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Amezketa, en el centro, flanqueado por Garaikoetxea e Ibarrondo y junto a la Ejecutiva Nacional, ayer en la sede de Eusko Alkartasuna en San Sebastián. /USOZ
EA reclama sus cargos públicos y exige al PNV que cumpla con los pactos de gobierno
POLÍTICA

EA reclama sus cargos públicos y exige al PNV que cumpla con los pactos de gobierno

Amezketa pide a los jeltzales que se atengan a lo suscrito «en caso de transfuguismo» en instituciones como la Diputación de Gipuzkoa. Acusa a los críticos de «juego sucio» y dice que seguirán «con más ganas»

AMAIA CHICO

Jueves, 4 de junio 2009, 12:03

DV. La dirección de Eusko Alkartasuna echó mano ayer de su artillería pesada para demostrar su unión y su fidelidad a las siglas que se crearon hace 23 años. Dos días después de que quince miembros del sector crítico de Gipuzkoa anunciaran su abandono, los 'barones' de EA, acompañados por miembros de la ejecutiva nacional, comparecieron en su sede de San Sebastián para reclamar sus cargos públicos y para «exigir» a los partidos, concretamente al PNV, que «cumpla con los compromisos escritos en situaciones de transfuguismo como ésta».

Con media hora de retraso sobre el horario previsto, el vicepresidente, Koldo Amezketa, compareció flanqueado por el primer presidente de EA en Iparralde, Pierres Xarriton; el parlamentario, Juan Mari Larrazabal; el ex lehendakari y fundador de EA, Carlos Garaikoetxea; su primer presidente, Manolo Ibarrondo; y el actual candidato europeo, Sabin Intxaurraga. «Los cargos y los compromisos públicos son del partido y van a serguir siéndolo». Amezketa marcó su posición respecto a su representación en instituciones como la Diputación de Gipuzkoa, donde tiene un pacto de gobierno con el PNV -que sólo no alcanza la mayoría-. Pero la corriente de Iñaki Galdos, a la que pertenecen los siete junteros guipuzcoanos, ya ha manifestado su intención de no renunciar a sus escaños, de 'titularidad' personal.

El líder de la formación reprochó a los «ex militantes de EA» haber «jugado sucio» en las últimas semanas y haber urdido la escisión mientras «me reclamaban que retirara las ponencias del Congreso» y «realizaban un trabajo de debilitamiento constante» del partido, a través de los medios de comunicación, que pretendía generar «desconfianza en el electorado».

Las acusaciones de «deriva ideológica» y «la manipulación del término 'polo soberanista'» eran, a su entender, «una cortina de humo» para desviar el foco de sus intenciones reales, marcharse. Para la dirección de EA, que ayer se reunió con carácter extraordinario en Donostia, ninguno de los argumentos esgrimidos por la corriente crítica es válido. Ni «EA ha olvidado nunca sus valores fundacionales, ni aceptaremos que nadie ponga en tela de juicio nuestra defensa de los derechos humanos, ni hemos tomado decisiones fuera de los órganos internos del partido», defendió.

Amezketa reprochó, como hizo en el comunicado que la ejecutiva hizo público el pasado lunes, horas antes del anuncio de escisión, que los reunidos en torno a Alkarbide «no aceptaran las reglas de juego» y hayan utilizado un «terreno paralelo» para debatir sus diferencias en lugar de las asambleas y el próximo Congreso. «Todas sus propuestas han recibido contestación directa», aseguró, «aunque no ha sido a través de los medios».

El vicepresidente de EA aludió, casi una a una, a todas las acusaciones recibidas, entre ellas la de falta de autocrítica tras la debacle electoral. «Los análisis están hechos», afirmó.

En los ámbitos locales, regionales y nacionales del partido «hemos ido asumiendo los errores», pero uno de ellos no es, según dio a entender, haber concurrido en solitario a los últimos comicios. «Igual el error es que se tardó demasiado tiempo en dar ese paso», planteó. Un paso con el que el sector de Galdos siempre se ha mostrado disconforme.

Amezketa prefirió no pronunciarse sobre si el futuro del nuevo partido será su fusión con el PNV, «el tiempo lo dirá». Pero, «es evidente que están más a gusto, sintonizan más con el PNV que con otra cosa», dijo.

«Seguir con más ganas»

Lo que sí pronosticó es que EA seguirá trabajando «para recuperar en 2011 lo que se ha perdido en las autonómicas». «Lamentamos enormemente estos hechos», aseguró Amezketa, pero de esta forma se han «clarificado» posiciones y «los que seguimos lo hacemos con más empeño, con más ganas y ansias de que EA continúe por el mejor camino».

Ese camino se prevé complicado por lo menos en Gipuzkoa, el territorio fuerte del partido y donde el sector crítico también tiene más adeptos. Por el momento, Amezketa aseguró que «se está trabajando con normalidad» en todos los órganos locales y regionales. Y confió en que así siga siendo. A los que se van, a Alkarbide, -«que por ahora son los 15 que han firmado el texto»- les dijo que «adelante, vamos a ver dónde llegan».

Así se cierran los primeros capítulos de una ruptura «ni traumática ni dramática», lo poco en lo que todos coinciden.

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