Ruiz podrá contar con Obrvan para el debut liguero en Ipurua contra el CAI

DV. Después del brillante debut liguero realizado en Logroño, donde se cosechó un primer y valioso punto, la única duda razonable que tenía Julián Ruiz de cara a la presentación liguera del Arrate frente a su público, que tendrá lugar esta noche (21.00 horas) contra el siempre difícil CAI Aragón, era el concurso de Ivica Obrvan.

El club albiazul ha estado pendiente hasta última hora de si el fornido defensor era sancionado con algún partido, al ver la cartulina roja directa en el último minuto el pasado sábado frente al Naturhouse. Finalmente, el croata no ha sido sancionado por el comité de Competición.

El técnico reconoció que se trataba de una grata noticia, ya que es el techo del equipo, pieza fundamental en el eje defensivo. «Teníamos la intuición de que no iba a ser sancionado, porque es cierto que vio una tarjeta roja justa, pero la falta no evitó una acción de gol del rival», comentó el técnico albiazul.

Julián Ruiz, si bien reconoció que sus pupilos entraron con buen bien en la competición dados la actitud y juego desplegado, quiso dejar de manifiesto que el equipo dio muestras lógicas de ciertas «carencias en el juego colectivo» por lo que es imprescindible que discurra un periodo hasta conseguir que «la maquinaria esté engrasada».

No se puede decir que el calendario lo tengan de cara, dado que tras medirse con la escuadra maña, donde milita el ex arratearra Malumbres, el miércoles deberán rendir visita al CAI y seguidamente acogerán en casa al Lábaro Toledo, ambos recién ascendidos. El meta navarro es duda, al padecer unas molestias lumbares que arrastra.

Julián Ruiz destacó del CAI Aragón el hecho de que «tiene un entrenador nuevo (Mariano Ortega) que conoce bien la casa», y que «ha armado una plantilla con mucho talento que, sin duda, va a ser de las favoritas», precisó.

El estilo del rival aragonés, a su juicio, está marcado por «sus nuevos centrales», pero lo que más le preocupa es que dispone de «una defensa bastante sólida», con jugadores de envergadura, y que puede convertirse en su «fortaleza».