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Oiana Blanco trata de sorprender a la japonesa Fukumi. /REUTERS
Plata mundial para Oiana Blanco
JUDO

Plata mundial para Oiana Blanco

La oriotarra del Usurbil llegó a la final después de superar a grandes estrellas. Cayó ante la japonesa Fukumi tras una memorable actuación en Rotterdam

FERNANDO BECERRIL

Jueves, 27 de agosto 2009, 11:21

DV. Oiana Blanco ya tiene la medalla que buscaba en una gran competición de judo. Se colgó la plata en menos de 48 kilos tras una memorable actuación en el Mundial de Rotterdam, el primero que disputaba.

La judoka oriotarra del club Usurbil cuajó el mejor campeonato de su carrera el mismo día en el que alcanzaba uno de sus sueños, el de participar en un Mundial. Le tocó un cuadro durísimo y se llevó por delante a tres de las mejores especialistas mundiales antes de caer en la final frente a otra gran rival, la japonesa Tomoko Fukumi.

Esta medalla de plata sitúa a Oiana Blanco en la selecta familia del mejor judo mundial. Dará un enorme salto en el ranking y coloca la primera piedra para participar en los Juegos Olímpicos de Londres, otro de los sueños de esta guipuzcoana ligera, que empieza a cumplir todas las promesas de estos últimos años.

Diez mil seguidores

La friolera de diez mil personas de todo el planeta asistieron a la aparición de Oiana Blanco entre las grandes. El Ahoy Stadium de Rotterdam es un escenario ideal. El podio al que subió la judoka del Usurbil descendió majestuosamente del techo para dar paso a las cuatro galardonadas.

Oiana no podía ocultar su alegría. A su lado estaba la campeona, la número dos del ranking, heredera de Ryoko Tani. Más allá estaban los dos bronces, la francesa Frederique Jossinet y la coreana Chung Jung-Yeong. La primera, número uno del mundo, es campeona de Europa. La segunda es campeona de Asia, donde batió al imperio nipón.

El mérito de Oiana Blanco se hace palpable si tenemos en cuenta que superó a las dos medallas de bronce. A la coreana la obligó a defenderse durante ocho minutos, incluido la prolongación tras el empate al término de los cinco reglamentarios. No puntuó, pero los jueces le dieron el triunfo por unanimidad.

Desquite

El choque de cuartos de final frente a la francesa tenía un aliciente añadido. En las confrontaciones previas entre las dos, la campeona gala había mostrado una clara superioridad. En el Europeo ya había empezado a cambiar el aire. Oiana planteó un buen combate. Estaba nivelado cuando la oriotarra vio una posibilidad de atacar. Se cebó y la francesa sentenció con su respuesta.

Aquel día Esteban Arrillaga, entrenador de la subcampeona del mundo, vio que había una posibilidad de sorprender a la francesa. Cuando el sorteo hizo coincidir de nuevo sus caminos, el técnico y su pupila prepararon minuciosamente la pelea y Oiana lo bordó. Marcó un yuko a 64 segundos del final de la pelea y después resistió como lo que es, como una campeona.

Así que se jugó el título tras una asfixiante semifinal sin haber cedido un solo punto en sus tres primeras peleas. Media hora después abordó el combate cumbre frente a una rival que había dominado en la semifinal a la campeona olímpica, la rumana Alina Dumitru. La pelea fue de igual a igual, pero marcó primero la japonesa y luego controló los ataques de Oiana. Plata. El éxito ya estaba garantizado desde unos minutos antes.

Plata par Sugoi Uriarte

No fue el único logro del judo vasco. El alavés Sugoi Uriarte también fue plata en 66 kilos. Cayó en una final durísima ante el mongol Khashbaatar. Un wazari contra un yuko marcó la diferencia.

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