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RAFAEL M. MAÑUECO
Lunes, 15 de junio 2009, 02:53
DV. El presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, no acudió ayer a Moscú para participar en la cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (ODKB). No lo hizo en protesta por el inesperado embargo decretado por las autoridades rusas a los productos lácteos de su país.
El Kremlin asegura que las sanciones son de carácter «técnico» y que las importaciones de leche se reanudarán tan pronto satisfagan los requisitos legales. En Minsk, sin embargo, están convencidos de que el castigo se debe al rechazo a reconocer la independencia de los enclaves georgianos de Abjasia y Osetia del Sur.
De todas las antiguas repúblicas soviéticas, Bielorrusia había sido hasta ahora la más fiel a Moscú. Por eso, en el Kremlin esperaban por su parte una legitimación inmediata de las dos provincias separatistas de Georgia, reconocidas sólo por Rusia y Nicaragua. Pero Lukashenko se ha hecho el remolón.
«Esto es un asunto interno, somos un país soberano y actuaremos según nuestros intereses nacionales sin admitir presiones», dijo Lukashenko hace quince días en relación con una posible decisión sobre Osetia del Sur y Abjasia.
Acercamiento a la UE
Tampoco ha gustado en Moscú el acercamiento de Bielorrusia a la Unión Europea, con quien firmó en diciembre un acuerdo de cooperación, su participación en la llamada Asociación Oriental, iniciativa recién lanzada por Bruselas y que incluye además a Ucrania, Georgia, Moldavia, Azerbaiyán y Armenia; ni que el ministro de Exteriores esloveno, Samuel Zbogar, cuyo país ejerce ahora la presidencia de turno del Consejo de Europa, dijera la semana pasada en Minsk que «Bielorrusia avanza hacia la democracia y el respeto a los derechos humanos».
Lo cierto es que Lukashenko le ha chafado a su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, la puesta en marcha de una fuerza de intervención rápida en el marco de la ODKB. El nuevo dispositivo militar, cuyo acuerdo fundacional se rubricó ayer sin la participación de Bielorrusia y Uzbekistán, pretende llegar a convertirse en un contrapeso a la OTAN. Lo firmaron solamente Rusia, Armenia, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán.
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