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JORGE SAINZ
Domingo, 24 de mayo 2009, 13:58
Iñaki Galdos (Oñati, 1966) muestra la portada del diario que recoge la constitución del Gobierno Vasco del lehendakari Aguirre en 1936. Ante la actual crisis interna de Eusko Alkartasuna, su presidente en Gipuzkoa y líder del sector crítico mayoritario en este territorio cree que sólo quedan dos alternativas: recuperar los valores fundacionales del partido o ir de la mano de una izquierda abertzale tras un «polo soberanista» que haría «muy difícil el futuro de EA».
- ¿El jueves le cogió trabajando?
- Sí, fui a trabajar. En estos momentos una huelga general no era positiva, respetando el derecho de todo ciudadano a hacer huelga.
- Sin embargo, desde la Ejecutiva nacional de EA se apoyó la huelga.
- Una cosa es apoyar una huelga general y otra, apoyar una que, como sus convocantes manifestaron, era contra la política llevada por un Gobierno Vasco en el que hemos tenido protagonismo en áreas como Empleo o Seguridad Social. Es sorprendente.
- ¿Por qué cree que EA apoyó la convocatoria de ELA y LAB?
- A nadie se le oculta que en el trasfondo subyace una estrategia iniciada por mi partido en los últimos tiempos de acercamiento y participación en un polo soberanista, que no se ha reconducido a pesar del estrepitoso fracaso electoral.
- ¿Teme que la izquierda abertzale pueda absorber a ese sector de EA?
- Tras las elecciones autonómicas, la izquierda abertzale ha pasado en algunos documentos a integrar a EA en las matemáticas de cara al futuro. Empiezan a ser datos objetivos de que hay un mar de fondo para la constitución de ese polo en el que EA no debe estar, porque pertenece a otra cultura política.
- Al hilo de la huelga, el parlamentario de EA, Jesús Mari Larrazabal, ha sido muy crítico con miembros del sector que usted lidera.
- Si se trata de elegir a personas que lo han dado todo por este país y este partido, frente a personas recién llegadas al partido cuya trayectoria política, entre otras, todos conocemos, me quedo con las primeras. De quien ha obtenido un resultado electoral que nos ha llevado a la mínima expresión cabe esperar más humildad y respeto.
- ¿El apoyo a la huelga ha colmado el vaso de la paciencia de su sector?
- Lo que más me irrita es que no nos percatáramos de que era una huelga política. Las propias declaraciones de Otegi diciendo que puede ser el punto de partida para un polo soberanista lo indican.
- Precisamente del futuro del partido están hablando en el proceso de reflexión interna, 'Suspertu', puesto en marcha por EA de Gipuzkoa.
- Tras las elecciones dijimos que el fracaso se debió a la no reedición de una coalición (con el PNV) que era una aspiración muy mayoritaria para nuestro electorado y a una deriva estratégica. En sintonía con esto iniciamos el proceso. El próximo sábado habrá un acto en Donostia para hacer públicas las conclusiones, que serán nuestra guía de actuación futura. Hemos hecho 400 encuestas de militantes que opinan sobre los motivos del fracaso y sobre lo que EA y el nacionalismo en general deben ser en el futuro. También opinan un grupo de 60 intelectuales y otro de jóvenes.
- ¿Puede adelantar alguna conclusión?
- Faltaría al respeto a quienes están trabajando. Pero a nadie se le oculta que coinciden con nuestro análisis sobre el fracaso electoral y con la necesidad del nacionalismo de situarse de cara al futuro de una manera que conecte mejor con las nuevas realidades sociales.
- ¿Y usted qué conclusión saca?
- Al nacer EA, nos reclamamos legítimos herederos de aquel nacionalismo histórico e institucional representado por el lehendakari Aguirre. Éste es el polo en el que debemos estar. En aquellos primeros mítines nuestros dirigentes no se cansaban de repetir, con acierto, el hecho de que los herederos y familiares de Manuel de Irujo, Fortunato Aguirre o Juan Ajuriaguerra estuvieran en las filas de EA. En la medida en que EA se ha alejado de estos postulados hemos perdido apoyo electoral. Otra conclusión es que desde 2001 el nacionalismo institucional ha perdido cerca de 200.000 votos. Debemos fijarnos en experiencias como la de Convergencia Democrática de Catalunya con la 'casa del gran catalanismo', que está consiguiendo ensanchar las fronteras del nacionalismo catalán con la adhesión de nuevos sectores.
- ¿Van a llevar las conclusiones de 'Suspertu' al congreso extraordinario del 20 y 21 de junio en Vitoria, que elegirá la nueva dirección?
- No estamos centrados en el congreso. Hay otras prioridades. Observo con preocupación que a pesar del batacazo no ha habido en la dirección nacional de EA una reacción tendente a corregir el rumbo. Hemos presentado, desde la lealtad interna, unos documentos a nuestro vicepresidente, Koldo Amezketa, con las bases para avanzar en un acuerdo interno y para que EA y el nacionalismo avancen.
- ¿Y cuáles son?
- Sólo quedan dos alternativas para la EA del futuro y chocan frontalmente. La primera, que EA sea agente activo en la recuperación del liderazgo institucional para el nacionalismo histórico que representamos. La segunda sería embarcarnos en la aventura de un polo soberanista lleno de inconcreción e incertidumbre y con el que poco tenemos que ver. Si algunos piensan que la apuesta es ésta, que lo especifiquen en vez de llevarnos a ese polo poco a poco sin que se haya decidido en ningún lugar.
- ¿Éstas dos estrategias van a ir a la arena del Congreso?
- Ya veremos. Para que vayamos a la arena del congreso se tienen que dar unas condiciones que ya hemos dejado por escrito: la clarificación de estrategias y, como llevamos reclamando en los últimos años, que se nos acredite de manera clara, a través de un procedimiento fiable, el ajuste de la realidad del censo de afiliados. Y siempre desde la lealtad a los que nos votaron en el año 2007 (en las forales y municipales), que fueron el doble de los que han votado ahora a otro tipo de estrategias.
- ¿Y si no se dan esas condiciones no irán al congreso?
- En estos momentos no estamos reflexionando en torno a eso.
- ¿Va a presentar su candidatura a presidir EA?
- No es tiempo de hablar de esto, sino de clarificar estrategias.
- Parece difícil que los actuales dirigentes de EA vayan a cambiar la estrategia que usted crítica.
- Estamos a la espera de que nos lo digan. Sí que observo con preocupación la falta de reacción después del batacazo electoral, y un análisis que ha consistido en echar la culpa a los medios de comunicación, a la coyuntura, a la sociedad que no ha entendido nuestro mensaje y, lo más hiriente, a aquéllos que lealmente avisaron del gran error de no reeditar la coalición y de la deriva estratégica.
- Con estos ingredientes, ¿es usted optimista sobre el futuro de EA?
- EA tiene un espacio político y en la medida en que sepa rectificar va a tener un protagonismo importante. Pero me apena que el clamor social a la hora de diagnosticar el fracaso de EA, unánimemente explicado por todos los analistas y agentes políticos, no haya sido entendido por gente de nuestro partido. Y la preocupación se acrecienta cuando se nos ha presentado una ponencia de estatutos que nada tiene que ver con los valores de la EA fundacional de hace 23 años.
- Los estatutos van a quitar poder a las ejecutivas regionales como la suya en beneficio de la nacional?
- Sí, se habla de su desaparición, lo cual rechazamos. Esto es una traición a los valores fundacionales.
- ¿Si en el congreso triunfan las tesis de la actual dirección, abandonarían ustedes el partido?
- No estamos en esa clave. Vamos a ser coherentes con el camino emprendido con el proceso 'Suspertu'. Y leales con los valores que nos han llevado a militar en EA.
- Pero si triunfaran las tesis favorables al polo soberanista, ¿verían negro el futuro del partido?
- El futuro del partido es preocupante, a nadie se le oculta. El BNG ha bajado sólo un escaño y ha tenido un proceso de reflexión envidiable y cambiado toda la dirección. Pero en nuestro partido algunos piensan que todo se debe a una coyuntura, que no hay motivo para el cambio, que la sociedad no nos entendió y que ya llegarán tiempos mejores. En la medida en que algunos piensen así y en querer entrar en el polo soberanista, difícil futuro hay. La situación del partido es difícil pero estamos haciendo un esfuerzo para recomponerla y que se revise una estrategia que en nada ha beneficiado a EA.
- ¿Es tan preocupante como para pensar en una desaparición de EA, por pérdida de masa electoral o por una salida del sector mayoritario en Gipuzkoa que usted lidera?
- Hay tiempo para rescatar a EA y devolverle a donde nunca debió salir.
jordisainz@diariovasco.com
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