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BENITO URRABURU
Sábado, 23 de mayo 2009, 04:25
DV. Aseguran que el tiempo lo cura todo con su paso inmisiricorde. Sin embargo, no ha servido para cerrar la heridas de una trama contra el dopaje denominada Operación Puerto de la que tuvo conocimiento la opinión pública el 23 de mayo de 2006.
Tres años después se puede decir que la Operación, o lo que se vendió como una un gran éxito en la lucha contra el dopaje, permanece varada. De los nombres y deportes que en un principio aparecían implicados desaparecieron todos menos los ciclistas.
La Operación Puerto continúa abierta, a la espera de que algún ente judicial decida qué hacer con ella, tomar alguna decisión contra las personas a las que se mantiene en tensión desde hace mucho tiempo.
Tres años después, lo que se vendió como un gran éxito en la lucha contra el dopaje se ha quedado en un un torpedo contra la línea de flotación del ciclismo en este país, que no ha levantado cabeza a ningún nivel.
Tres años después, los ciclistas nacionales a los que vincularon a esa trama continúan sin ser castigados. Ni siquiera se les ha abierto un expediente. Las únicas sanciones que se han producido han tenido nombres extranjeros: Iván Basso, Michele Scarponi y Giampaolo Carurso, que confesaron, en mayor o menor medida, su implicación en aquellos hechos.
Dos de ellos, Iván Basso y Michele Scarponi, están corriendo el Giro de Italia, en el que están siendo protagonistas. Caruso no lo ha hecho porque su equipo, el Flaminia, no ha sido invitado a la prueba. Del resto de nombres que aparecieron vinculados a ese proceso, sólo ciclistas -lo que sigue resultando muy extraño-, hay de todo. Y casi todo, malo.
La mayoría dejaron el ciclismo: Joseba Beloki, los hermanos Osa, Aitor y Unai, David Etxebarria... Jan Ullrich nunca quiso buscar el perdón de las autoridades deportivas alemanas. En los últimos meses se especuló con su vuelta al ciclismo.
Otros ciclistas malviven desde entonces en los equipos que han querido ficharles. Tino Zaballa, Rubén Plaza y Santi Pérez recalaron en el ciclismo portugués, que les permitió continuar vivos a nivel deportivo. Paco Mancebo y Óscar Sevilla corren en el Rock&Racing americano.
Algunos de los nombres a los que machacaron entonces llevan caminos muy distintos. Vicente Belda sigue dirigiendo equipos. Ahora ejerce en Colombia. Manuel Saiz está totalmente desvinculado del ciclismo.
El médico Eufemiano Fuentes vive en Canarias, alejado del deporte. Ninguna de las personas que hemos citado ha sido nunca sancionado. En el caso de los ciclistas, lo que se les hizo fue mucho peor que sancionarles: les segaron la hierba debajo de sus pies, recomendando a equipos y organizaciones que no los fichasen, que no les dejasen correr en sus pruebas para «evitarse problemas».
Otros, como Tyler Hamilton, han dado positivo esta misma temporada y se han ido del ciclismo.
Sobre todos ellos se edificó una losa de silencio, de olvido. La Operación Puerto, que en cualquier momento, ya saben, dos meses o un año, tendrá continuidad. Parece no cerrarse nunca.
Valverde, perseguido
Por no hablar de Alejandro Valverde, al que persiguen desde entonces las instancias del deporte a nivel internacional. Sin pruebas, sin datos, pero con unos papeles que alguien se encargó de filtrar, de llevar al Tour, de dar a conocer al mundo, sin ningún tipo de garantía judicial. Había que eliminar, sobre todo, a dos personas, Manuel Saiz y Vicente Belda, y lo que consiguieron fue hundir el ciclismo de este país, que desde entonces no levanta cabeza.
Ha habido corredores que consiguieron demostrar que no tenían nada que ver con aquella trama, como Allan Davis, Jesús Hérnandez, Luis León Sánchez o Alberto Contador.
Se jugó con personas, con sus carreras, para satisfacer venganzas personales. Valía todo con tal de conseguir los fines que se perseguían. Y todo, es todo.
Tres años después basta con ver a los vecinos, cercanos y lejanos, del ciclismo mundial, para comprobar que lo que decimos es cierto. Uno ve las multitudes, porque eso son, que hay en Italia y en Bélgica, la salud del ciclismo francés, y siente envidia sana, sobre todo si se mira lo que nos han dejado por aquí, que parece un solar.
La lista de afectados por la Operación Puerto es amplia y sirve para recordar que muchas carreras se truncaron de forma prematura, sin darles, ni entonces, ni ahora, ninguna posibilidad de defensa.
Sus nombres aparecieron en unos papeles que salieron a la luz sin que nadie comprobase nada. Eso llegaría después, en algunos casos, una vez que el daño era irreversible para ellos.
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