Las anchoas del delito

La férrea defensa de los populares a su colega Francisco Camps no tiene límites. Ayer su amiga Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, puso al mismo nivel los trajes supuestamente regalados a cambio de favores al presidente valenciano con las latas de anchoas de Santoña que el jefe del Gobierno de Cantabria acostumbra a llevar a José Luis Rodríguez Zapatero en sus comentadas visitas a La Moncloa.

«Hasta que no dimita Zapatero por esos productos buenísimos y caros no habrá dimisiones en mi partido», llegó a decir Barberá, quien pidió a la Justicia que investigue si esos regalos al líder del Ejecutivo pueden ser constitutivos de un delito.

El asunto llegó por supuesto al autor de los regalos gastronómicos, Miguel Ángel Revilla, quien tildó la comparación de «absurda y ridícula». «Regalar anchoas no tiene nada que ver con vestirse por la cara», espetó el presidente cántabro, quien recordó que también obsequió a Camps con las famosas anchoas.

Revilla aseguró que la alcaldesa valenciana «va de cráneo» si quiere establecer paralelismos entre Zapatero y él con los protagonistas del caso Gürtel, porque, según destacó, en su caso «han topado con un político que es la antítesis de la corrupción y el despilfarro».

«Mal deben de tener el tema cuando el argumento para defenderse provoca la hilaridad nacional», añadió el presidente de Cantabria, que agradeció de paso la propaganda gratuita que el PP ha hecho al producto típico de su región, «aunque estaba de más».

Revilla recordó que dentro de los regalos institucionales que se hacen los presidentes autonómicos, él le ha regalado a Camps en varias ocasiones por Navidad latas de anchoas, y el presidente de Valencia le ha correspondido con arroz y naranjas. AGENCIAS