones, más caras y durante más tiempo. Eso requiere observar la evolución de las pensiones en el sistema y ver si son necesarias, o no, algunas reformas, pero siempre puntuales y moderadas.
Francisco Javier Hernáez. Siempre se han oído voces que advertían de la crisis de la Seguridad Social, pero la situación actual no tiene nada que ver con las anteriores porque se ha llevado a cabo la separación de las fuentes de financiación; diferenciación entre lo que es una Seguridad Social contributiva respecto a lo que es la garantía de unos ingresos mínimos. Tenemos y vamos a tener el sistema de Seguridad Social que queramos y que podamos pagar.
José María Uruñuela. El sistema de pensiones no ha fracasado, sigue ahí y es un logro social. Pero una de las condiciones para garantizar la pervivencia es que de la caja de pensiones no salga ni un euro que no se destine a las pensiones de los que han cotizado. No entiendo que, siendo la octava economía mundial, estemos a nivel de pensiones de Portugal o Grecia. Y algo evidente: las zonas del Levante español están llenas de pensionistas europeos; los pensionistas españoles no pueden salir ni de su pueblo.
las propuestas
¿Jubilarse a los 67?
Hablemos de las soluciones que se han planteado estos días. Se ha hablado de alargar la edad de jubilación, de 65 a 67 años; de elevar las cotizaciones empresariales y de los trabajadores, y de la necesidad de un recorte en las pensiones por varias vías: cobrar menos ampliando el periodo mínimo de años que da derecho a pensión (de 15 a 25), cobrar menos aumentando el número de años para obtener el 100% (hoy, 35); cobrar menos no revalorizando las pensiones o revalorizándolas por debajo del IPC, o cobrar menos reduciendo la tasa de reposición respecto al último sueldo del trabajador (hoy supera el 80%). Propuestas no faltan.
García. Los agoreros del sistema público de pensiones siempre nos dicen que las soluciones son esas: o jubilarnos más tarde, o cotizar más o cobrar menos. Y desde luego nunca ha sido necesario aplicar esas tres soluciones en los términos que han venido planteando y, por tanto, no compartimos en absoluto ese criterio. La edad de jubilación está perfectamente plasmada hoy en el acuerdo de 2001, que es el que sigue en vigor y que estableció la jubilación flexible, es decir, que se podía jubilar quien fuera expulsado del mercado de trabajo de manera anticipada a partir de los 61 años, con treinta años de cotización, o que podía prorrogar voluntariamente su vida laboral a partir de los 65 años, con unas condiciones y consecuencias determinadas. Nosotros vamos a seguir defendiendo que esta jubilación anticipada a partir de los 61 años tenga también carácter voluntario, al igual que la de la extensión a partir de los 65. Según un estudio que hemos hecho, es posible bajar los coeficientes reductores actuales en torno a un 5% y un 65%. Respecto al alargamiento del periodo para el cálculo de la base reguladora, que ahora es de 15 años, no estoy de acuerdo, y si se hace, será muy paulatinamente y muy progresivamente. En definitiva, las pensiones dependen de la actividad económica, del crecimiento económico y sobre todo del empleo. Lo que habría que revisar es el modelo de crecimiento económico, el tejido productivo económico y el tipo de trabajo.
Hernáez. Ahora, para tener derecho a una pensión de jubilación, hace falta tener 15 años cotizados. Con esos 15 años tenemos derecho sólo al 50% de la base reguladora. Con eso, en la inmensa mayoría de los casos, nos situamos en la necesidad de acudir al sistema asistencial. Si subimos el tope, lo único que conseguiremos es derivar a más personas al ámbito asistencial, con lo que el coste no estaría disminuyendo. Por tanto, yo no creo que se vaya a exigir más años de cotización para obtener derecho. Pero hay unas medidas muy interesantes para conseguir la continuidad de las personas con una cierta edad en el mercado de trabajo. Las medidas deben venir por ahí, por que resulte atractivo continuar trabajando, quien pueda. Se pueden plantear otras soluciones. Alemania ha elevado el número de años para cobrar el 100%; pero, claro, hay que ver el nivel de pensión que tienen. Respecto a la propuesta de calcular toda la vida de cotización, yo siempre lo he considerado un brindis al sol de los políticos. Técnicamente es inabordable.
Uruñuela. El tema es complejo. Se empieza cada vez más tarde a trabajar y se vive más, por lo que el alargamiento de la edad de jubilación tampoco en principio parece un disparate. Otra cosa es que nos guste o no. Los 65 años siempre ha sido la edad legal de jubilación, nunca obligatoria. Y sin embargo se sigue penalizando con un 6% al que ha cotizado más de 40 años si se jubila anticipadamente. Este es un porcentaje brutal.
García. Otra de las demandas, acordada en el 2006, pero que no termina de ponerse en marcha, es la convergencia de los distintos regímenes. Y es necesaria también una lucha contra el fraude más efectiva. Hoy, el 80% de las personas que están dadas de alta en el régimen de empleadas de hogar de la Seguridad Social no trabaja, lo están para comprar una pensión. Y al revés, el 80% de las personas que están trabajando como empleadas de hogar no cotizan.
las actuales demandas
Jubilados anticipados y viudas
Durante las últimas semanas hemos asistido a numerosas protestas de los prejubilados. ¿Qué ocurre con estos pensionistas?
Uruñuela. Para empezar, la palabra prejubilado se utiliza mal. El prejubilado es el que no está aún jubilado. Nuestra demanda se orienta a los jubilados anticipados y dentro de éstos, a los forzosos. Nosotros pedimos la eliminación de los coeficientes reductores que injustamente se nos han aplicado. Percibimos, y doy fe de ello, hasta un 40% menos de lo que nos correspondería.
Hernáez. Habría que examinar, en los jubilados anticipados, en virtud de qué se plantea el carácter forzoso. En un periodo solamente podían acceder a esa jubilación anticipada quienes habían cotizado antes del 1 de enero de 1967. Con posterioridad se ha ampliado esta posibilidad, en ningún caso obligación, a personas quehan perdido su empleo, tienen una dilatada carrera de cotización y reúnen todos los requisitos para poderse jubilar, menos el de la edad, siempre a partir de los 61 años. Habría que ver cuáles son los supuestos para conocer las situaciones.
García. En 2006 llegamos a un acuerdo en el que recogimos parcialmente esas reivindicaciones, pero seguramente de forma insuficiente. No obstante, aquí el gran dilema es distinguir entre aquellos trabajadores que de manera forzosa se marcharon del mercado de trabajo con los que lo hicieron voluntariamente, pasando también por el desempleo, y con los que se fueron con gruesas indemnizaciones o sin ninguna peseta. El estudio de la situación de cada cual es muy complicado. Lo que sí vamos a proponer es la reducción de los coeficientes reductores y sobre ello volver a tratar específicamente una mejora para estos trabajadores.
Uruñuela. Es el propio Ministerio de Trabajo el que dice que la Seguridad Social «incrementará la pensión de jubilación de 430.821 pensionistas que se jubilaron anticipadamente y de manera forzosa». Es decir, que esto ya está reconocido.
Hernáez. No, no; no lo está. No tengo ninguna posición en contra, pero creo que es conveniente diferenciar para no confundir. A esas personas no les queda más remedio que acceder a esa jubilación anticipada. No desean voluntariamente adelantar su edad de jubilación, estoy de acuerdo, pero jurídicamente quien accede a la jubilación anticipada no lo hace forzosamente. La jubilación siempre es un acto voluntario.
Uruñuela. El 21 de febrero de 2006, en el Congreso de los Diputados, se aprueba una proposición de ley del PNV, orientada a que al llegar a los 65 años se eliminen los coeficientes reductores a ese colectivo de pensionistas. Se llega a decir que la reducción que padecemos se ha efectuado de forma injusta, ilegítima e ilegal.
García. No deja de ser la opinión de un político en el debate parlamentario. Pero jurídicamente el acto de la jubilación es voluntario. Resulta muy difícil de entender que esos 430. 821 afectados sean todos trabajadores que estén en las mismas condiciones.
¿Y las viudas? ¿Cuáles son las demandas?
Uruñuela. La situación de las viudas es preocupante. El año pasado se aprobó una proposición de CiU para elevar al 70% la pensión de viudedad y en algunos casos hasta el 90%. Pero el PSOE ha dado marcha atrás. La inmensa mayoría de las pensiones españolas son de miseria. Y no digamos las que perciben las viudas.
Hernáez. La pensión de viudedad pasa a ser del 52% el 1 de enero de 2004, aunque en el sistema actual puede llegar al 70%. Desde hace años se está planteando su modificación , pero no se le puede considerar aisladamente de la de orfandad. Por tanto, también en este caso nos encontramos con situaciones diferentes. Y otra cuestión es que en estos momentos tenemos una pensión mínima de viudedad a partir de los 65 años de 7.681,70 euros. Habrá muchas viudas que estén percibiendo ese mínimo de pensión y, por lo que ha sido su aportación al sistema, no llegarían, ni con el 52%, a cobrar una pensión de esta cuantía.
García. Niego que todas las pensiones de este país sean una miseria. Lo que son bajos seguramente son los salarios. ¿Cuál es el futuro, desde nuestro punto de vista, de las pensiones de viudedad?: Su reformulación. Hay que recuperar el criterio de que es una renta de sustitución. Nosotros pedimos que sea una tasa de sustitución, y a las que realmente lo precisen, que se les aplique ese 70%.
Otro de los debates se refiere a la compatibilización del SOVI con la pensión de viudedad.
Uruñuela. Está compatibilizado, pero habría que preguntarse por qué está topado hasta al doble de la pensión mínima de viudedad y no hasta la pensión máxima.
Hernáez. Tras diversas vicisitudes, en el año 2005 efectivamente se compatibilizó, pero con el tope antes citado, lo que no me parece correcto, porque siendo una pensión contributiva debería estar compatibilizada con la pensión de viudedad sin ningún límite.
García. El SOVI es una pensión a extinguir. Poner medidas cicateras es algo que no comparto.
Pasemos a la equiparación al SMI, que en Euskadi se logra mediante una compensación asistencial.
Uruñuela. Así es, pero yo veo un agravio comparativo. Aquí entran pensiones contributivas y no contributivas. Todos con la misma pensión. Yo no niego que lo perciban, pero está cobrando lo mismo un señor que no ha aportado nada nunca, por la razón que sea, que otro con treinta años de cotización.
Hernáez. Hay que diferenciar lo que es el sistema de seguridad social, un sistema contributivo, de lo que puede ser la garantía en esta sociedad de un mínimo de ingresos para vivir. Otro asunto es que habría que valorar si el salario mínimo es suficiente, si realmente responde a esa filosofía.
García. La cuestión es si las pensiones contributivas deben o no equipararse al SMI. Hoy en día, por ejemplo, una jubilación de un mayor de 65 años con cónyuge a cargo es el 111, 6% del SMI; el de las viudas está en 88,1%. Hay un espectro todavía importante de pensiones que les falta alcanzar las cifras del salario mínimo y es ahí donde estamos de acuerdo de que más pronto que tarde se igualen.
mgarcia@diariovasco.com
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