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La Nao Victoria en el puerto de Cascais (Portugal), al amanecer, poco antes de emprender una de las etapas de este viaje.
La nao Victoria llega a Getaria
Verano

La nao Victoria llega a Getaria

Ayer por la mañana partió de Gijón y, a partir de mañana, podrá visitarse en el puerto guipuzcoano

ANDREA GARCÍA

Miércoles, 5 de agosto 2009, 09:59

La réplica de la Nao Victoria, que partió de Puerto Sherry, en El Puerto de Santa María (Cádiz), el pasado 11 de julio, tiene previsto llegar a lo largo del día de hoy al puerto de Getaria, donde el viernes será uno de los escenarios de la edición extraordinaria del desembarco de Juan Sebastián Elkano, que el municipio costero ha organizado para conmemorar el 800 aniversario de su fundación.

Para la Victoria -bregada ya en muchos mares, incluyendo en sus viajes una vuelta al mundo que le llevó dieciocho meses de navegación- y sus tripulantes, el viaje supone la segunda edición de la Ruta Marea de los Descubrimientos, que este año se ha centrada en el Cantábrico. Tal como recuerdan en la Fundación Nao Victoria, que impulsó la construcción de la réplica y la gestiona, en esta ocasión han puesto proa al Cantábrico porque es «un territorio que impulsó siempre a sus hombres al mar, forjando una tradición marítima de siglos, que llevó a sus gentes y barcos a vincular su historia a la historia de los viajes de descubrimiento y las navegaciones oceánicas que partieron desde Sevilla durante tres siglos». La participación en la representación extraordinaria del desembarco de Elkano constituye uno de los principales hitos de la aventura de este año.

Tras haber pasado el fin de semana en Asturias -donde vivieron no pocas anécdotas, a juzgar por el diario de a bordo que están escribiendo los tripulantes y que puede leerse en la web www.guadalquivirriodehistoria.es- la Nao Victoria zarpó ayer a la mañana del puerto de Gijón. Según contó a DV el contramaestre Diego Benítez, hasta ahora la navegación se ha desarrollado sin problemas. A partir de mañana y hasta el día 9, permanecerá en el puerto de Getaria para que el público pueda visitarla, y con posterioridad recalará en los puertos de Hondarribia (del 13 al 16 de agosto) y Mutriku (del 20 al 23 de agosto), para ir amarrando, hasta el 20 de septiembre, en diversos puertos vizcaínos.

De estreno en el Cantábrico

La Nao Victoria, que en la I Marea Ruta de los Descubrimientos visitó las islas Azores, se ha enfrentado por primera vez al Cantábrico, navegando tal como lo hacían -aunque con alguna ayuda suplementaria- las naves de las que constituye una fiel réplica. Porque se trata de una nao construida de manera idéntica a las que realizaban viajes transoceánicos a principios del siglo XVI, junto a las carabelas, antes de que se recurriera a los galeones. Mientras las carabelas eran más ligeras, las naos eran utilizadas para cargar mercancías en sus viajes a Las Indias. Y, pese a que este viaje sea un estreno para la Victoria, puede decirse de las naos que eran barcos del Cantábrico, puesto que a menudo eran construidas en astilleros del Norte.

La Nao Victoria, al igual que lo hacía su homónima hace 400 años, navega con vela cuadra, aprovechando el viento cortante. Mide 26 metros de eslora y 7 de manga, y cuenta con 4 palos y 6 velas. La madera utilizada en su fabricación es pino y roble, y los cabos y jarcias son de cáñamo. En su intento de llevar la recreación hasta el extremo, las maniobras de esta nao se hacen con fuerza humana, excepto a la hora de embarcar y desembarcar, casos en los que se utiliza un motor. La razón es que, mientras que en el siglo XVI podía contarse con la fuerza de cientos de personas para empujar el barco, en la actualidad eso resulta imposible.

Como curiosidad cabe destacar que, a diferencia de lo que sucede en la actualidad, la nao cuenta con un timón antiguo o pinzote, un palo que va directo a la caña y la pala para gobernar el barco. Hasta el siglo XVIII no apareció el timón en forma de rueda el imaginario popular asocia a un barco. «La gente cree que todos los barcos tienen ese tipo de timón», comenta Diego Benítez, el contramaestre, «y se sorprenden al encontrarse con éste».

La nave se abrirá al público mañana por la mañana, la víspera de la recreación del desembarco de Elkano. No es fácil, sin embargo, adelantar con precisión la hora. «Los muelles son muy altos, y la apertura al público dependerá de la pleamar», explica Benítez. En principio, sin embargo, está previsto que las visitas puedan realizarse entre las 10.00 y las 14.00 horas y, por la tarde, de 16.60 a 20.30. El precio de la visita es de 2 euros, resultando gratuita para los menos de seis años.

Al ser el barco una réplica muy exacta de las naos originales, se ha habilitado para el público la cubierta principal y el puente de mando, donde se encuentra el . Se deja que los visitantes observen desde fuera la camareta del capitán, el único camarote existente. También se abre el , que es el espacio habitable para la tripulación. Para próximas visitas se espera poner algún elemento visual dentro del barco, un vídeo que explique las hazañas de la nave, entre las que se cuentan haber dado la vuelta al mundo, al igual que su tocaya del siglo XVI.

Profesionales y voluntarios

Los veinte tripulantes de la nave se muestran optimistas con respecto a la acogida que les dispensarán los getariarras. «Esperamos recibir cerca de 2.000 visitantes diarios», apostilla el contramaestre. El día del desembarco, la tarea de los marineros será dirigir la nave a puerto, para ayudar a la representación y a los figurantes.

De los veinte tripulantes, diez son profesionales y otros diez voluntarios. Entre la tripulación profesional fija encontramos, por ejemplo, al capitán de la marina mercante, Antonio Gonzalo de la Cruz y Fernández. El equipo propio de la nave cuenta, entre otros, con un contramaestre, un maquinista, un coordinador educativo y tripulación de guardia que se encargará de coordinar las tareas asignadas a los voluntarios, que suponen la otra mitad de la tripulación. «Queremos dar oportunidad a la gente de diferentes sitios para que embarque con nosotros», explica Benítez. Las tareas a realizar por los voluntarios, que también podrán subir en Getaria, son hacer guardias de cinco personas durante cuatro horas para manejar el pinzote, achicar el agua o realizar tareas rutinarias de la vida a bordo.

¿Qué tipo de personas deciden embarcarse en esta aventura? Según detalla Benítez, pueden coincidir desde personas con experiencia en la mar hasta abogados o ingenieros, o licenciados en historia. «Hay gente interesada que no sabe nada de navegar, y para la que subir a este barco es un lujo», añade. Insiste que, aunque los que disponen de conocimientos marítimos tienen preferencia, «es un barco atípico, diferente. La única manera de saber cómo se maneja es estar a bordo».

En todo caso, para la estancia de la nao en el puerto guipuzcoano las previsiones son buenas. «Tenemos mucha relación con el ayuntamiento de Getaria», comenta el contramaestre Benítez, y apostilla que esperan tener un buen recibimiento al alcanzar tierra firme. «De eso estamos seguros», concluye.

Y, pasado mañana a la tarde, la nueva Nao Victoria recordará a aquella otra Victoria de la que, el 6 de septiembre de 1522, desembarcó no ya en el puerto de Getaria sino el de Sanlúcar de Barrameda la diezmada expedición que había dado, por primera vez, la vuelta al mundo.

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