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ANA VOZMEDIANO
Miércoles, 9 de septiembre 2009, 12:14
DV. El nuevo espacio central del complejo de La Brecha estará acabado a finales de año, listo para estrenarse en Navidad. El coste del proyecto es de 1.250.000 euros y tienen un plazo de ocho meses para estar concluidos, desde que se adjudicaran el pasado abril. El proyecto es uno de los 32 presentados por el Ayuntamiento que se han financiado con el llamado Plan Zapatero.
Por ello, lo reconoce la concejala de Obras y Proyectos, Duñike Agirrezabalaga, se avanza a contrarreloj. Porque la obra tiene que estar concluida antes de finales de año para acogerse a la subvención del Estado. Y es más complicada que lo que parece a simple vista.
Los vecinos de la Parte Vieja aguardan impacientes el resultado de los trabajos. Lo que fue el Espacio Cánovas, la pasarela acristalada que comunicaba los antiguos edificios de Pescadería y Brecha, ya ha desaparecido, y ahora se construye un espacio más pequeño, que ocupa en superficie 1.462 metros cuadrados, frente a los 6.343 de la anterior estructura situada en la plaza.
Esta disminución de volumen y de superficie implica ganar una importante zona de esparcimiento que, además, permanecerá diáfana y sin ningún tipo de obstáculo. Prácticamente desde el principio, desde la inauguración, los vecinos se quejaron del exceso de volumen edificado en esta zona y de su escasa utilidad. A partir de esta Navidad, la ocupación de esta plaza será mucho menor.
El nuevo cuerpo central servirá para albergar las escaleras y el ascensor de acceso a los puestos del mercado tradicional, esta vez con un espacio de menor tamaño, aunque mucho más diáfano y con menor impacto que el espacio Cánovas, que está realizada en cristal, de sólo una altura y con un lucernario superior para dar luz natural al interior del mercado.
Los cinco puestos que se encontraban en el antiguo cuerpo construido en la plaza volverán a reubicarse en el nuevo, aunque con diferente distribución.
Larga historia
El espacio Cánovas fue una idea de la empresa que adaptaba Brecha y Pescadería para sus nuevos usos comerciales, allá por 1996, cuando se decidió la reforma integral del mercado. La idea era una comunicación rápida entre ambos edificios y generar un espacio en el que pudieran celebrarse exposiciones o muestras vinculadas con la ciudad o con la actividad del complejo.
Pronto se vio que el espacio tenía poco uso y que la pasarela no funcionaba como comunicación. Y surgió una propuesta por parte del alcalde Odón Elorza: convertir ese espacio, incluida la parte inferior, en la nueva sede de Donostia Turismo.
La propuesta no prosperó, para empezar porque Elorza gobernaba en minoría y porque desde el PNV se apostaba por eliminar el ámbito.
Posteriormente, la idea de utilizar la pasarela quedó descartada y se empezó a trabajar en este proyecto. Dejar la plaza libre no parecía posible por la necesidad de que existiera un acceso al mercado tradicional que se mantuvo tras la reforma integral.
Por otra, tampoco existían demasiadas fórmulas que permitieran la continuidad de los negocios que existían en este cuerpo bajo la pasarela, que no fuera ese cuerpo. El diseño es de Javier Solano, un arquitecto que ha ideado también otras obras de la ciudad como el parque de Bidebieta.
«En Navidad tiene que estar acabado ese nuevo cuerpo central que va a modificar de forma notable la percepción de todo el conjunto de la Brecha».
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