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De izquierda a derecha, Miguel Alonso, Mikel Ubarretxena, Odón Elorza y Teresa Cormenzana, ante una imagen proyectada de la Parte Vieja donostiarra. /LOBO ALTUNA
Alarmados ante la ola de delincuencia
DEBATE EN DV, SEGURIDAD CIUDADANA

Alarmados ante la ola de delincuencia

La voz de alarma la han dado recientemente hosteleros y comerciantes, principales víctimas de lo que consideran un fenómeno creciente de inseguridad ciudadana

MARIO GARCÍA

Domingo, 24 de mayo 2009, 10:16

DV. La voz de alarma la han dado recientemente hosteleros y comerciantes, principales víctimas de lo que consideran un fenómeno creciente de inseguridad ciudadana. Pero más allá de sus protestas y de lo que indican las estadísticas, la sensación de la ciudadanía en general es que las calles han dejado de ser seguras, que la delincuencia está aumentando sin freno y que los instrumentos coercitivos no parece que estén resultando lo suficientemente disuasorios. Además, a la percepción de un posible aumento de hurtos, de robos con violencia y de asaltos a los ciudadanos más vulnerables en plena vía pública, se añade el impacto que han causado los últimos crímenes, cometidos en Irun, Hernani y Berrobi.

Sobre la posible alarma que se ha generado dialogan en las siguientes líneas los cuatro invitados a este debate: la presidenta de la Federación Mercantil de Gipuzkoa, Teresa Cormenzana; el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Gipuzkoa, Mikel Ubarretxena; el letrado y profesor de Criminología, Miguel Alonso, y el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza.

SITUACIÓN PREOCUPANTE

Más delincuencia y con mayor eco

- ¿La percepción ciudadana de que se está produciendo un alarmante aumento de la delincuencia en nuestras calles está justificada o es exagerada?; ¿va a más?; ¿tiene fundamento la idea de que no se está haciendo nada?

- Odón Elorza. En los últimos dos o tres años sí existe la percepción ciudadana de que ha aumentado la delincuencia en nuestras calles y que hay más inseguridad ciudadana. La sociedad en los últimos años se ha vuelto muy compleja. Llegan personas de otras latitudes, con otros hábitos, con otras culturas y con otra escala de valores, y todo ello incide, primero, en una sensación de desconfianza e inseguridad, y luego, en que la delincuencia efectivamente se incrementa. Pero además hay otros factores. Al amparo de la globalización, nos llegan a nuestras calles bandas organizadas, bien centroeuropeas, bien latinoamericanas, bandas que cometen robos en domicilios, en comercios o en fábricas. Pero, además de delincuencia, también hay sensaciones subjetivas, a veces provocadas por el eco que adquieren estos delitos en los medios de comunicación.

- Miguel Alonso. Ha habido un aumento de la delincuencia, sí, pero un aumento muy poco significativo. No hay muchos más delitos que antes. La tasa es ligeramente inferior al resto de España, y ligeramente inferior de la europea. Sin embargo, existe la percepción de un alarmante aumento de la delincuencia. Hay una mayor alarma, pero no siempre, objetivamente, está justificada. Si vemos las estadísticas, observamos que en tres años la variación es muy poco significativa; puede haber incrementos puntuales que tienen una explicación, que no justificación; por ejemplo, se han podido cometer más delitos en abril, pero porque ha coincidido la Semana Santa. Sí ha cambiado el perfil de los jóvenes magrebíes; anteriormente veíamos en los juzgados de guardia al clásico joven que no generaba problemas y no era en absoluto violento. Ahora sí lo son, quizá porque interviene otra variable, que es la droga. Claro que el ciudadano está alarmado, aunque esa alarma no tiene una base real. Tenemos menos criminalidad que en otras zonas de España. No es un tema descontrolado.

- Teresa Cormenzana. En las tiendas estamos viendo que han aumentado los robos. Lo que ocurre es que muchos de estos delitos no se denuncian y lógicamente no aparecen en las estadísticas oficiales. El dueño de una tienda que le roban estando en su interior ni se molesta en cursar la denuncia porque es consciente de que el seguro no le va a pagar. Los datos reales no son las denuncias que llegan al Juzgado, sino que hay muchos más delitos que no se reflejan. De lo que estamos seguros es que esta situación de delincuencia es un problema creciente. Sí es verdad que los datos son más bajos que en el resto de España, pero desde hace un montón de años lo ha sido porque aquí, por el problema del terrorismo, ha habido una mayor presencia policial. Hay tiendas en la Parte Vieja de San Sebastián cuyos dueños están horrorizados porque les han entrado veinte veces. Y la gente joven no se atreve a pasear por ciertos puntos de la ciudad ante la presencia de grupos de personas que les inspiran temor.

- Mikel Ubarretxena. Sí, la percepción es que ha aumentado la delincuencia. Tal vez ha aumentado menos la organizada, pero sí la de calle. Y la sensación es que a sus autores les detienen y salen impunes. Además, hay zonas que concentran un mayor número de delitos, como la Parte Vieja donostiarra. Sí es cierto que la sociedad es mucho más global, que ha llegado gente de fuera, etcétera, pero lo cierto en que yo antes paseaba por la ciudad y ahora, a determinadas horas, tengo miedo. A veces cuando salgo de noche con la recaudación ya no voy como hace tres o cuatro años. Y luego tenemos el problema de los menores tutelados, que están delinquiendo con una impunidad terrible.

- Miguel Alonso. Una precisión: no sólo son los jóvenes inmigrantes. Yo conozco casos de jóvenes nuestros, de ambos sexos, aburridos y con los bolsillos llenos, que entran a los comercios y roban.

- Odón Elorza. Datos: según la Fiscalía General del Estado, en 2007 se abrieron en España 99 diligencias por cada 1.000 habitantes; en Euskadi se abrieron 59,1. En relación a la impunidad delictiva, ese mismo año en Euskadi fueron sobreseídas el 72,16% de las diligencias, algo más que la media de España, que ronda el 55%. Respecto a San Sebastián, con los datos que tengo de la Guardia Municipal, entre 2006 y 2009, las intervenciones en materia de seguridad ciudadana se han incrementado del orden de un 6% y el número de denuncias, es una cifra parecida. Respecto a las actividades delictivas, el robo con intimidación se mantiene en un nivel similar; los robos con violencia experimentan un incremento del 19%; las denuncias por hurto, muy similar un año con otro; en robos en domicilios hay un aumento del 10%, mientras que en robos en establecimientos vemos un ligero incremento de un 3%... Hay una tipología muy específica que son los menores magrebíes no acompañados que empezaron este año con muchas faltas y algún delito y es evidente que, desde que surgió la alarma, parece que con las medidas coercitivas que está adoptando la Diputación se está frenando el incremento de esas actitudes. Vamos a ver si eso tiene una continuidad, o no.

- Miguel Alonso. A lo diferente reaccionamos con cautela. Si vemos un grupo de personas de origen magrebí en nuestras calles, sin que hagan nada, ya nos queda una sensación extraña. Y si además sabemos que en algún barrio se han cometido delitos. en fin, que todo se va acumulando. Pero una información alarmista genera alarma en el ciudadano. Sí hay sensación de que está aumentando la inseguridad, pero aceptando los datos que se han dado, no parece que haya habido un aumento sustancial de la criminalidad. Pero vuelvo a decir que en cualquier ciudad española o europea está ocurriendo lo mismo o más.

- Mikel Ubarretxena. Pero Donostia, y Gipuzkoa en general, han sido territorios seguros. Cuando salíamos fuera teníamos que ir más vigilantes de la cartera, lo que no nos ocurría aquí. Ahora parece que también aquí vamos que tener que ir pendientes del bolsillo. Han cambiado los tiempos.

LA LUCHA CONTRA EL DELITO

Labor de policías y jueces

- Vamos a hablar de causas. ¿Creen que estamos ante un problema relacionado con la mayor o menor efectividad policial?, ¿a una insuficiente legislación, o a una aplicación laxa de la ley?

- Odón Elorza. Por lo que me compete, tengo la impresión de que en San Sebastián podemos mejorar la presencia (policial) en la calle; eso significa más recursos humanos, de modo que sean más frecuentes y más visibles para la ciudadanía, y no sólo en la Parte Vieja, sino en cada uno de los barrios. En segundo lugar, la coordinación entre los cuerpos policiales es buena: entiendo que funcionan los protocolos y el reparto de funciones, lo mismo que funciona la colaboración con los jueces. Por poner alguna pega, sucede que la Er-tzaintza, que posee la competencia principal en materia de seguridad pública, tiene un problema que no se puede obviar: unas medidas importantes de autoprotección que a veces pueden limitar su efectividad en cuanto a presencia en determinados ámbitos. Por otro lado, en un pasado no muy lejano la Guardia Municipal también tenía serias limitaciones para entrar en determinados barrios a realizar su labor, una labor estrictamente de prevención de la delincuencia, debido a otros factores de tipo político. Creo que en nuestro país las labores policiales no han estado bien vistas por la ciudadanía en general y especialmente por algunos sectores muy en particular. A modo de ejemplo, el año pasado la lista de más de noventa puestos de interinos para vacaciones de la Guardia Municipal no se pudieron cubrir porque no hubo suficientes demandas para atender la oferta que habíamos realizado.

-Miguel Alonso. La coordinación policial siempre forma parte de la esfera de lo mejorable. Es cierto que la Ertzaintza tiene mediatizada su actuación por el hecho de que existe un fenómeno de terrorismo. Y puede que una parte importante de los efectivos de cada turno en una comisaría han de velar por la seguridad de sus propios compañeros. Si no tuvieran esta preocupación seguramente habría un mayor número de agentes persiguiendo el delito. Otra cuestión, por ejemplo en Donosti, es que esta ciudad no ha crecido mucho en población, pero sí en extensión y por consiguiente es preciso patrullar muchas más calles. En relación a si la ley es blanda debo decir que en absoluto, sino todo lo contrario, es una de las leyes más duras de Europa. En las cárceles españolas hay 70.000 presos, lo que supone una altísima población reclusa. Es verdad que suele pasar un tiempo entre el juicio y el momento en que el delincuente ingresa en prisión y este tiempo crea una sensación de alarma entre los ciudadanos. La frase típica es: le han detenido y al día siguiente está en la calle. Es una percepción cierta, pero no significa que la ley sea blanda. Quizá lo que hay que mejorar es ese primer contacto con la ley. Es un sistema que los juristas consideramos muy garantista, aunque los policías dicen que las garantías son para los delincuentes. Pero estamos en esa dicotomía, en la que se impone buscar un equilibrio. También hay que decir que ha habido un aumento muy significativo de los delitos de violencia de género, pero eso es debido a que afortunadamente se criminalizan situaciones que antes pasaban inadvertidas. Antes ni se denunciaban. Y vemos un aumento muy significativo de los delitos relacionados con el tráfico porque la legislación ha dado una vuelta de tuerca y ha convertido en delito situaciones que antes no lo eran.

-Teresa Cormenzana. En lo que respecta a los robos en los establecimientos, la sensación que tenemos los ciudadanos es que los delincuentes cuando llegan al Juzgado entran por una puerta y salen por otra. Y nos preocupa que a veces los policías nos digan que ellos mismos están desanimados. Está claro que el ciudadano demanda un aumento de la seguridad en nuestras calles y la aplicación de la justicia con más rigor. En relación con la situación de impunidad con que se mueven esos menores que han sido protagonistas de diversos robos, creo que no les hacemos un favor si les permitimos seguir sin hacer nada. Eso les lleva a la comisión de delitos; habría que hacer un esfuerzo por integrarles a través del trabajo remunerado. Es una globalización mal entendida. En cuanto al rigor de la ley, yo creo que cada cual debe responder de sus actos. Y hay medios que no son la cárcel: a mí me parece bien, por ejemplo, que a un menor que haya roto una papelera se le condene a arreglar otras diez, que pague con su esfuerzo y su servicio a la comunidad.

-Mikel Ubarretxena. En relación a la efectividad policial, me llama la atención que haya momentos en que no veamos ni a un ertzaina en la ciudad, y en otras ocasiones aparezcan por todos los sitios, aparecen y desaparecen. Respecto a los municipales, yo les veo muy ágiles en temas de control de tráfico y en todo lo recaudatorio: haces una obra en un piso y a las dos horas ya están ahí; en cambio, en temas de seguridad quizá no están suficientemente formados en ejercicio de la autoridad, incluso me parece que el uniforme es poco operativo: a la mínima, la gorra sale volando. Respecto a la aplicación de la ley, me parece que es demasiado blanda. Lo que yo quiero es que si un señor rompe un cristal de mi establecimiento, que no venga a la hora de ser detenido a reírse de mí. Prefiero que esté en la cárcel. Otra cuestión que me llama la atención es cierta actitud ciudadana de cara a la policía. Por ejemplo, cuando los agentes llaman la atención a los peruanos que se plantan ilegalmente en el Boulevard, la gente respalda a éstos y la toma contra los policías que están haciendo su trabajo. Es una falsa visión de sobreprotección hacia el inmigrante.

-Odón Elorza. Una cosa es la actitud incívica (actitudes en contra de las ordenanzas municipales, el gamberrismo, la falta de educación, etc.) y otra es la delincuencia a nivel de falta tipificada o de delito. Son planos diferentes y si no fuera así estaríamos entrando con un planteamiento muy radical, a lo que se denomina tolerancia cero con cualquier tipo de delito, lo que puede llevar a cambiar de una manera muy decisiva las medidas, las leyes, las facultades de la policía e incluso la consideración de los tipos de delitos. En segundo lugar, no podemos olvidar que hay una policía especializada, que es la Ertzaintza, y que a la Guardia Municipal le corresponde participar en el mantenimiento de la seguridad pública. Y en cuanto a efectividad, es cierto, y a mí me preocupa, que nuestra Guardia Municipal no es suficientemente visible. Cuando voy a otras ciudades observo que los guardias municipales llevan uniformes con distintivos más visibles. He hecho una prueba, pensando en esta reunión: me he situado en la Avenida y he comprobado que desde la acera de enfrente apenas se les distingue a dos guardias vestidos con jerseys azul marino. Y eso ciertamente guarda relación con la efectividad. Lo mismo que habría que poner en discusión si las cámaras en la vía pública, aparte de que tienen una tramitación complicada, son medidas efectivas o no, al margen de que en la calle, sin darnos cuenta, hay ya bastantes cámaras. Otro elemento que limita la efectividad policial es que la colaboración ciudadana no siempre se produce con la rotundidad que sería deseable. &ndash Miguel Alonso. Hay un concepto que manejan los criminólogos y los sociólogos, que es la paradoja del miedo al delito. Eso quiere decir que hay ciudades y colectivos con un significativo número inferior de delitos y sin embargo la ciudadanía tiene más sensación de miedo. Y, al contrario, hay ciudades con elevado número de delitos cuyos ciudadanos no tienen esa percepción. Respecto al tema de las cámaras, a mí personalmente no me importa que estén ahí, con sus correspondientes permisos, porque pueden servir para combatir el delito; pero hay personas a quienes les parecen intolerables estos dispositivos.

-Teresa Cormenzana. Yo, antes que cámaras, quisiera que el guardia municipal tuviera más vocación de policía, es decir, que pudiera dirigirme fácilmente a él en un tono normal y no como si estuviera enfadado. Es decir, la imagen amable del bobby inglés que tiene vocación de ayuda al ciudadano. Que se les note, que se les vea y que se sepa que tienen autoridad. POSIBLES SOLUCIONES - Centrado el asunto, veamos qué soluciones se pueden aportar.

-Odón Elorza. Queremos mejorar la coordinación policial entre la Ertzaintza y la Guardia Municipal mediante reuniones que ya se están celebrando. Vamos a ver si podemos conseguir, sobre todo de cara al verano, cuando se producen más incidencias, que la presencia policial sea más eficaz y que traslade más tranquilidad al conjunto de la ciudadanía. En segundo lugar, en la parte que nos toca, vamos a incorporar a 64 personas, que se contratan como agentes de tráfico, de modo que policías que estén en estas labores pasen a las unidades de seguridad ciudadana específicamente. En tercer lugar, vamos a solicitar un aumento de efectivos de la Ertzaintza en San Sebastián. Evidentemente, si desapareciera el terrorismo tendríamos muchos más efectivos en labores de seguridad y además con mucha más dedicación porque no tendrían ese factor de la autoprotección que limita bastante. Y por último, se le da una cierta tranquilidad a la ciudadanía logrando que la Policía Municipal se haga más visible, con uniformes más llamativos.

-Miguel Alonso. Sí creo que hace falta una mayor coordinación policial. Por otro lado, me parece positiva la creación de la nueva Dirección que aglutinará toda la información sobre violencia contra la mujer. Y también me parece importante trasladar y comunicar bien. Estamos en la sociedad de la información y no creo que las entidades públicas transmitan bien todo lo que hacen. Comparto la idea de que para que haya menos sensación de inseguridad, los agentes tienen que ser más visibles. Y me parece que habría que modificar la normativa de menores en cuanto al reincidente.

-Teresa Cormenzana. Los delincuentes tienen que tener garantías, pero también los ciudadanos.

-Mikel Ubarretxena. Es importante que la Ertzaintza se haga más visible, lo mismo que la Guardia Municipal. Y es importante la comunicación, pero comunicar resultados de manera que el ciudadano tenga datos que le permitan reconocer que efectivamente hay una efectividad policial. Porque la sensación es que aquí no se detiene a nadie y que cuando los delincuentes llegan al Juzgado entran por una puerta y salen por la otra. Quizá la realidad no sea esa, pero la sensación es que parece que delinquir en Gipuzkoa es fácil y barato. Y que no pasa nada.

-Odón Elorza. Sí es verdad que hemos sido extremadamente discretos para no alarmar y que hemos mantenido una política en la que sólo se ha dado noticia de operaciones muy destacadas, pero no lo del día a día. Y lo cierto es que la Guardia Municipal detuvo en el 2006 a 677 personas; en el 2007, 671; en el 2008, 693, y en el primer cuatrimestre de 2009, 189.

-Miguel Alonso. No obstante, sería también necesario que la policía contara con un mayor apoyo de los ciudadanos; cualquier actuación se mira con lupa.

-Teresa Cormenzana. Pero también nos gustaría ver en los agentes una actitud un poco más amable, más próxima al ciudadano.

-Miguel Alonso. Sin duda hay que mejorar la relación entre la policía y los ciudadanos.

-Odón Elorza. Considerando que la seguridad ciudadana es una inquietud creciente, y aprovechando la necesidad de una recomposición y reorientación del gobierno de la ciudad, voy a crear un Consejo Ciudadano en materia de seguridad y civismo. No hay ningún precedente en España y la idea es que sea un consejo ciudadano participativo que nos obligue, a las autoridades y a Guardia Municipal, a dar cuenta cada dos meses de cómo está la situación.

mgarcia@diariovasco.com

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