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BENITO URRABURU
Jueves, 2 de julio 2009, 09:31
DV. 20.000 kilómetros después de comenzar sus entrenamientos en noviembre, la hora de la verdad para Mikel Astarloza se acerca de forma inexorable. Llega el Tour de Francia, el objetivo principal del corredor pasaitarra y de Euskaltel-Euskadi en la presente temporada. Se puede decir que se lo juegan todo en Francia, salvo Samuel Sánchez, al que le quedan por delante la Vuelta a España y los Campeonatos del Mundo.
Astarloza no se esconde. Habla con claridad de lo que se le ha visto en las pruebas que ha participado: «Estoy en el mejor momento del año. En el Dauphiné Liberé me encontré muy bien. Estaba ya al cien por cien. Las sensaciones que tuve durante el Campeonato de España también fueron muy buenas».
Nunca se ha presentado en la salida del Tour en un estado de forma semejante: «No sólo es cómo me encuentro, sino los datos que me dan los entrenamientos, la potencia que logro mover, el pulso. He tenido una temporada muy tranquila y he acumulado mucha frescura. Tengo el cuerpo y la cabeza fresca, tengo ganas de correr. En el Tour se tiene que notar».
La de 2009 será su séptima participación en la prueba. No comparte la idea de Igor González de Galdeano de ir a buscar una etapa: «No me quiero centrar en una sola cosa. Busco todo. Si te centras en algo concreto se te puede pasar la oportunidad y se te va. Desde Mónaco voy a ir a tope. Quiero hacer un buen prólogo. ¿Hasta cuándo? Hasta que aguante. Soy un corredor de resistencia y se puede decir que me acabo de poner en forma, a tope».
Ha esmerado su preparación al máximo: «He afinado mucho. En la Volta a Catalunya y el Dauphiné Liberé he estado bien. Lo que he hecho después es ir puliendo la forma, limando detalles».
Por eso cuando habla del Tour afirma que «voy a ir a por todas, etapas, general, montaña. En el Tour no puedes dejar pasar las oportunidades. Hay que aprovechar todo lo que se te presente y sacar partido de todo».
Manda el bloque
El peso, algo muy importante en un ciclista corpulento, también lo tiene controlado: «Estoy en 74 kilos, dos más que otros años a estas alturas. Tengo menos grasa y he ganado músculo, que es lo que buscaba con todo el trabajo que he realizado en el gimnasio hasta el mes de marzo. Siempre he sido delgado y al coger músculo, el cuerpo recupera mejor».
Las ideas de lo que quiere, de lo que busca, las tiene muy claras: «Intentaré hacer todo lo que esté en mi mano y obtener el mejor resultado posible. No me conformo con nada y no firmo nada».
Considera que estamos ante un Tour de Francia «especial, con un gran nivel de participación. Miras la lista y te juntas con veinte nombres de primer nivel. Es algo que me sorprende. Ha habido unos años de cambio general, desde Armstrong a Contador».
Cuando Lance Armstrong ganó su primer Tour de Francia, en 1999, Mikel Astarloza estaba en el equipo Kaiku, «en mi segunda temporada de aficionado. Y cuando debutó en profesionales, en 1993, era infantil de segundo año. Yo ya había corrido con él, pero no esperaba volver a hacerlo cuando se retiró».
Armstrong, en la cabeza
Si Astarloza puede decir que está en forma, lo mismo es aplicable para su equipo, Euskaltel-Euskadi: «Sinceramente, tenemos un equipo muy fuerte. Para mí, es el más fuerte de los últimos años. Ha costado mucho hacerlo. Tanto en el Dauphiné Liberé como en el Campeonato de España se ha visto el rendimiento. La fortaleza que tenemos es la del bloque, no la de las individualidades. No estamos atados al rendimiento de una única persona».
Donde sigue sin tener dudas es en el elenco de favoritos. Su primer nombre, desde hace mucho tiempo, continúa siendo el de Lance Armstrong: «Es el gran favorito. ¿Ha fallado alguna vez? Es un ejemplo de lo que es un corredor profesional, ha sido el que mejor se ha cuidado, el que más se ha entrenado».
Después de él, una lista de nombres que es muy amplia: «Son los que están en la cabeza de todo el mundo, Evans, Contador, Menchov, Sastre, los hermanos Schleck, Gesink. Detrás de ellos hay un segundo grupo en el que aparecen Luis León Sánchez, Pellizotti, Kreuziger, Nibali. Yo me metería en ese segundo grupo. Con el primero hay una distancia».
Se muestra tranquilo, «sin ningún tipo de presión. Estoy igual de tranquilo que siempre». El recorrido le gustó desde que lo vio en la presentación de la prueba, en octubre, «y sigo pensando lo mismo. Es equilibrado, hay muchos kilómetros contrarreloj. La crono por equipos nos beneficia. Es técnica. Los Alpes van a ser muy duros. No se puede mirar un día u otro. Todos van a resultar importantes».
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