Borrar
Pierrick Fedrigo fue más inteligente que Franco Pellizotti en la meta de Tarbes y batió con claridad al italiano. /REUTERS
Armstrong resiste los Pirineos
TOUR DE FRANCIA

Armstrong resiste los Pirineos

Pocos pensaban que estaría entre los mejores nueve días después del inicio en Mónaco. Egoi Martinez da a Euskaltel el maillot de la montaña

BENITO URRABURU

Lunes, 13 de julio 2009, 11:46

DV. Hemos pasado los Pirineos, unos puertos con mucha más dureza que los Alpes, son más cortos, más explosivos, y da la impresión, con una base muy real, que no han servido para nada de cara a la general. Tal y como estaban diseñadas las etapas, no se esperaba mucho de esas montañas que en otros tiempos hicieron historia y de las que ahora es casi mejor realizar un canto a la épica que ver la realidad que han aportado.

El Tourmalet nos ha dejado una sensación extraña, de desidia por parte de los nombres importantes que parece que tiene el Tour. Llevamos dos días de etapas de consumo, y las que nos quedan, sólo que no es lo mismo pasar por los Pirineos que hacerlo por otros recorridos. Nadie intentó probar cómo estaban los rivales.

En Tarbes el ganador fue el francés Pierrick Fedrigo, que se impuso al italiano Franco Pellizotti, tercero en el último Giro de Italia. En 2006 también ganó a otro italiano, Salvatore Commeso. Consiguieron llegar a pesar del trabajo de Rabobank y, sobre todo, del Caisse d'Epargne. Buscaban un sprint para Óscar Freire y José Joaquín Rojas. Les faltaron 34 segundos. Rinaldo Nocentini se mantuvo de amarillo.

Se han pasado el Aspin y el Tourmalet. Ni uno solo de los favoritos se movió. Con 70 kilómetros hasta la meta era inútil. Esta etapa no pasará a la leyenda del Tour, ni tampoco lo harán los Pirineos que hemos vivido. Los movimientos fueron diferentes a los habituales. Con decir que lo más interesante que tuvo el final fue una discusión entre Juanma Garate e Iván Gutiérrez con un corredor del Liquigas que intentaba frenar el ritmo de quiénes trataban de anular la escapada está dicho todo.

Una fuga tempranera

Volvió a formarse una fuga tempranera, con Voigt, Haussler, Pate, Pellizotti, Auge, Dique, Righi y Fedrigo en ella, de la que saldría el ganador. Voigt la rompió. La eliminación que traía la carretera dejaría en cabeza a Pellizotti y Fedrigo. Euskaltel encontró el premio a sus esfuerzos y logró vestir a Egoi Martinez como líder de la montaña, un logro para el corredor de Etxarri que hace un año fue líder de la Vuelta a España. Pelear más de lo que lo hacen los naranjas es imposible. Les falta ganar.

Después de nueve etapas, lo que más llama la atención es que Lance Armstrong continúa vivo en la carrera. ¿Cuánta gente pensaba que iba a encontrarse en la situación de privilegio que tiene en la general actualmente? Ha estado muy cerca de ser maillot amarillo. El ataque de Alberto Contador en Arcalís le alejó de esa posibilidad.

Sí hay algún corredor que ha acaparado protagonismo en la primera semana de Tour, ése ha sido Armstrong, seguido de cerca por Alberto Contador y Astana. Ellos han puesto el espectáculo, la tensión, la solidaridad, el individualismo que siempre acompaña a los líderes. Podríamos hablar incluso de celos, de traiciones, ingredientes suficientes para filmar una buena película. Hay cuatro corredores de Astana entre los seis primeros. Armstrong es un espectáculo puro, que está por encima del ciclismo.

Arrastra por detrás un grupo de personas, en su hotel, mánager, amigos, los que hacen su página web, tres vigilantes, que le convierten en algo especial, diferente. Es un ciclista que utiliza con inteligencia el marketing, Eso es algo que no gusta a muchos corredores. Por tener, tiene hasta un coche con los cristales tintados que le lleva muchos días al hotel, para ir más rápido.

Mantiene toda la parafernalia de sus mejores años y a nivel deportivo sigue muy vivo, demasiado para desgracia de Alberto Contador. La cabeza de Armstrong no deja nunca de maquinar y sabe que este Tour puede ser el principio de otro, al que llegaría mucho más rodado: el de 2010.

Lo que sí es cierto es que no tiene nada que ver con el corredor que vimos en el Giro de Italia. Se parece mucho más al que se presentó en Mónaco, después de tres semanas de trabajo en altitud en Asper, con dos kilos menos de peso, con la parte de arriba de su cuerpo, que tenía muy musculada, mucho más afinada. Su físico dista mucho del que se le vio en el Giro. Su forma de correr, también.

Para añadir más morbo a la situación no hay día que no pase un control antidopaje. Si lo miramos desde el punto de vista de un equipo, Astana sale reforzado. Manejan cuatro corredores para la general del Tour. Serán otros los que les tengan que quitar esos puestos, salvo que ellos se caigan.

La situación desde el punto de mira de Alberto Contador es buena. Hay que lamentarse de que los Pirineos han sido un fraude, por un lado, y de su despiste en los abanicos. En Arcalís, el viento pegaba de cara en la subida, lo que tampoco le ayudó. Su carrera ha sido buena. No ha tenido terreno para nada más.

Todo el mundo piensa en la tercera semana, que es realmente dura. Otra cosa será que haya gente con suficiente fuerza para poder atacar. Las diferencias entre los diez primeros de la general no son llamativas. Los que más alejados están son precisamente los escaladores, Menchov, Sastre, Andy Schleck, en menor medida, Cadel Evans. No se ven mucho más nombres que puedan inquietar a los favoritos.

Hay una cosa en la que tiene razón Armstrong. Los tiempos no son los mismos que se marcaban en su época, ni las diferencias. Ese es un dato importante. Todo parece estar más igualado, y eso también le beneficia.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Armstrong resiste los Pirineos